Rosana G. Alonso
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Finalizado el Festival Cine por Mujeres 2021, y tras conocer el fallo del jurado, constatamos la madurez que ha alcanzado un festival que solo lleva cuatro ediciones en su haber

Playground | Festival Cine por Mujeres Segunda Parte | StyleFeelFree
Imagen de la película Playground | | Festival Cine por Mujeres segunda Parte | StyleFeelFree

Ya son cuatro ediciones. Y aunque el Festival de Cine por Mujeres todavía es muy joven empieza a mostrar signos de madurez. Si en los primeros encuentros la programación era más irregular y no acababa de tener una seña de identidad clara, ahora ya se advierte un lugar común en las cintas presentadas. Un lugar desde el que narrar las historias que no se habían contado. Desde una sensibilidad que mira el mundo, generando otros puntos de vista. No obstante, ello no implica que las películas proyectadas fueran muy distintas entre sí, abarcando también producciones de diversos países. De todas ellas, el fallo del jurado de la Competición Internacional que se conoció en la clausura del pasado sábado antes de que acabase el festival, se decantó por la belga Un monde (Playground) de Laura Wandel. Según anunciaron se valoró “su aparente sencillez que encierra una enorme lección de sabiduría cinematográfica”.

Playground podría ser la otra cara de Petite Maman de Céline Sciamma. Una película muy nítida y durísima sobre el bullying escolar en los más pequeños. Visto a través de los ojos de una niña de 8 años, es también el descubrimiento de una etapa intensísima que se libera de estereotipos. No hay en ella complacencia ni intención de constatar nada que no sea a través de una mirada infantil llena de interrogantes. Por ello, su perspectiva es desconcertante y al mismo tiempo desgarradora. Un filme para ver y reflexionar sobre el mundo que les estamos dejando en herencia a las nuevas generaciones. Y sobre cómo los sistemas educativos parecen mirar para otro lado, sin tratar de buscar soluciones para evitar el abuso de unos sobre otros. Con una cámara intrusiva que cierra el plano, Playground logra acercarse a los públicos con una fuerza emocional desbordante.

Si bien Playground fue la película que se alzó con merecidos honores, el resto de cintas que se proyectaron en el segundo fin de semana estaban en la misma línea de juego. Excelentes narraciones sobre la violencia tanto social como autoinflingida. Estos relatos, tejidos con ahinco, dejaron paso a reflexiones en torno a la mujer indígena en ciertos contextos (Nudo Mixteco de Ángeles Cruz), el dolor y la pérdida (Spirál de Cecília Felméri) o la vida cuando empieza a bullir e insta a salir de la madriguera (Libertad de Clara Roquet y Crai Nou de Alina Grigore). Sobre algunas de estas películas ya tuve ocasión de hablar a su paso por otros festivales. Tal es el caso de Nudo Mixteco que se presentó también en el Festival de Cine de Rótterdam, en su edición de junio, y Crai Nou que, a su paso por el pasado Festival de San Sebastián, se alzó con la Concha de Oro. Filmes, todos ellos, que esperamos que, ahora, encuentren su lugar en las carteleras españolas.