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Entre los títulos de las secciones a competición de DocumentaMadrid 2019 destacan aquellos que prodigan la mirada íntima del paisaje, en convivencia con lo humano
Los parajes, tan protagonistas como los personajes que los atraviesan, se confunden en algunos documentales de la 16 edición del Festival Internacional de Cine Documental DocumentaMadrid 2019. Eligiendo un posicionamiento que se escabulle de la grandiosidad temática, generalmente muy apreciada en el cine de lo real, las películas que invito a descubrir nos sumergen en un imaginario poético en el que el tiempo se detiene para acercarse a dimensiones desconocidas de la experiencia vital. Así ocurre en Cerro Quemado del argentino Juan Pablo Ruiz [Sección Competitiva Internacional de Largometraje], Lapü de los colombianos César Alejandro Jaimes y Juan Pablo Polanco [Sección Competitiva Intenacional Fugas] y Una corriente salvaje de la mexicana Nuria Ibáñez [Sección Competitiva Nacional de Largometraje]. Todas ellas son cintas que ofrecen una mirada del Nuevo Cine Latinoamericano que se aleja de lo universal, entendido desde un posicionamiento de estancación de lo individual, para entrar en territorios desconocidos que cuestionan las normatividades sociales.
En un entorno social que incluso favorece la aprehensión del mundo únicamente con el fin de mercantilizarlo, o para trazar caminos que no invitan al autodescubrimiento, la nueva mirada documental que extraigo de estos largometrajes parece sustraerse de lo meramente estadístico para conectar con lo irracional, lo impulsivo, lo afectivo, lo esencial, lo salvaje, la llamada de la tierra y sus secretos, lo onírico que nos arroja a buscar respuestas en un entramado que busca ocultarlas. Curiosamente en dos de estas películas, Cerro Quemado y Lapü, el relato comienza con un sueño que instiga al viaje que explora el paisaje tanto exterior como interior. Estos dos filmes, muy prodigiosos en la imagen, marcan además una pauta documental que está comenzando a tener mucho interés en el público, el reconocimiento de lo indígena como propio, algo también apreciable en el cine de ficción, como distinguimos en la filmografía de Ciro Guerra que recientemente ha situado su última película, Pájaros de verano, en la misma región en la que localizamos a Lapü, en la zona norteña de La Guajira colombiana. Esta constatación de que lo local reclama su espacio y su voz, lo hemos podido apreciar asimismo, en la reciente edición de Hot Docs 2019 que acaba de otorgar el premio del público a la película Máxima de la peruana afincada en EEUU Claudia Sparrow.
El descubrimiento de culturas a punto de desaparecer que nos permiten acercarnos al otro, son uno de los grandes temas del nuevo cine documental en un siglo XXI que pretende acabar con los últimos vestigios de lo autóctono. Son películas que nos instruyen a pensar en alternativos mundos posibles, pero cada vez más castigados y lamentablemente, en vías de extinción. El indigenismo es, en este sentido, un tema que debería de ser central en nuestra época, para cuestionarnos hacia dónde vamos, qué queremos hacer con nuestro planeta, y de qué forma queremos relacionarnos con el entorno social y natural. A este respecto la exposición Redes de Vanguardia: Amauta y América Latina, 1926-1930 en el Museo Reina Sofía, es un buen punto de partida para comenzar a interesarse por estas cuestiones tan capitales.
En otro sentido pero conectado con esto, la película Una corriente salvaje que se presenta en este DocumentaMadrid 2019 en la sección competitiva nacional, bordeando las fronteras del indigenismo como tal, entra en lo puramente humano. Con una composición subjetiva, en la elección de los personajes, que recuerda al cine de Isaki Lacuesta en el díptico que supone La leyenda del tiempo y Entre dos aguas, Nuria Ibáñez se centra en el lazo afectivo espontáneo entre dos hombres que sobreviven en lo que parece los confines del mundo. Una película filmada en Baja California (México) que desafía el tiempo presente hasta extinguirlo y convertirlo en un escenario desde el que reflexionar sobre nuestra condición humana, y cómo está cambiando en pos de una competitividad insana que hace peligrar lo más hermoso de la existencia. El tiempo para pensar, para malgastar, para amar, para compartir. Y la libertad de utilizarlo como queremos, en una tierra que tiene suficientes recursos para la supervivencia y el bienestar de todos los que la habitamos.
Cerro Quemado (Juan Pablo Ruiz) 2019, Argentina // 63′. COMPETICIÓN INTERNACIONAL DE LARGOMETRAJE (Viernes 10 de Mayo a las 16:30h en CINETECA – Sala Azcona / Miércoles 15 a las 17:30h en CINETECA – Sala Plató) Estreno Mundial
Lapü (Juan Pablo Polanco y César Alejandro Jaimes) 2019, Colombia // 75′. COMPETICIÓN INTERNACIONAL FUGAS (Domingo 12 de Mayo a las 16:30h en CINETECA – Sala Azcona / Lunes 13 a las 22:00h en CINETECA – Sala Azcona) Estreno en España SEGUNDO PREMIO DEL JURADO
Una corriente salvaje (Nuria Ibáñez) 2019, México // 72′. COMPETICIÓN NACIONAL DE LARGOMETRAJE (Viernes 10 de Mayo a las 19:30h en CINETECA – Sala Plató / Domingo 12 a las 22:00h en CINETECA – Sala Plató) PREMIO INSTITUTO DEL CINE MADRID (Mejor Sonido)