Rosana G. Alonso
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Conversamos con el cineasta Dietrich Brüggemann con motivo de su presencia en Madrid por el estreno de ‘Camino de la cruz’

camino de la cruz | stylefeelfree
Fotograma de Camino de la cruz | stylefeelfree.com

Aunque el tema de la religión es el más candente en Camino de la cruz, película dirigida por el alemán Dietrich Brüggemann que esta semana ha estado presentándola en Madrid, fundamentalmente su argumento gira en torno a la familia. Versa sobre la responsabilidad que lleva implícita la forma de educar a los hijos. Al respecto su director argumenta, «antes las familias eran como las monarquías, con un padre-rey». Pero su evolución natural originó un modelo más democrático sobrellevado por «unos padres que en algunos casos han optado por evitar cualquier tipo de poder sobre sus hijos», aclara.

En la cinta que se estrena este viernes en España, el modelo familiar que prevalece, de forma muy evidente, es el monárquico. La familia toda disciplina, límites, dictatorial. De hecho el mismo Dietrich Brüggemann asevera que muchos alemanes, mayores de cinquenta años, se han visto reconocidos en la cinta por cómo ha sido encauzada su educación en el entorno familiar. Aunque hay que matizar, el poder familiar aquí no es patriarcal, sino matriarcal. La madre, interpretada por Franziska Weisz, domina a su familia con mano de hierro. En tal extremo, que su interpretación recae en el espectador como un jarro de agua fría, por su dureza. No es un personaje fácil ni empático, pero además, no resulta natural. Se percibe cierta teatralización en su pose y sus ademanes. Una representación que parece más apropiada para una maestra o una institutriz que para una madre. Dietrich señala como paralelismo a la enfermera de Alguien voló sobre el nido del cuco. Y subraya, «no es malvada, lo que ocurre es que está haciendo su trabajo, esa es la clave… La gente puede resultar brutal pero lo que realmente es brutal es el sistema que convierte a esa misma gente en el brazo ejecutor de sus dictámenes».

El sistema, en este caso, es la Iglesia. En este punto se centra toda la controversia que pudiera tener la película. La familia —la madre— actúa en base a unas creencias impuestas desde fuera, y las lleva hasta las últimas consecuencias. Y claro, en este modelo impuesto desde fuera no tienen cabida los hijos, sino los mártires. Una hija-mártir interpretada por Lea Van Acken que ante la transformación y revuelo que implica la adolescencia, quiere ser santa como una forma de hacer algo grandioso, loable a los ojos de una madre que no escucha salvo las voces que le dicta una doctrina religiosa, inspirada en la de la sociedad religiosa fundamentalista de Pio XII que tanto Dietrich como su hermana, con la que elaboró el guión, conocen bien. «Utilicé el catolicismo porque es un medio y ambiente que conozco», indica. Y resalta también que trabajar con su hermana en el guión ha sido especialmente fructífero porque tienen «dos perspectivas distintas con mentes similares y vibraciones parecidas». De hecho, añade que «no es una casualidad que haya tantos hermanos que hayan colaborado en el cine. El caso más conocido posiblemente sea el de los hermanos Cohen». Aunque también deja claro que aunque juntos trazan el argumento, la caracterización de los personajes, el desarrollo de la historia y el arco argumental es suyo. «Finalmente soy yo el que escribe los diálogos porque es algo que es mejor hacerlo en soledad, aunque luego volvamos a reunirnos para debatirlo».

Y parece que el fruto de este esfuerzo conjunto ha merecido la pena. En febrero de este año recibieron precisamente el Oso de plata al mejor guión en la Berlinale. A este Oso de plata se le suman también el de Mejor Película, Premio de la Crítica y el Premio del jurado joven en la Seminci de Valladolid. Al respecto de estos premios, su director valora sobre manera el hecho de haber ganado en el Festival de Cine de Berlín, lo que le permitió realizar una próxima película que ya ha finalizado y que ahora se encuentra en la sala de montaje. Una comedia sobre neonazis en tono crítico en donde «todo el mundo sale mal parado». Esperaremos para ver cómo evoluciona su trabajo y juzgarle entonces. De momento, destacamos su afán por poetizar la película a través de los juegos de cámara. Como los que se evidencian repetidamente en las imágenes fijas y perspectivas panorámicas que simulan cuadros. «Hay reflejados muchos cuadros de la historia del arte como la última cena o los grandes paisajes de la pintura del siglo XIX». O los tres momentos álgidos en los que mueve la cámara como búsqueda, precisamente, de una antítesis. «Considero que cada película tiene que contener sus propios antagonismos».
 

FICHA TÉCNICA
Título original: Kreuzweg (Station of the cross / Camino de la cruz)
Dirección: Dietrich Brüggemann
Guión: Anna Brüggemann y Diestrich Brüggemann
Reparto: Lea van Acken, Franziska Weisz, Florian Stetter, Lucie Aron, Moritz Knapp
Fecha de estreno España: 12 de Diciembre de 2014
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