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Más de la mitad de las películas que compiten en las tres secciones oficiales del 60 Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón, que comienza hoy, son de habla hispana y/o realizadas por mujeres
Ya está en marcha. Hoy el 60 Festival de Cine Internacional de Gijón / Xixón (FICX) comienza una edición muy especial y lo celebra poniendo foco a un cine que está en las sombras. Bien porque las películas que se proyectan todavía no tengan distribución en España, bien porque los títulos elegidos compongan una arriesgada colección que define los modos y discursos del cine contemporáneo, bien porque la autoría de estos ejercicios se compromete con las nuevas voces que representan tanto las mujeres como los hispanoparlantes. En Xixón se habla en femenino y se habla buscando la multiplicidad de puntos de vista que unen a la gran comunidad que conforman España e Iberoamérica.
Para recoger una identidad que articula un lenguaje con el que nos identificamos la sección Tierres en Trance, de reciente creación, impulsa los relatos de los pueblos de España e Iberoamérica desde los cimientos de la cultura y la memoria. Siguiendo estos parámetros, encontramos trabajos como el de la paraguaya Paz Encina que, en EAMI, destaca por su interés en los pueblos indígenas. Tal es el caso de los Ayoreo que están sometidos al exterminio y el desplazamiento forzoso. La película fue la ganadora del Tiger Award en la pasada edición del Festival de Róterdam. Igualmente, se alzó con el premio a Mejor Dirección en la competencia Vanguardia y Género del reciente BAFICI. En esta sección apreciamos, además, el trabajo de Iratxe Fresneda que, en Tetuán, premier mundial en el FICX, busca rescatar los aspectos positivos de la migración y el intercambio cultural.
Ganadora del Festival de Guadalajara, otra de las voces que componen Tierres en Trance es la mexicana Claudia Sainte-Luce que regresa al FICX después de su paso por el festival con Los insólitos peces gato. Voz destacada del cine independiente mexicano huye del formalismo del guion para entrar en los abismos del mundo infantil en un entorno rural. Sobre un mundo infantil en metamorfosis también habla la chilena Lorena Zilleruelo en Soy niño que recoge el retrato de su primo Bastian en el periodo de transición entre los 12 y los 18 años. Una transición que le sirve a la cineasta, al mismo tiempo, para narrar el proceso de cambio de la sociedad chilena.
Desde Chile pasamos a Argentina donde se fraguan algunas de las películas más esperadas. Concretamente, en la sección Tierres en Trance, se podrá ver el trabajo de María Aparicio que en Sobre las nubes esboza un fresco de la ciudad argentina de Córdoba a través de cuatro personajes en busca de sí mismos. Cambiando de sección, destacan en Retueyos la obra de Sofía Jallinsky y Basovih Marinaro que vuelven al FICX tras el éxito cosechado el año pasado con Palestra que recibió el Premio FIPRESCI. La aportación de la pareja argentina, de contundente encabezamiento, Estertor, vuelve a ser una comedia ácida y perversa poblada por un grupo de personas al cuidado de un antiguo asesino de la dictadura argentina en estado casi vegetativo.
Pero si hay una obra esperada por el público es la de Mariano Llinás. Es esperada porque es premier mundial y porque el argentino, co-guionista de Argentina, 1985, tiene una reputación ganada a pulso tras la odisea que representa en su trayectoria La flor. En esta ocasión versa sobre Clorindo Testa que da nombre al filme. No obstante, él mismo puntualiza que no es exactamente una cinta sobre el arquitecto, sino sobre un libro que su padre escribió sobre él. Desvaríos filosóficos propios de Llinás con su característico estilo discursivo lleno de humor. No cade duda, promete una inmersión en un cine que no se debe a nada ni a nadie.
A las películas mencionadas se suman un puñado más que siguen recorriendo el territorio latinoamericano, español y asturiano. De este último espacio destaca la obra de Tito Montero, Hilos, que recuerda a su abuelo, Felipe García Moro, que murió en la Batalla del Cimeru. También participa de esta gran ola del cine independiente, en este caso desde Colombia, Theo Montoya para poner en tesitura al movimiento queer de la ciudad de Medellín. Lo hace en Anhell69 para hablar de las dudas y miedos de una generación aniquilada mientras sigue férrea en su afán por hacer cine.
Hacer cine y hacerlo valorando el qué, el quién y el dónde parece ser un propósito de una edición que se erige, entre tanto festival de cine, como una de las opciones más efervescentes y comprometidas de todo el estado español. Para ello, solo hay que prestar atención a las grandes protagonistas de este año. Patricia Mazuy, Maria de Medeiros, Elina Löwensohn, Lur Olaizola, Sonia Grande y Patricia Ferreira emergen para poner en contexto la aportación de las mujeres al cine y su resiliencia. Gracias a ella ha ido cambiando, poco a poco, un paisaje que empieza a ser menos monocromático. Las realidades que nos atraviesan y transforman solo pueden hablar en plural si pretenden definirnos.