Rosana G. Alonso
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El trabajo de ‘AMA-DAS’, que acaba de estrenarse en las salas de cine, la ha dejado exhausta, pero Marga Gutiérrez se sabe con la responsabilidad de que su película tenía que hacerse para concienciar, visibilizar y educar en valores

Marga Gutiérrez | Entrevista | StyleFeelFree
Retrato de la cineasta Marga Gutiérrez | Fotografía: R.Xo para © StyleFeelFree. SFF magazine | StyleFeelFree

A veces la vida te pone en frente de casualidades. La frase la enuncia Marga Gutiérrez (Pamplona, 1977) que acaba de presentar AMA-DAS consciente de que las casualidades son oportunidades. La oportunidad se la da COCEMFE, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica. Es este organismo el que se pone en contacto con la cineasta ya que los datos que manejan hacen saltar todas las alarmas. En 2016 cerca del 50% de las mujeres con discapacidad que participaron en sus talleres para buscar empleo habían sufrido o estaban sufriendo violencia de género. Unas cifras desoladoras ante las que Gutiérrez reacciona. Primero, con la realización de un cortometraje. Ahora, con AMA-DAS, una esperanzadora película que alguien tenía que hacer para tratar de reconstruir el mapa de la violencia de género en España. Un tema prácticamente tabú en el cine al que la realizadora se enfrenta con responsabilidad.

Consciente de que su documental tiene que abrir puertas y ventanas para concienciar Marga Gutiérrez se presenta a esta entrevista con muchas ganas de hablar. La conversación fluye y el tiempo pasa rápido a pesar de que una corriente subterránea, ajena a nuestra voluntad, parece tratar de boicotearla continuamente. Salimos de la librería Ocho y Medio donde nos ha citado la agencia de comunicación que gestiona la prensa de la película porque no se puede hacer allí la entrevista. Y curiosamente, en la cafetería cercana que elegimos con intención de llevarla a cabo, un grupo de hombres alza cada vez más la voz como impidiendo que pudiéramos hablar de asuntos que nos apelan a todos como sociedad. No solo a las mujeres. Gutiérrez es optimista y esperanzadora. Imagina un mundo en el que podamos convivir todos como iguales. Un mundo no ideal, pero al menos, más justo.

(Rosana G. Alonso) Para empezar me gustaría que me comentases cómo surge AMA-DAS. Tengo constancia de que hay una ONG de por medio, COCEMFE, que pone de manifiesto que las mujeres con discapacidad son más propensas a la violencia de género a lo largo de su vida. Datos que no son nada insospechables porque si de por sí las mujeres estamos más desprotegidas ante la agresión, si sumamos una discapacidad…

(Marga Gutiérrez) Doble vulnerabilidad

(RGA) Exactamente. Entonces, centremos un poco más el proyecto. ¿Cuál es su génesis? ¿Forma parte de un programa sobre la mujer más amplio? Y también, ¿por qué ahora?

(MG) Yo conocía el trabajo que hacía COCEMFE, que es la Confederación de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Navarra. Ellas trabajan con varios talleres de mujeres en los que les dan rutas para buscar empleo y formarse para recuperar su autoestima. Es en estos talleres donde saltan las alarmas que llevan a la realización de un estudio que hace la propia asociación. En él descubren que más del 40% de las mujeres con discapacidad habían sufrido o estaban sufriendo algún tipo de violencia de género. Es ahí cuando Edurne Jauregui, la gerente, levanta el teléfono y me llama porque nos conocíamos de algún trabajo previo. Me dice, “Marga tenemos que contar esto de alguna manera”. De ahí surge un corto muy chiquitito que se llamaba Qué es para ti el amor.

En el corto Qué es para ti el amor les preguntábamos qué era para ellas el amor. Es aquí cuando conozco ya a las protagonistas de AMA-DAS. Empiezo a indagar de dónde surgen todas sus historias y me doy cuenta también que todo esto no se puede quedar en una pequeña historia de 10 minutos. Teníamos que darle más tiempo para profundizar en la génesis y el por qué de ese viaje emocional que estaban realizando estas mujeres. AMA-DAS, justamente, creo que ha sido una casualidad. La vida a veces también te pone estas casualidades. Surge ahora y se estrena ahora aunque ha sido rodada también durante la pandemia.

(RGA) ¿Cuándo empieza entonces? Acláranos este dato

(MG) Empezamos a rodar en 2018 y hemos acompañado a estas mujeres en 2018, 2019 y parte de 2020. Lo que ocurre es que hemos rodado con ellas, pero en diferentes momentos de su vida. A lo mejor con una de las protagonistas rodábamos de enero a agosto parte de lo que le pasaba, con otra de febrero a noviembre… Íbamos hablando con ellas y nos iban contando en qué momento de la vida estaban y lo que hacíamos con eso era intentar ver en cuándo queríamos rodar.

El guion lo trabajamos de esa manera. Me contaban su vida y yo les preguntaba si les importaba que las acompañásemos en acontecimientos señalados. Una visita médica, en fiestas, en el parto. Es decir, que hacíamos una especie de guion teniendo en cuenta su vida. Su vida era nuestra vida.

«Detrás de las cifras de agresiones que vemos en los medios de comunicación hay muchas mujeres que quedan con secuelas importantísimas»

(RGA) Las protagonistas salen de los talleres, pero supongo que habría un casting. Puedo entender la elección porque en conjunto se dibuja un paisaje humano que se abre a situaciones personales muy diversas. ¿Cómo es este proceso de selección?

(Marga Gutiérrez) En los talleres había entre 20 y 25 mujeres que se interesaron por el proyecto y estaban abiertas a colaborar. Pero en algunos casos había circunstancias concretas que nos impedían rodar con algunas. Por poner un ejemplo, todas las que estaban inmersas en procesos judiciales tuvieron que ser descartadas por la vulnerabilidad que suponía rodar y trabajar con ellas. Tanto la policía como los abogados nos aconsejaron esperar a que algunos casos estuviesen resueltos.

Luego, lo que hicimos fue hacer una especie de fotografía de mujeres y discapacidades. Es decir, que hubiera distintos tipos de discapacidad. Que hubiera discapacidad psíquica, física y discapacidad generada por violencia de género. Esto último es también una cuestión muy dura. Detrás de las cifras de agresiones que vemos en los medios de comunicación hay muchas mujeres que quedan con secuelas importantísimas. Muchas veces, pensamos que son únicamente psíquicas, pero no, son también físicas. Son agresiones que les impiden luego volver al trabajo o a la crianza de sus hijos.

Y así fue el proceso del casting. Al final, acabamos con estas cuatro mujeres que nos dijeron que sí, que querían participar. Solo había una excepción que era Emma, que es la protagonista de la historia del teatro. Ella, en un momento dado me dijo que no podía aparecer porque no le había contado a su hijo que todo lo que tenía en su cuerpo, todas las cicatrices y todo lo que le había pasado era fruto de una agresión de violencia de género. Ella siempre le había dicho que la causa había sido un accidente de tráfico.

(RGA) Emma es la chica que ve cómo interpretan su historia en el teatro…

(MG) Sí, es la chica rubia que está de espectadora viendo su vida reflejada en una obra de teatro. Ocurre que cuando estábamos ya editando el documental me llama y me dice: “Marga, quiero salir. Ahora sí que quiero contar mi historia”. Ella me dice que quiere estar, que quiere aparecer de alguna manera, que quiere que se vea su rostro para ser ejemplo para otras mujeres. Y esto nos supuso un hándicap porque ya habíamos rodado el resto de historias. Yo ya había planteado contar la historia de Emma a través de Mikele, que es la actriz que escenifica su vida. Pero entonces se nos ocurrió llevarla al teatro y que viera su propia vida escenificada. Fue la forma de poder incluir a Emma y de que su historia pudiera ser contada. Entonces, bueno, fue una creatividad obligada.

Al no poder contar con uno de los personajes decidimos guionizarlo. De esta forma el documental también adquiría una riqueza mayor en el formato, que era lo que buscábamos. Además, no queríamos voces, ni que ellas tuvieran que ocultarse o ponerse de espaldas. Nada que pudiera parecer policíaco. Muchas veces, revictimizamos a las víctimas. Porque cuando, por ejemplo, desvirtúas una voz se supone que proteges a la víctima pero en realidad es como si ellas hubiesen hecho algo malo. Y ellas al salir en la película se empoderan. El arco del personaje ha sido brutal en este caso.

 

Marga Gutiérrez | Entrevista | StyleFeelFree
Fotograma de la película AMA-DAS de Marga Gutiérrez | StyleFeelFree. SFF magazine
 

(RGA) Creo que has resumido muy bien todo, has dado muchas claves. Está claro también que la escena más potente de la película es cuando aparece Emma, que hasta entonces no la conocíamos, y ve la representación de su vida en el teatro. Es que ahí te deja helada. Y además me gusta mucho el orden y que esta escena sea una de las finales. Porque al resto de mujeres vamos conociéndolas a lo largo de la película. En realidad creo que ya lo has aclarado, pero, ¿cómo planteas esto? Entiendo que va surgiendo…

(MG) Sí, porque nosotros escuchamos la voz de Emma, sabemos que está en los cascos de Mikele la voz de una mujer pero no sabemos quién es. Es una mujer que está contando su vida. Hay un momento en el teatro que sí escuchamos las dos voces: la de la actriz y la de Emma. Pero hay una cosa que no se cuenta en la película y mucha gente me ha dicho que tendría que haberlo contado. Resulta que Emma y Mikele se conocen en el teatro, es la primera vez que se ven. Hasta entonces no se conocían de nada.

(RGA) Bueno, sí que se intuye que no se conocían… Y eso pienso que es lo que da todavía más intensidad porque las reacciones son muy sinceras y emotivas…

(MG) Ese abrazo final.

(RGA) Sí, sí.

(MG) Y ese encuentro.

(RGA) Y que es algo muy sorpresivo en todos los sentidos…

(Marga Gutiérrez) Además, el rodaje, en el teatro Gayarre de Pamplona, fue muy bonito. Convoqué a Emma para cerrar el guion. Pero cuando llegó le dije que no la había convocado para cerrar el guion sino que quería que viera algo. Le dije, “vamos a hacer una cosa, y si luego no te parece bien, se va fuera”. Entonces, Emma se sentó en una de las butacas del teatro como un niño pequeño confiando a pies juntillas. Solo teníamos una cámara, una Red Epic. Nunca hay dobles cámaras. Y el primer rodaje de la obra de teatro fue solo de la cara de Emma. No grabamos a Mikele. No nos importó lo que pasaba en el escenario, solo nos importaba la cara de Emma. Además, ella tiene una reacción siempre muy bonita. Se pone nerviosa y sonríe. O sea, cuando está viendo su propia vida, sonríe de los nervios.

Pero es que además esta secuencia en el teatro es posterior a la de la denuncia de Idoia que está su pareja en el calabozo. Vienes de una historia de crianza y encuentras otro desenlace. Era importante dejar para el final de la película esto.

(RGA) Pero imagino que se cierra todo en edición.

(MG) Para mí la edición es como una segunda dirección. Y en documental pasa mucho que los editores, en este caso Andrés Salaberri, sean casi co-directores, porque las discusiones y las noches sin dormir han sido fundamentales. Nosotros trabajamos mucho con una pared en blanco con fotogramas de la película y haciendo un puzle. Y además, teníamos cuatro líneas temporales que eran las cuatro historias de nuestras mujeres y las fuimos intercalando para que tuvieran sentido.

(RGA) Sí, además, esto genera mucho ritmo en la película.

(MG) Eso es.

(RGA) Se agradece, es muy fácil de ver.

«En la película muchas imágenes son de calma, pero están pasando cosas terribles»

(Marga Gutiérrez) Sí, porque hay planos muy largos con historias muy lentas porque queríamos darles el tiempo necesario. Una de las cosas que en pre-producción me reclamaban las mujeres era que querían tranquilidad para hablar, para estar y para tomar decisiones. Y quisimos trasladar esa tranquilidad también a la película, que transmitiera esa sensación, esa paz. Que pudiera reflejar esa tranquilidad que muchas veces no les hemos dado. Ni como sociedad, ni desde las instituciones, ni en forma de reparo emocional.

O el cartel. El cartel, que es el mar. Yo siempre hablo de mar de fondo. Hay veces en las que ves el mar tranquilo pero no está nada tranquilo, es todo una apariencia. Y en la peli también. Muchas veces las imágenes son de calma, son de paz, pero están pasando cosas terribles. Hay una voz en off que te está contando cosas muy duras y muy brutales pero lo que tú estás viendo es de aparente tranquilidad. Y también es un poco ese trampantojo. Parece que no pasa nada, pero sí que pasa, pasan muchas cosas.

(RGA) Ya que me hablas del cartel, ¿me podrías hablar también del título? Llama la atención el guion que divide al verbo amar (AMA) y al verbo dar (DAS)

(MG) En muchas de las conversaciones con ellas hablábamos de la profundidad del amor y de lo que significa amar. Y para ellas amar es dar. Entonces, amar y dar. Es decir, puedes creer que estás amando pero no te estás dando ¿no? O puedes creer que estás dando pero no estás amando. Y la conjugación son los dos verbos. Amar y dar no pueden ir separados. Cuando tú estás amando, te das de alguna manera y te entregas al otro. Por eso, eres muy vulnerable, porque cuando amas abres las puertas de tu casa, de tu corazón, y dices, venga entra y revuelve.

 

Imagen de AMA-DAS | Entrevista | StyleFeelFree
Fotograma de la película AMA-DAS de Marga Gutiérrez | StyleFeelFree. SFF magazine | StyleFeelFree
 

(RGA) Ese es el problema que tenemos las mujeres, ¿no? Todas las políticas de cuidados que llevamos perpetuando generación tras generación.

(Marga Gutiérrez) Sí, sí.

(RGA) Y luego que no somos capaces de desvincular eso.

(MG) De romper.

(RGA) Es lo que dices tú, que es muy importante esta ecuación entre amar y dar.

(MG) Sí, totalmente. Porque, por ejemplo, te puedes dar en un trabajo pero no te puedes entregar de tal manera que te consuma tu vida o que acabe contigo. Y en una relación tienes que entregarte pero tiene que ser recíproco. Y también se llama AMA-DAS porque ellas siempre se preguntan si se sentirán alguna vez amadas.

(RGA) Bueno y porque vuelves otra vez a la pregunta primigenia: ¿qué es para ti el amor?

(MG) Sí, que es para ti el amor…

(RGA) Que es un concepto muy amplio y complejo…

(Marga Gutiérrez) Y luego están los talleres que aquí el mérito es de COCEMFE que tiene unas técnicas sobre violencia de género e igualdad maravillosas. Trabajan mucho el engaño del amor romántico. Se trabaja con poesía, con canciones, con historias de cine. Se trata de que nos dejemos ya de cuentos de hadas, de tonterías, de entregarse con todo el alma y el corazón sin mirar atrás. COCEMFE explica que es importante mirar atrás, mirar a quién tienes delante, hablar, confiar, y también pedir. O sea, que es necesario que sean relaciones igualitarias, que no pensemos en príncipes ni princesas, que no sea lo de sin ti no soy nada. ¿Cómo que no soy nada sin ti? Sin el otro también eres mucho. Otra cosa es que le eches de menos y que está genial sentirse amado.

Y hay un trabajo detrás de todo esto que hace COCEMFE alucinante. Para ello utiliza técnicas de igualdad. Bueno, de hecho, yo he estado en esos talleres para aprender y para formarme. Me he tenido que formar porque había muchas cosas que no entendía y no sabía de qué estábamos hablando. Gracias a la película y a COCEMFE he conseguido armar un poquito más mi cabeza.

(RGA) Pero entiendo que estabas muy concienciada con todo esto. De lo contario, no tomarías la decisión de hacer esta película. Hubieras podido optar por algo más fácil.

(MG) Total.

(RGA) O por lo menos una película que abarcase a más públicos… porque de entrada es difícil.

(Marga Gutiérrez) Bueno, yo venía de hacer algunas historias a partir de la agresión de la manada de San Fermín. Tras esto se generó un debate público interesante sobre feminismo, igualdad y defensa. Y se quiso poner en valor la respuesta del público y de la ciudadanía en Pamplona. Es decir, cómo fueron las primeras manifestaciones en la puerta de los juzgados y cómo fueron las primeras manifestaciones a favor de la igualdad que arremetían contra las agresiones sexuales de este tipo.

Con este caldo de cultivo hemos hecho una serie de cortos en Pamplona sobre mujer y San Fermín, sobre los espacios públicos de la mujer en las fiestas, sobre cómo es un espacio muy diferente al de los hombres. Cómo los hombres salen, se emborrachan por ahí, pueden hacer lo que quieran, y las mujeres tienen que mantener el tipo. No pueden beber o hacer lo que quieran como hacen ellos.

También había hecho otro proyecto que se llama Cuerdas que es sobre el parto vertical en Perú. Se trata de mujeres que dan a luz de pie. Estas mujeres reivindicaban así sus derechos. Sus abuelas y ancestros habían parido siempre de pie en las cocinas, atando cuerdas en las vigas y agarrándose daban a luz ayudadas por las matronas. Esto fue una forma de ir en contra del régimen de Fujimori. Por esta época las llevaban a los centros de salud y después las esterilizaban. Por eso, este proceso de querer dar a luz como ellas querían era una forma de reivindicar que no querían dejarse manejar y que tenían que respetarse sus derechos. Entonces, sí, ya ves que siempre ha habido alguna temática en mi vida relacionada con las mujeres.

«Hay una parte de mí que con esta película se ha vaciado»

(RGA) Aunque esta pregunta ya podría ser de cierre y todavía me gustaría que hablásemos más cosas, ¿vas a seguir con esta dinámica?

(MG) Hay una parte de mí que con esta película se ha vaciado, necesito un poco de buen barbecho. Acabo de dirigir y producir otra película que no tiene nada que ver con esto. Se llama Living Kultur y es sobre patrimonio inmaterial de Navarra. Es una ópera de personajes, donde los personajes del folclore de las lanchas del carnaval de la gastronomía generan una ópera. Esta película es como la antítesis a lo que venía haciendo, no tiene nada que ver. Es un formato experimental con guion de Oscar Alegría. Y me ha venido fenomenal para que entrara un poco de aire fresco en mi cerebro y en mi corazón. Porque es verdad que AMA-DAS me ha llenado pero también me ha vaciado.

(RGA) Ya, te ha exigido mucho además…

(Marga Gutiérrez) Sí, me ha exigido mucho. Entonces, ahora el próximo proyecto tiene que ser algo que me pase como con AMA-DAS, que me enamore, que crea en lo que queremos contar y que pueda contar también con un equipo en el que confiar. En AMA-DAS he contado con la dirección de fotografía de Jokin Pascual que es brutal en esta película. Y también con la música de Paula Olaz que ha hecho una composición conociendo a cada uno de los personajes, escuchando las entrevistas y acunándolas con su música.

Mi próximo proyecto quiero que sea de esta envergadura, con esta belleza y con estos patrones para seguir trabajando en esta línea. Entonces, ahora, este año, de momento, barbecho. También, seguir trabajando con AMA-DAS. Después del estreno en Madrid estrenamos en Bilbao y nos gustaría también ir a Barcelona. Y bueno, sería un puntazo ser preseleccionados para los Goya. Vamos a intentarlo.

(RGA) La película lo merece. Sería una gran noticia

(MG) Sí, sería un notición.

(RGA) Volviendo otra vez a las protagonistas. ¿Hubo alguna dificultad para grabarlas? Es posible que ellas en algún momento tiraran la toalla porque pudiera ser demasiado doloroso enfrentarse a su historia. ¿Cómo fue la dirección del elenco?

(Marga Gutiérrez) Yo llegué a un pacto con ellas. Habíamos hablado que las entrevistas se editarían y las escucharían ellas primero y que eran las que decidían qué entra o no, o cuando se sentían cómodas o no. Han visto todos los planos que hemos rodado, han escuchado todas las entrevistas. De hecho, ha habido muchas cosas que al final no se han incluido en la peli. Por ejemplo, el tema de las agresiones sexuales me sigue costando mucho contarlas. Creo que hay un trabajo muy duro y muy fuerte por hacer ahí. Y hay ciertas cosas que no se han contado y no se han usado porque sigue costando mucho hablar de ellas. Pero ha pasado una cosa, como habíamos tomado tantos cafés, y habíamos dado tantos paseos, y nos habíamos conocido ya tanto, en el momento en el que aparecimos con las cámaras, fue increíble.

Yo nunca me hubiera dejado grabar como se han dejado ellas. Han tenido una generosidad por su parte brutal. Es verdad que me conocían a mí y al equipo desde hace tiempo. Entonces, les generamos tranquilidad. Había mucho reposo. En plan, ¿quieres que grabemos ahora, Idoia? Nos tomábamos un café y luego ya grabábamos. Claro, esto implica tiempo y dedicación. Es un rodaje que se extiende en el tiempo, porque de repente no sacas en el día todo lo que querías. Pero es que ellas a lo mejor ya no daban más de sí. Es verdad que o generas un poquito de confianza o no puedes poner así la cámara. Pero ellas han sido codirectoras.

(RGA) Todo esto se nota. Es como lo que comentabas del mar, esa tranquilidad de fondo…

(MG) Sí, sí, hay mar de fondo ahí.

(RGA) Y se nota la complicidad y confianza

(MG) Sí, la hay.

(RGA) Otro de los temas que ya lo ratificabas tú al principio de la entrevista es el del empoderamiento. Más allá de que haya historias de violencia creo que el hecho de empoderar a las protagonistas está por encima de todo. No hay además ninguna victimización. Pero ya no solo por el planteamiento de la película sino porque ellas siempre tienen ese cariz, son mujeres fuertes y hay también un camino de superación.

(MG) Absolutamente. Había dos cuestiones que yo hablé con ellas. Una era que íbamos a hacer un viaje juntas. Yo les decía, este viaje empieza aquí y tiene que acabar aquí arriba. Es decir, que había un proceso. De hecho, ellas en el coloquio que tuvo lugar después del preestreno de la película en Madrid afirmaron esto. Reconocen que les ha servido de terapia. Ellas dicen que nadie les prestaba atención y que de pronto les ponen el foco y se ven en pantalla. Sí que queríamos hacer un retrato de empoderamiento, y un retrato de heroínas. No me gusta mucho la palabra de heroínas pero si me gusta heroicidad, ¿no? En el fondo, son supervivientes.

(RGA) Sí, sí

(Marga Gutiérrez) Y entonces, tuvimos desde el principio claro que queríamos hacer un retrato de empoderamiento y de heroicidad. Y luego esas conversaciones con ellas y con COCEMFE. Yo les decía, por favor, confiar en mí pero a lo mejor no os va a gustar la película porque vosotras no sois el público objetivo porque formáis parte del entorno. Y eso, tenéis que entenderlo. Es el ámbito de la población al que tenemos que llegar, que vean vuestra historia, para concienciar. Y ellas me decían: cómo no nos va a gustar la película. Pero yo les reiteraba: quizás no, quizás no os guste ni la forma, ni el formato, ni cómo está planteado el relato. Tenéis que decirme si os sentís a gusto con lo que decís y cómo se dice. Pero igual la peli no os gusta, ni os parece la bomba porque os esperabais otra cosa.

Tenemos que ir en busca de otro entorno, otro mucho más cinéfilo, un entorno de cultura y de público que no está acostumbrado a ver estas historias. A mí me gustaba pensar que la gente que pudiera venir al cine lo hiciera por la sugerencia del título, o que viniese porque es una peli en blanco y negro y no porque fuera una historia de violencia de género…

(RGA) Eso es interesante. Lo que planteas del título puede llevar un poco…

(MG) A la confusión.

(RGA) Sí.

(MG) Es un trampantojo.

(RGA) Porque si el título ya dejase intuir de qué va la historia, sabemos que hay un público que no iría a verla…

(Marga Gutiérrez) Es que además no sé por qué ahora mismo hay una represión de estos temas que incluso generan rechazo. En el preestreno le dije a gente de trabajo que viniera a verla y me decían, pero, ¿qué peli es? Y yo les decía, no, por favor, quiero que vengas un poco virgen a la peli. Quiero un público que sepa muy poco de la película. Y claro, cuando acabó la proyección reconocieron que si hubieran sabido algo de la temática, no hubieran venido. Y eso me gusta, que podamos atraer a un público diverso. Por supuesto, también a todas las personas con discapacidad. Es una peli inclusiva que tiene audiodescripción, tiene subtítulos en lenguaje de signos. Esto nos parecía importante porque es que además trabajamos mucho con la discapacidad en la peli y si somos inclusivos, pues tenemos que estar todos.

«Si somos inclusivos, tenemos que estar todos»

En el preestreno estuvieron de La Once y estuvo la Delegada del Gobierno contra la violencia de género, el director de Discapacidad del Gobierno y eso está genial. Pero yo solo les pedía que, por favor, hagamos esto para que llegue no solo al entorno de la discapacidad sino al mayor público posible. No habríamos hecho esta peli si no fuéramos personas pro-discapacidad y pro-derechos, eso está claro. Pero necesitamos que el trabajo llegue al máximo público posible.

 

Imagen de AMA-DAS | Entrevista | StyleFeelFree
Fotograma de la película AMA-DAS de Marga Gutiérrez | StyleFeelFree. SFF magazine
 

(RGA) Y creo que el dispositivo que usas del teatro es lo que hace la película más incluyente, más encaminada a distintos públicos que se salen del entorno próximo a la discapacidad. Bueno, esto me hace recordar un ensayo de Silvia Federici En alabanza del cuerpo danzante en el que hace referencia a uno de sus libros más famosos Calibán y la bruja que probablemente conozcas.

(MG) Ah vale, sí, sí.

(RGA) Bueno En alabanza del cuerpo danzante es un ensayito corto que habla de cómo la dominación mercantil se vuelve no solo contra la solidaridad del grupo, sino contra la solidaridad de nosotros mismos. Federici dice que frente a la visión del cuerpo como repositorio de enfermedades la danza es central. La danza, explica, imita los procesos por los que nos relacionamos en el mundo. Esto me recuerda a cómo introduces las artes escénicas en AMA-DAS como parte del proceso de sanación.

(Marga Gutiérrez) Si, totalmente. Resulta que hay muchísimas cosas que en la peli no han podido aparecer. Pero Emma, que estuvo tres meses ingresada en el hospital y salió con vida, estuvo pensando de qué forma podía ayudar a las demás. Y entonces pensó en el teatro. Cuando salió estuvo un año trabajando en institutos y en obras de teatro haciendo de ella misma. Y es muy parecido a lo que nosotros luego generamos en esa obra de teatro que representa su historia de violencia de género. Entonces, sí que es verdad que todas las artes escénicas, la danza y la cultura son catárticas a la hora de trabajar en valores. Es la forma de que puedas entender qué te ha pasado, cómo vas a transmitir a los demás ciertos valores, cuestiones y reivindicaciones.

(RGA) En realidad, construyes un proceso dentro de un proceso. Hay un viaje que tiene un principio y un final muy esperanzador. Y al menos, como espectador, te quedas con la sensación de que se puede salir.

(MG) Sí, se puede.

(RGA) Porque hay un problema también de base. Lógicamente, es un problema social pero es que la mayoría de las mujeres que atraviesan esto vienen de un entorno de violencia. Y claro, ¿cómo salimos de esto, de estas estructuras familiares en las que hemos crecido?

(MG) Claro.

(RGA) Y entonces, ¿cómo nos concienciamos, qué ejercicio hacemos? Te lo has planteado, ¿Por qué repetimos el mismo patrón?

(Marga Gutiérrez) Repetimos patrones, claro, porque es que la crianza es el momento en el que más amor y confianza necesitamos. De 0 a 3 años está demostrado que eres la persona más vulnerable del mundo. Y de 3 a 16 es una etapa que te marca para siempre. Si en tu entorno has visto que tu padre le grita a tu madre, que tu hermano te vacila, que los profesores no te respetan, o que tus amigos te hacen bulling, interiormente vas a pensar que es normal. Aunque esto sepas reconocer que está mal, te acostumbras a ello. Y este círculo de la violencia es muy difícil de romper. Tiene que ocurrirte algo muy fuerte en la vida o trabajar mucho esta cuestión para que seas capaz de romperlo. Es decir, tiene que haber un proceso de trabajo. Necesitas encontrar una persona que realmente te ame o una familia que genere ese amor en ti.

Es verdad que muchas de estas mujeres han vivido ya en entornos de violencia o de falta de amor. Es que la falta de amor también es algo muy violento, y más cuando eres un niño pequeño. En la peli se cuenta que cuando Emma tiene la agresión y está en la UVI llaman a su padre, pero este no va ni a verla. Ya había un desencanto y una falta de amor. Y esto se queda para siempre porque si en el entorno que te tienen que querer que es tu familia, tus hermanos y amigos más cercanos no hay amor, es muy difícil. Pero estas dinámicas se están rompiendo ahora con talleres, charlas y educación. Al final va de eso, solo se pueden romper con estas dinámicas, a través de los valores.

(RGA) Y volviendo sobre esto y el ensayo de Federici, ella también habla de la mecanización del ser humano. En un sistema capitalista en el que tenemos que ser hiperproductivos estas mujeres con una discapacidad tienen más difícil que se las valore. Parece que tenemos que ser robots para que tengamos un valor y seamos merecedoras de amor.

(MG) Totalmente.

(RGA) Y si ya de por sí el ser humano, el hombre, ha demostrado a lo largo de la historia que tiene tendencia a abusar de su poder y a esclavizar a otros, pues estas mujeres con discapacidad tienen una situación mucho más difícil.

(Marga Gutiérrez) Sí, ellas reivindican todo el tiempo trabajos dignos y ocio digno. Ocurre que no tienen derecho a un ocio digno porque no pueden hacer ciertas cosas. A veces, no tienen ni acceso. Y luego el trabajo digno, hablan mucho de ello. Ellas quieren trabajar. Por ejemplo Idoia, que está en silla de ruedas, siempre ha querido trabajar. Pero desde asuntos sociales, desde las instituciones le han dicho que no, que le iban a poner dos asistentas que la cuidaran en casa. Y ella insistía en que podían hacer muchas cosas y hacerlas bien. Entonces, hasta eso se lo arrebatamos, el derecho a un trabajo digno.

Parece que tienen que conformarse con trabajos de limpieza. Mujeres que tienen una carrera, que han estudiado. Emma ha estado en comercio internacional gestionando cosas. Pero en cuanto leen que tiene un 40% de discapacidad pues es como que no va a poder. Y es importante que trabajen, porque el trabajo es una forma de socializar y dignificar. Te tienes que levantar por la mañana, te tienes que duchar, te tienes que arreglar, peinar y salir a la calle. Y solamente con eso a ti ya te está dando la vida. Otra cosa es que tengas que trabajar 14 horas y que te machaquen, eso es otro tema.

«La mujer cuando tiene una discapacidad tiene una doble o incluso una triple vulnerabilidad»

(RGA) Pero independientemente de eso, porque el trabajo es un derecho que se puede ejercer o no, no deberíamos de ser tan crueles. Ahí entramos también en un tema de educación. ¿Qué pasa si no queremos entrar en el sistema de trabajo y de producción? Entonces, ¿tenemos que asumir que podemos ser violentadas? Al final, el trabajo para las mujeres también se convierte en una obligación para salir de esos procesos de violencia.

(MG) Sí, totalmente. Es de nuevo la doble vulnerabilidad. Es así, la mujer cuando tiene una discapacidad tiene una doble o incluso una triple vulnerabilidad. Sobre todo porque lo más importante es que haga un trabajo de autoestima. En general, las mujeres tenemos menos autoestima que los hombres, eso es así. Claro, clarinete.

(RGA) Nos lo han dejado muy claro desde que nacimos, ¿no?

(Marga Gutiérrez) Pero muy claro, y ahí tenemos el síndrome de las impostoras y muchísimas cosas. A las mujeres, en general, nos han trabajado menos la autoestima. Vale, muy bien, pero es que si encima tienes discapacidad, tienes una autoestima muy muy justa. Entonces, a nada que alguien te echa un piropo, a nada que alguien se arrima a ti, piensas que por fin alguien me va a querer con discapacidad, que es el hombre de mi vida. Pues no, no es el hombre de tu vida. A lo mejor lo que quiere es lo que quiere. Igual solo quiere pasar el rato o simplemente está aprovechándose de tu vulnerabilidad.

Entonces ahí hay un doble trabajo que es el trabajo de la autoestima de estas niñas, desde pequeñas, para que su discapacidad no las discapacite para identificar qué personas se quieren aprovechar de ellas ¿no? Y en ese sentido también se trabaja mucho en estos talleres. Yo he aprendido muchísimo. Me metía ahí muchas veces, como oyente, y decía, madre mía, yo quiero que mis hijas también vengan a estos talleres, por favor.

(RGA) Es que el momento actual después del #metoo es tremendo, casi parece que nunca existió. En las redes sociales cualquier oportunidad se aprovecha para quitar validez a los argumentos en favor de los derechos de las mujeres. Mientras duró el efecto #metoo parecía que estas personas estaban escondidas esperando el momento de atacar…

(MG) Sí, estaban ocultas o no se atrevían a decirlas…

(RGA) Estoy pensando por ejemplo en el juicio de Johnny Deep y Amber Heard.

(MG) Es brutal.

(RGA) No sé, desde tu perspectiva, ¿cómo ves todo esto?

(Marga Gutiérrez) Aquí hay una cuestión de estadísticas y datos. Las muertes de mujeres son datos, no es una opinión. Yo no puedo opinar sobre los datos de las mujeres asesinadas. En España muere una mujer a la semana asesinada por violencia de género. No hay discusión. Podemos discutir otras cosas, pero esto es indiscutible. Eso está ahí, y los datos nos avalan. Si ETA estuviera matando una persona a la semana, este país estaría levantado en armas. Estaríamos revueltos. Hay datos fehacientes que indican que hay un grupo terrorista no identificado.

¿Que nos está pasando? Yo creo que la historia es cíclica. Todo vuelve. Y en las crisis que hemos tenido ahora con la pandemia hay como un resurgimiento de los antivalores, de ir en contra de los derechos de los demás. Con las crisis del mundo y las guerras hay una pérdida de valores humanos y un debilitamiento del feminismo.

Pero no podemos dejar que nos arrebaten los derechos conseguidos. No puede ser, porque además tenemos que ser compañeros de viaje. Y por eso en la peli el último plano aparece un hombre y una mujer cogidos de la mano, caminando por una playa. No es casual, esto va de ser compañeros y compañeras de viaje. Pero es verdad que la historia, si la miramos con esa perspectiva, es cíclica. Lo que ocurre es que muchas personas y partidos aprovechan esas crisis para arrebatar derechos. Creo que va por ahí.

 

Imagen de AMA-DAS | Entrevista | StyleFeelFree
Fotograma de la película AMA-DAS de Marga Gutiérrez | StyleFeelFree. SFF magazine
 

(RGA) No tienes por qué tener respuestas pero, ¿qué piensas que podemos hacer?

(MG) Educación. Esto va de educación. No podemos perder la perspectiva de la educación y la visibilización. Hay que hablarlo porque hay un efecto rebote que ahora está pasando mucho. Por ejemplo, en las últimas estadísticas de gente joven entrevistada en Navarra los chicos comentaban que estaban hartos de hablar de feminismo.

(RGA) Lo creo, porque es muy visible.

«Tenemos que hablar más de las nuevas masculinidades o poner ejemplos de otras formas de amar u otras formas de relacionarse en pareja»

(Marga Gutiérrez) Yo me quedaba loca, no puede ser. Entonces, qué nos está pasando para que estemos generando este efecto rebote. No lo estamos comunicando bien, no estamos trabajando la vía o el mensaje bien. ¿Por qué no hablamos más de nuevas masculinidades? Hablemos de eso. En las noticias, por ejemplo, en lugar de hablar tanto de mujeres que han sido agredidas, por qué no hablamos de ellos. Hablemos de que se han pegado veinte años en la cárcel. Hablemos de que ya no volverán a ver a sus hijos, por ejemplo. Y esto es lo mismo. A lo mejor la idea es que tenemos que hablar más de las nuevas masculinidades o poner ejemplos de otras formas de amar u otras formas de relacionarse en pareja.

(RGA) Es que los hombres piensan que esto se trata de quitarles a ellos algo, de que las mujeres exigimos tener presencia a costa de todo. Ellos dan por hecho que son mejores y que ahora las cuotas que buscan cierto equilibrio, por ejemplo, les quitan un protagonismo que tenían y consideran que merecen. Continuamente les oigo quejarse de las cuotas.

(MG) Sí, por eso digo que a lo mejor tenemos que hablar o utilizar otros términos que sean más de co-participación. Pero lo siento mucho, es que venimos de aquí —y hace un gesto con las manos que marca una cuota, un espacio muy pequeño que ocupaban las mujeres—

(RGA) Claro que sí, es que no hay otra. Llegará un momento en el que no sea necesario intervenir para que no haya abusos…

(MG) Es que lo siento mucho, es que venimos de cinco escalones más abajo.

(RGA) Es así.

(Marga Gutiérrez) Y no puede ser. Yo siempre digo lo mismo. Imagínate una carrera de atletismo en el que a alguien lo sitúas tres metros más atrás. ¿Qué pensarías? Pues que es injusto. Pues nosotras, lo mismo. Al final esto es una carrera. La vida es una carrera. Y si a mí me pones cien metros más atrás de la salida, pues algo va mal. Yo creo que lo que necesitamos es más educación, más autoestima y más visibilización. Hay que trabajar esto. Y trabajar también en las nuevas masculinidades. Trabajar en que esto va de que somos iguales y que todos necesitamos tener referentes.

Hace poco a mi hija de diez años le pidieron llevar una biografía de gente conocida a clase. La pobre llevó a Frida Kahlo. Pues solo ella y otra niña de clase sabían quién era. No digo que todos los niños con 10 años tengan que saber quién es Frida Kalho, no estoy diciendo esto. Pero yo le pregunté cuántas de las 25 biografías que llevaron los niños de clase eran de mujeres. Pues mi hija me dice que solo dos. La suya y la de Alexia Putellas. El resto pues tipo Messi…

(RGA) Ya, imagino.

(MG) Es que es muy identificativo. Entonces, ahí hay que trabajar en referentes, en visibilizar. Claro, aquí no puedes pensar que esto se conseguirá de un día para otro. Pues no. Pero hemos hecho esta película y hablamos de nuevas masculinidades y hablamos de trabajo en valores y no nos echamos para atrás. Desde la serenidad y desde la tranquilidad… Pero, hola, estamos aquí.

(RGA) Es que yo creo, no sé qué pensarás, que en el audiovisual se habla muy poco de violencia de género. Y además parece que no da para mucho el tema. Pero es que es algo muy amplio, con lo que convivimos en mayor o menor grado todos los días, sea soportando actitudes que parecen insignificantes o ya casos muy dramáticos como los que aparecen reflejados en AMA-DAS. Por eso, llega una película como la tuya al cine y es extraño que sea algo tan marginal. Y si no se está hablando ahora con todas las revoluciones feministas que hemos atravesado hace nada, anteriormente ni te cuento. ¿Por qué crees que se habla tan poco?

(MG) Porque no se financian estos proyectos.

(RGA) ¿Es complicado?

(MG) Muy complicado. Una plataforma es muy difícil que acepte un proyecto así. Una televisión generalista, ufff…

(RGA) Pero ya no me refiero a un proyecto documental que sí puede ser más complicado y tener una perspectiva más directa, sino en la ficción, en el cine generalista, porque esto forma parte de cómo nos relacionamos…

(MG) Incluso en la ficción es difícil. Piensa que la mayoría de los productores son hombres, heterosexuales, blancos, de 40-60 años. A lo mejor ahí también habría que revisar.

(RGA) Sí, y ahora en el cine nos quieren como muy empoderadas. Pero, ¿en qué sentido? Porque hay muchas formas de empoderamiento y de visibilización…

(Marga Gutiérrez) Es que volvemos otra vez a la autoestima de las mujeres para que puedan dirigir este tipo de proyectos, es algo que hay que trabajar. Hace poco, hablando con otra compañera que trabaja en ficción me decía que les estaba costando mucho encontrar a mujeres directoras para películas comerciales. ¿Por qué? Porque las mujeres somos más de nuestros trabajos personales, nuestra película indie, nuestra cosita chiquitita. Y nos cuesta dar ese paso hacia delante. También tiene que ver con esto. Y claro, los que dan el paso al frente y hacen películas más comerciales o de ficción, en general, son más hombres. Y eso que hay un cambio radical.

(RGA) Tremendo.

(MG) Y ahora, fíjate la visibilidad con Carla Simón, Oso de Berlín con Alcarràs que es una propuesta también muy complicada, que no es una peli fácil para el gran público. Está bien, pero…

(RGA) Bueno, no sé si es tan complicada…

(Marga Gutiérrez) Pero no es Mamá no enRedes. En mi entorno la gente no va a ver Alcarràs. Sabes lo que te quiero decir ¿no? Tengo amigas que sí, pero otras me dicen que eso qué es. Entonces, está muy bien que estemos dando un paso al frente, pero es verdad que las temáticas se siguen decidiendo en los grandes despachos. Y hay temáticas más fáciles de hacer que la de las violencias de género. Y es así. A mí, buscando financiación para esta peli, me han puesto pegas para financiarla porque les parecía un tema muy doloroso y complicado. Y me decían en plan: ¿no tienes otra cosa? Como si fuera esto un catálogo de supermercado, ¿no? Vale, tengo niños de África, ¿te parece?… no va de eso. Yo sí creo que son temáticas que cuesta que un productor las compre…

(RGA) Sin embargo, ahora es cuando se están reclamando historias de mujeres. Pero claro, depende de qué historia…

(MG) Depende de qué historia, sí. Entonces, claro, ya estamos avanzando, ya estamos haciendo cosas. Quiero decir, que cada proyecto, cada libro, cada obra de teatro que tiene que ver con esto, pues bienvenido sea. Y cada referente que aparece en la tele… Muchas veces veo la televisión y cuento cuántos minutos hay hasta que aparece una mujer.

(RGA) ¿Hasta que aparece una mujer?

(MG) Sí, a veces hay que hacer este ejercicio. Voy a ver el telediario, el que sea, y cuento cuánto tarda en que aparezca una mujer. Veo que han tardado 17 minutos en que una mujer aparezca. ¿Es casualidad? No lo sé. Pero qué raro, ¿no? ¿No ha pasado nada en estos 17 minutos en el telediario para que pueda aparecer una mujer ni como entrevistada, ni como noticia, ni como representante de algo?… Y eso, por ejemplo, sí que va cambiando. Antes no veías ninguna ni por casualidad. Y ahora sí, pones el telediario y anda, después de 17 minutos, aparece una. Esa evolución ya la estamos dando. Mucho más despacio, sí, pero la hay. Y a mí eso me ayuda. Mis hijas estarán viendo otras referencias que no vi yo.

(RGA) Bueno, entonces, hay esperanza ¿no?

(Marga Gutiérrez) No queda otra. Si estas mujeres que las han pasado canutas se vinieron aquí al preestreno en Madrid, lloraron al final de la película, pero luego se fueron a tomar unas copas y volvieron a Pamplona más contentas que tres, yo tengo esperanza y estoy contenta.

La entrevista finaliza. El ruido de fondo sigue alto aunque en las mesas colindantes no hay nadie. Aun así, antes de que acabe esta conversación, el camarero se acerca a limpiar las mesas intactas de al lado. Seguimos hablando. Hay tantas cosas que decir de las que apenas se habla… Comentamos la actualidad más reciente. Los casos de violencia machista de ayer, de hace dos días. En España, y fuera de nuestras fronteras. Le pregunto por la presentación de AMA-DAS en Egipto. Me llama la atención porque hace muy poco algunos medios internacionales dieron una noticia terrible que ponía el foco en este país. Una joven fue degollada a las puertas de su Universidad porque rechazó casarse con un compañero de clase. Un estudiante, como ella, fue el autor. Marga recuerda también que hace unos días asesinaron a dos mujeres en el barrio de Salamanca víctimas de violencia machista.

La lacra de la violencia de género se extiende a todos los estratos sociales. Marga Gutiérrez es contundente al afirmar que, además, en las clases altas está más invisibilizada porque “hay que guardar las apariencias”. Pero tiene respuestas y no está dispuesta a quedarse callada. Hay causas, lo sabemos. Y soluciones, también lo sabemos. Todo pasa por la educación. Empezando por incentivar, desde las instituciones, que proyectos como AMA-DAS se visibilicen. Tiene que llegar a más salas de cine y entrar en los centros de enseñanza. Para que podamos mirar a los ojos a las víctimas y pedirles perdón. Por no ser capaces de actuar a tiempo para que esto, al menos, sea algo solo residual, una excepción en el normal funcionamiento de una sociedad sana. No puede ser que sea un problema del día a día.