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Si hay un rasgo que caracteriza a las mejores películas de 2018 es su interés por acercarnos a la psicología de un siglo XXI en el que prevalece el malestar emocional
Dejamos atrás un año de cine magnífico que ha complicado hacer esta lista de las mejores películas de 2018, para la que he tenido que prescindir de algunas cintas ejecutadas con gran valor artístico y un buen desarrollo de la historia. Algunos amantes del cine echarán en falta, posiblemente, cintas como Cold War, Call me by your name o The Guilty. Pero los que son lectores habituales de esta publicación, sabrán entender mis razones al no incluir premeditadamente ciertos filmes, para los que tengo reservas, no por cómo se han desarrollado desde el punto de vista artístico, sino porque con disimulo incluyen en sus tramas otras tramas que son las que prevalecen en el subconsciente colectivo, formando un imaginario lleno de clichés.
Puesto que el cine es la mejor herramienta para crear una sociedad sana que evite los encasillamientos, las mejores películas de 2018 ahondan en las problemáticas sociales. Es este un cine que no evita, al contrario, los personajes atípicos, tradicionalmente ausentes en gran parte de la cinematografía clásica. Es, por otro lado, un cine que entiende, que si quiere explicar el pasado o el presente, tiene que imaginar el futuro pensando en una sociedad sin barreras, pero sin necesidad de idealizarla. A veces es necesario también entrar en el terreno innecesario de la violencia, ver sus modos y entrar en sus porqués, para tratar de acercarnos a la psicología de un siglo XXI en el que prevalece si no el miedo, la rabia, la ira o el mero desencanto hacia ese mismo futuro. Puesto que falta interés político para que sea un mañana de fraternidad en el que podamos mirarnos como iguales, un mañana de igualdad para ser libres y un mañana de libertad para que nadie construya nuestro itinerario personal.
Un gran número de películas este 2018 han abordado precisamente la violencia generada por un malestar emocional, como la que ejercen asimismo los Estados contra los ciudadanos, amparando la corrupción y sus vías. Tal es el caso, de manera directa, de películas como En la sombra, El insulto, El capitán, Nunca estamos solos, Custodia compartida, Alma mater, Genezis, Burning o Dogman. En cuanto a la violencia de Estado dos grandes títulos han sido El Cairo confidencial, sobre la corrupción en Egipto, y El reino, un título español que fue uno de los que marcaron una gran cosecha del cine español con fantásticas películas, además de esta, como Carmen y Lola, Penélope o Quién te cantará. El cine español entra por fin con fuerza en esta lista de lo mejor del año. A las puertas quedan también otros fenomenales estrenos que hubiesen estado presentes en una lista de 50 mejores películas de 2018, que claramente, hubiese resultado demasiado larga.
Por otra parte, ha sido espléndido constatar como los personajes femeninos siguen estando a la altura de un cine de diversidad que entiende la importancia de poner a la mujer en el lugar que le corresponde, con protagonismos meritorios que no se desenvuelvan en base a marcados estereotipos de género. El año pasado, a este respecto, hacía una lista para elogiar los grandes papeles femeninos del 2017. Este año, en cambio, no la haré porque entiendo que esta es y seguirá siendo la tónica. Los personajes sean masculinos o femeninos tienen que seguir siendo majestuosos en sus virtudes y sus flaquezas, mostrando lo plural que es la misma sociedad. Hasta hace bien poco, por ejemplo, apenas si había cabida en el cine para principales y estudiados personajes en la plena madurez o en la vejez; o bien, en las primeras etapas de la vida. Este año por ejemplo tenemos algunas fantásticas películas como Happy End, La novia del desierto, Lucky, The Florida Project o Un asunto de familia, que indagan en la psicología de personajes olvidados hasta hace poco.
Ya para acabar, solo comentar que de los 30 títulos ofrecidos, la gran mayoría, un total de 21, son películas europeas. Esta Europa que habitamos y que empieza a fragmentarse condenándonos a espacios reducidos llenos de fronteras y banderas, es también un buen lugar desde donde reflexionar sobre las animadversiones, por qué se producen, y qué papel tienen los políticos, y nosotros mismos como seres políticos que somos, en todo esto. Disertaciones estas que es mejor reflexionar tras visionar al menos, algunas de las películas que propongo, en caso de que no se hayan visto todavía. Solo me queda decir que todo este camino de conflictividades que marca las mejores películas de 2018, muchas veces señalado por la violencia pura y dura, será también el modo en que arrancará el próximo 2019. En enero Lars Von Trier estrena en España La casa de Jack. Y aviso para navegantes, algunas secuencias son para ver con anteojos. No diré nada más.
LAS 30 MEJORES PELÍCULAS DE 2018:
- Lazzaro Feliz (Alice Rohrwacher)
- Manifesto (Julian Rosefeldt)
- Happy End (Michael Haneke)
- En la sombra (Fatih Akin)
- El insulto (Ziad Doueiri)
- The Florida Project (Sean Baker)
- Los perros (Marcela Said)
- Thelma (Joachim Trier)
- Roma (Alfonso Cuarón)
- The Rider (Chloé Zhao)
- Carmen y Lola (Arantxa Echevarría)
- 120 pulsaciones por minuto (Robin Campillo)
- El capitán (Robert Schwentke)
- Foxtrot (Samuel Maoz)
- Nunca estamos solos (Petr Václav)
- Custodia compartida (Xavier Legrand)
- Girl (Lukas Dhont)
- Penélope (Eva Vila)
- La novia del desierto (Cecilia Atán y Valeria Pivato)
- Lucky (John Carroll Lynch)
- Western (Valeska Grisebach)
- Alma mater (Philippe Van Leeuw)
- Genezis (Árpád Bogdán)
- Burning (Lee Chang-dong)
- El reino (Rodrigo Sorogoyen)
- Dogman (Matteo Garrone)
- Quién te cantará (Carlos Vermut)
- El Cairo confidencial (Tarik Saleh)
- La fábrica de nada (Pedro Pinho)
- Un asunto de familia (Kore-eda Hirokazu)