Rosana G. Alonso
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La historiadora de arte Alicia Ventura nos habla sobre su labor en la Colección DKV y su nuevo proyecto expositivo, que ahora puede verse en la Fundación Juan March de Cuenca, antes de que tome rumbo a Palma

Alicia Ventura | Entrevista | StyleFeelFree
Retrato de Alicia Ventura | Fotografía: © David Plaza | StyleFeelFree

Con más de dos décadas a cuestas, el siglo XXI empieza a tomar consistencia y la Colección DKV, que comenzó su andadura en el año 2006, se sabe cada vez más relevante para empezar a contar un relato pendiente de contextualizar. Con este motivo, el proyecto en proceso Una historia del arte reciente (1960-2020), inicia una conversación entre dos colecciones de arte. Por un lado, la de la Fundación Juan March en sus sedes de Cuenca y Palma. En el otro, la colección DKV. La intención de este diálogo abierto es establecer vías de comunicación entre el siglo XX y el XXI para ver de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Nos explica este proyecto pionero, que tiene una finalidad divulgativa, Alicia Ventura (Valencia, 1965), su artífice. Historiadora del arte, está al frente de su propia empresa de gestión cultural, Gestión Arte Ventura, desde la que mueve los hilos del Programa Arteria DKV. Experta en temas de arte y salud tiene muy claro su objetivo. Mapear una Historia del Arte Español con los fondos de la Colección DKV — compuesta íntegramente por piezas del siglo XXI— en un cara a cara con la colección de la Fundación Juan March que conserva piezas de incalculable valor del pasado siglo. El resultado de todo esto se puede ver estos días en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca. Allí se presentan alrededor de 150 piezas, de todas las disciplinas artísticas, que configuran un trazado histórico que comienza en 1950 y llega hasta hoy. Pero solo el primer capítulo. El siguiente, se podrá leer en Palma a partir de marzo del próximo año.
 

(Rosana G. Alonso) ¿Cuál es tu labor en la colección DKV? ¿Hay un proyecto, una línea base en la que estés investigando? ¿Cómo lo planteas?

(Alicia Ventura) La colección DKV nace en el año 2006 con varias intenciones. Una de ellas es el apoyo convencido a la cultura del país. Es decir, en DKV estamos convencidos de que la cultura tiene que ser apoyada por parte de los privados, convencidos además de que el arte es un elemento innovador y de creatividad necesario para nuestra sociedad. El arte nos hace mejores, nos humaniza y nos da soluciones y propuestas diferentes a problemas actuales. Es otra forma de explicar lo que pasa en el mundo actual, otro lenguaje. Y todo eso es lo que la empresa ha querido siempre significar y potenciar. En ese sentido, además, lo que quisimos fue hacer una colección de artistas que en el momento de su adquisición tuvieran menos de 45 años, para apoyar una línea más joven, porque en aquel entonces casi nadie lo estaba haciendo y hacía mucha falta.

«En DKV, este año y el próximo, los dos temas más importantes son el medioambiente y la mujer»

(RGA) ¿Y llevas en DKV desde el principio, desde el 2006?

(AV) Sí, tengo una empresa de gestión cultural desde el año 2004 y uno de los principales clientes que tengo desde hace muchos años es DKV. Bueno, antes tenía galería de arte en Barcelona y también dirigí las exposiciones del Forum de la ciudad. En DKV, precisamente, me contrataron para que desarrollara un proyecto de arte que desde el minuto 0 lo he desarrollo yo, con mi equipo. Esto es, somos una empresa externa contratada para dirigir y llevar el proyecto de arte. Eso sí, con la colaboración de DKV. Es decir, trabajamos codo a codo, cada día, con el departamento de Comunicación, Dirección y RSC de la compañía para que todas sus campañas de comunicación, de publicidad, y sus planes estratégicos, estén alineados con el proyecto de arte. Y eso es lo bonito y lo bueno. Por ponerte un ejemplo, este año y el próximo, de todos los temas que tocamos, los dos más importantes son el medioambiente y la mujer. Por eso, todas las exposiciones que estamos haciendo están relacionadas con medioambiente y mujer.

(RGA) Las exposiciones, ¿qué lugar ocupan en esta estrategia global?

(AV) ¿ Por qué hacemos exposiciones? Porque para nosotros la colección no tiene un valor patrimonial, sino un valor testimonial de nuestra época. Y sobre todo, por ayudar a los artistas a generar sus carreras y darlos a conocer. Entonces, entendemos que no tiene sentido que las piezas estén en un almacén ,sino que tienen que estar en nuestras oficinas o formando parte de exposiciones museísticas o de fundaciones. Esto lo entendemos como una nueva manera de contar, a través de nuestros artistas, aquellas cosas que a la empresa le preocupan, o que preocupan a la sociedad, o que preocupan a todo el mundo.

(RGA) ¿Cuáles son esas preocupaciones? ¿Nos podrías avanzar las líneas generales?

(Alicia Ventura) Dentro de una amalgama de cosas que queremos hacer, desde el principio estamos muy preocupados y ocupados con el medio ambiente, la salud del planeta, la enfermedad, los temas de inclusión, la discapacidad, la emigración, los nuevos lenguajes en el arte como ha sido esta gran expansión que ha habido del dibujo, o de la pintura, o los cambios en la fotografía. También nos gusta hacer mucho discurso, desde hace mucho tiempo, sobre la mujer y la alimentación. Son varias de las ramas que más tocamos. Por ejemplo, sobre el medio ambiente y la salud del planeta tenemos un gran corpus de obra que habla de cómo el hombre ha influido en la naturaleza, y viceversa, para modificarla. De hecho, tenemos muchísimas piezas que hablan de la intervención del hombre en la naturaleza, de arquitectura, etc.

(RGA) En realidad, son las líneas más importantes ahora mismo en los discursos contemporáneos, ¿no?

(AV) Sí, efectivamente, pero nosotros las iniciamos ya en el 2006. Es verdad que ahora, menos mal, se han puesto como de moda. Pero nosotros llevamos con ellas ya desde el inicio de la colección.

(RGA) En todo este contexto, el proyecto que ahora se puede visitar en el Museo de Arte Abstracto Español de la Fundación Juan March de Cuenca, la exposición Una historia del arte reciente (1960-2020), ¿Cómo está integrado?

(AV) Tiene que ver con otra tercera línea que nunca abandonamos que está centrada en ser marca de cultura en nuestro país. De ahí que esté enraizada en el apoyo a la cultura y a los artistas.

(RGA) Es una exposición, digamos, más genérica, ¿no es así?

(Alicia Ventura) Exacto, pero lo interesante es que por fin en un museo importante pueda haber una exposición que hable de una historia del arte creada con todo lo más reciente. Y de todo esto, que pueda quedar un libro para que no se diga que no hay arte contemporáneo para explicar en los colegios y en las universidades. Es una advertencia: “Cuidado, señores, no digan que no tienen arte contemporáneo para explicarlo en los colegios y las universidades porque aquí tienen un manual con artistas”.

(RGA) ¿Y será el mismo proyecto el que viajará en marzo del próximo año a Palma?

(AV) Es el mismo proyecto pero cambian piezas que lo integran.

(RGA) ¿Para adaptarlo al espacio?

(AV) Por adaptarlo al espacio y por hacer el discurso mucho más rico. También para dar oportunidad a muchísimos artistas de la colección DKV a que expongan su obra en el contexto de lo que estamos hablando, una historia del arte reciente en la que hay muchos artistas. Por ello, es además una manera de hacer extensible todo el discurso y la gran cantidad de artistas que hay en este país.

(RGA) ¿Variarán las piezas de DKV o también las de Fundación Juan March?

(AV) Varían las dos porque lo que hacemos es que en Cuenca se muestran los cuadros que de normal se ven en el Museo de Arte Abstracto. Se han quitado algunos para poner nuestras obras y en Mallorca se hará lo mismo. Es decir, solo algunas piezas de las que tienen colgadas normalmente permanecerán allí para dialogar con las nuestras. Aunque el discurso genérico, la idea, y la intención, siguen siendo las mismas. Lo que cambia es el contenido por ambas partes. Puede que haya 20 obras comunes que se puedan quedar en los dos sitios, pero no más.

«Si no hay un contenido didáctico en los museos cómo vamos a conseguir que los niños quieran ir con sus padres a ver exposiciones»

(RGA) Volviendo a la génesis, ¿cómo surge esta iniciativa con la Fundación Juan March? Imagino que vosotros, desde DKV, seríais los promotores

(Alicia Ventura) Precisamente surge porque desde la colección DKV, como te comentaba, desde hace mucho tiempo siempre hemos querido generar diferentes discursos siendo conscientes que nosotros no podemos tener todo el arte existente. Por esa razón, nos gusta mucho la complementariedad y sobre todo, nos gusta mucho abrirnos a otras empresas, o fundaciones, o museos que tienen en su haber, más o menos, los mismos objetivos que nosotros. Personalmente yo siempre tenía en mente la Fundación Juan March porque nos gusta mucho la programación que hacen y en concreto el Museo de Arte Abstracto lo tenía muy en la cabeza. Todos los que estudiamos Historia del Arte pasamos por el Museo de Arte Abstracto porque si queríamos estudiar la Historia del Arte Español de los cincuenta a los noventa. Allí lo tienes todo, y además, las mejores piezas.

Por otra parte, nos dimos cuenta de que justo la colección DKV empezaba donde acababa la de March. Entonces, un día, hablando con Manuel Fontán, que recuerdo que nos encontramos en la inauguración de la primera exposición de la Fundación Cerezales, le comenté la idea. Le dije, Manuel, tenemos que hacer un proyecto juntos que tenga mucho contenido educativo y divulgativo para poder hablar de una historia del arte español que va desde los cincuenta hasta la actualidad. Porque vosotros tenéis hasta aquí, y nosotros a partir de aquí. Él se entusiasmó desde el principio con la idea. Pero además, le dije que tenía que ser en sus centros de Cuenca y Mallorca, no en el de Madrid, para poder desarrollarlo con las piezas que tenían allí. La idea le pareció brillante porque ellos nunca han expuesto otra colección que no fuese la suya.

Desde hace tres años empezamos a trabajar esta idea escogiendo las piezas que creíamos que eran las más adecuadas para un espacio y para el otro. Y para poder hacer diferentes visiones de lo que ha ocurrido en el arte español de los años cincuenta a la actualidad. También para que fuera muy didáctico porque para nosotros todos los proyectos expositivos tienen que tener un contenido didáctico. Es que si no, cómo vamos a conseguir que los niños quieran ir con sus padres a ver exposiciones y consumir arte, si no tenemos ese contenido pedagógico. Entonces, le dimos mucha importancia a lo pedagógico, que es fantástico. Para que lo pudieran seguir las escuelas, los colegios…

(RGA) ¿Cómo se vehiculiza este contenido pedagógico?

(AV) Pues mira, a parte de las visitas guiadas, una de las cosas más chulas que tiene la exposición es que cuatro artistas que conforman la colección DKV están haciendo talleres para grupos de gente. Para hablar precisamente de diferentes disciplinas que tiene el arte actual. Los artista son Guillermo Mora, Julia Huete, Juan Sánchez y Clara Sánchez Sala.

(RGA) ¿Dónde se organizan los talleres?

(AV) Se han organizado en el propio Museo de Arte Abstracto en las salas educativas. Se ha trasladado allí el artista y cualquiera se podía apuntar. De hecho, había lista de espera porque había más peticiones que número de plazas.

(RGA) Eso es genial, significa que ha interesado

(AV) Claro, eso es muy positivo. Y para nosotros era fundamental. Como ves, siempre mezclamos varios temas porque al final se trata de eso, de ir poniendo el granito en varios temas que hace falta que sigan creciendo y estando ahí.

(RGA) Y con respecto a proyecto en proceso, ¿a qué os referís? ¿Es porque continúa en Palma…?

(AV) Claro, porque ahora en Cuenca tenemos esta primera parte en la que hemos mostrado parte de la colección de Cuenca con la de DKV. Y luego, en Mallorca, el 9 de marzo inauguramos la segunda parte que son piezas que hay en Mallorca también con piezas nuestras. De otra forma, no se podía ver toda la historia del arte. Porque, por ejemplo, el Equipo Crónica no está en Cuenca, está en Mallorca. Por esta razón, hacemos como una segunda visión para completar todo lo que le falta a esta historia del arte reciente.

¿Y por qué está en proceso? Porque ahí se harán más talleres, más visitas… Y además, todo eso formará parte de un libro que saldrá al final de la exposición. En él se recogerán todas las obras que se han expuesto, todos los procesos pedagógicos y educativos, los textos de las audioguías de cada una de las piezas, y de cómo se ha conformado el montaje en cada una de las salas. Pues todos esos escritos, a cargo de Joan Peiró, miembro del Comité Asesor de la Colección DKV, estarán recogidos en el libro. Y además, todos los diálogos curatoriales que ha habido para conformar ambas exposiciones. Porque una cosa muy bonita de esta exposición también ha sido que los curadores no hemos sido solamente Manuel Fontán, Director de Exposiciones de la Fundación Juan March; y yo, directora de la colección DKV, sino que han sido los equipos de trabajo suyos y míos. Con lo cual, todo este equipo curatorial hemos ido haciendo diálogos que han quedado reflejados en un texto que también se podrá leer.

La intención es que pueda haber un manual que se pueda utilizar en la Universidad, en el instituto y en el colegio. ¿Por qué? Porque tendrá diferentes niveles de textos según a quién vaya dirigido. Por eso se dice que está en proceso. Y por eso es que tendrá una segunda parte tanto de talleres, como de exposiciones. De esta manera el catálogo podrá llegar a su fin. Es más, ahora mismo, los maestros que están dando clases en los colegios pueden descargarse las fichas para hacer un proyecto educativo de la propia exposición. En la web hay una visita virtual en 3D para poder visitar la exposición. Se puede incluso poner en un proyector en clase para hablar de la historia del arte.

(RGA) ¿Habíais hecho algo similar anteriormente o es una idea que surge nueva?

(Alicia Ventura) Tan completo no. El concepto de la exposición es nuevo. Si que es verdad que anteriormente habíamos hecho diálogos con otras colecciones. Lo hemos hecho con diferentes colecciones como la de INELCOM, la del Patio Herreriano, la de la CAAC, la de Pilar Citoler o la de fotografía de Alcobendas. Porque es una forma de complementar lo que tú no tienes. Y de hecho, nos gusta. Nos gusta hacer cosas en colaboración con otros colegas o instituciones porque pensamos que sumar es avanzar. Pero lo que no habíamos hecho nunca es esto, como un tratado de Historia del Arte. Eso no, es la primera vez que lo hacemos. Nosotros normalmente repetimos poco. Lo que nos gusta del arte contemporáneo es también la posibilidad de dar una multiplicidad de visiones del mundo. Y eso es un poco lo que intentamos con las exposiciones, dar una variedad muy amplia sobre el mundo. Por eso es por lo que repetimos poco. Pero es verdad que hay algunas exposiciones que son dignas de ser vistas en muchos sitios y por eso intentamos, al menos, que sean itinerantes. Aunque en este caso solo se podrá ver en Cuenca y en Mallorca.

 
Guillermo Mora | Colección DKV | StyleFeelFree

Obra: Mitad tú, mitad yo (Emilia), 2014 de © Guillermo Mora | Colección DKV | StyleFeelFree

 

(RGA) Este proyecto tan ambicioso viene a tender un puente entre el siglo XX y el XXI. Porque creo que las obras del Museo Abstracto de Cuenca son todas del siglo XX, ¿No es así?

(AV) Efectivamente, ninguna de las obras de Cuenca llega al XXI y las nuestras son del XXI.

(RGA) A través de estos diálogos que se efectúan entre obras de un siglo y otro, ¿Se crea un discurso nuevo?

«En esta exposición vemos cómo algunos artistas le dan la vuelta de tuerca a lo que se hacía en el siglo XX para encontrar un nuevo lenguaje»

(AV) Bueno, más que un discurso nuevo lo que se muestra es de dónde vienen ciertos artistas, de dónde beben sus fuentes, que ocurría en esas mismas disciplinas con respecto a lo que ocurre ahora con toda la parte matérica. Lo vemos en Millares, o en Tàpies, al advertir cómo continúa el discurso Guillermo Mora o un Miquel Mont, por poner un ejemplo. O viendo como Plensa utilizaba todo el abecedario y las letras, pues cómo lo hace ahora Juan López con la descomposición del lenguaje. O la tensión de los hierros de Chillida con la tensión del hierro experimentado por Lucía Pino que le añade sonido. O el tratamiento abstracto que pudiera hacer José Guerrero, cómo lo hace ahora Elvira Moro o Rubén Guerrero.

Tiene que ver con cómo han bebido de ello los artistas más contemporáneos, cómo hay como una continuidad en el arte y cómo algunos artistas le dan la vuelta de tuerca para encontrar un nuevo lenguaje. Hay por ejemplo una pieza de Alex Marco que está puesta entre un Canogar y un Palazuelo que perfectamente no sabrías ver si es de los años 50 o está hecha en el siglo XXI, porque, a parte, se puede ver cómo lo hacía Zóbel en aquella época, ¿no? O por ejemplo, un paisaje que hay de Santiago Idáñez puesto delante de un paisaje de Pijuan. El de Santiago Idáñez es una montaña nevada y el de Pijuan son unas franjas blancas. Se trata de ver de dónde viene y hacia dónde va. De hecho, cuando hablas con los artistas es muy interesante porque muchos de ellos te dicen que algunos artistas le inspiraron piezas que tienen.

Hay una pieza de García Bello que es una escultura que son dos remos apoyados sobre un cuchillo que se llama Refugio mínimo para lugar limítrofe y que es superliviana. Esta pieza está puesta al lado de una macro escultura de Chillida, que pesa un quintal, y ves la ligereza y el peso de una y otra. Pero cuando las dos hablan de refugio, están hablando de lo mismo.

(RGA) Es curioso porque lo que estamos apreciando en el siglo XXI es que cada vez hay una distancia mayor con el siglo XX

(AV) Claro, y precisamente, por eso, de lo que se trata es de unir y ver qué conexiones todavía quedan. Y también, cuando se distancian hacia dónde van, hacia dónde va todo eso.

(RGA) Y qué crees que les interesa más a las nuevas generaciones, ¿las técnicas, los modos, los temas?

(AV) Yo creo que las técnicas son una herramienta que ellos tienen pero considero que les interesan, sobre todo, los temas. Lo que tú has dicho en cierto modo, ver esos temas de qué modo están tratados. Y cómo ellos pueden trabajar la materia de manera diferente para hablar de los mismos problemas de los que hablaba Tàpies o pudieran hablar otros, pero llevados al siglo XXI, con una vuelta de tuerca más. Por ejemplo, si a Guillermo Mora le gusta retorcer la pintura y le gusta hacer estos moldes con un montón de óleo, ver con qué intención lo hacía Millares cuando en verdad lo que estaba haciendo era trabajando sobre elementos de deshecho, ¿no? Para Guillermo, precisamente, la pintura que sobra no son deshechos sino que es la pura materia. Es decir, creo que a ellos lo que les interesa es ver qué ideas tenían sus predecesores para darle una vuelta propositiva más hacia adelante.

Pero les interesan muchísimo las técnicas antiguas, claro. Cuando ellos comentan es que es un pintorazo, cómo pintaba. Pues a esas mismas técnicas ellos les dan una vuelta, como hace Juan Sánchez. Juan Sánchez lo que hizo fue inventarse un artilugio con el que pintar. Él inventó un artilugio que lo manejaba manualmente como si fuera una máquina. No dejaba de ser lo que hacía Sempere cuando creaba estas máquinas de sonido que son como instrumentos musicales, que son piezas de arte. O Julia Llerena que tiene una pieza que se llama Pentagrama que es cristal tensado con dos alambres formando un pentagrama. Esta pieza crea una tensión como ocurre en la música y está colocada cerca de una pieza de Sempere totalmente musical. Y si aquella estaba hecha en hierro, esta está hecha en vidrio porque hoy en día hay técnicas más nuevas para poder trabajar el vidrío, ¿no? Pero la fuente de inspiración es la misma.

(RGA) Una de las salas que resulta más sorprendente es la sala 7 porque obliga a hacer una parada. Aquí se establece un diálogo entre Eulalia Valldosera y Gustavo Torner.

(AV) Ah bueno, bueno, esa es brutal. Sí, pero fíjate, es una videoinstalación que se hizo para una exposición que hubo sobre el tema del SIDA y la pieza habla de una limpieza de la Veritas icónica. Y está precisamente con una pieza de Torner que habla de la espiritualidad. Es la pieza más espiritual de Torner igual que la de Eulalia Valldosera. Torner en aquel momento estaba haciendo algo muy espiritual y Eulalia lo lleva muchísimo más lejos todavía, queriendo hablar de la limpieza del cuerpo y del espirítu con la limpieza de una Verónica que en realidad lo que se está utilizando son los paños de toda la limpieza que se hace alrededor de la enfermedad del SIDA.

(RGA) Y rompe bastante con todo el discurso previo de la exposición. Es además una de las más céntricas de la muestra…

(AV) Claro, rompe mucho porque precisamente una de las características del siglo XXI, que también se dio en el siglo XX, es que de repente aparecía una artista con un discurso rompedor, con una técnica totalmente rompedora. Y es un poco lo que le ha pasado a Eulalia. Uno de los grandes éxitos que tuvo Eulalia Valldosera fue a raíz de contar historias, ya contadas, pero con un lenguaje muy diferente. En video, performance… y es lo que hace aquí. Esta pieza podría estar al lado de una crucifixión. Perfectamente, vamos. Porque estamos hablando de temas similares. Podría estar al lado de un Zurbarán.

(RGA) Porque además Valldosera tiene un lenguaje muy corporal, ¿no te parece?

(AV) Claro, ella es muy corporal, muy performática. Y además se ve en este vídeo. Pero precisamente la pieza de Gustavo Torner es muy corporal también, es corpórea de alma. O sea, tú ves esa pieza allí en directo, y estás viendo un alma, un espíritu, como lo ves en el vídeo de Valldosera. Esto nos parecía un elemento rompedor en la exposición que a lo mejor en Mallorca si que se va a ver mucho más. Nos parecía que allí había que introducir la espiritualidad en el arte, de alguna manera, y con estas piezas se podía incluir muy bien un tema tan recurrido.

(RGA) Y ya para finalizar, ¿podrías comentarnos algo de las últimas salas? Llaman también la atención porque parece que aquí el relato se pierde, no hay forma de encajarlo como en las anteriores salas a través de temáticas más concretas como las líneas, las formas de escritura… entonces aparecen los contrastes. Explícanos mejor tú qué ocurre al final del recorrido y cómo se plantearon estas salas.

(Alicia Ventura) Bueno, pero las últimas, fíjate, tampoco creas que son de contraste. Por ejemplo, en la última del todo hay una pieza de Irma Álvarez Laviada que está puesta precisamente al lado de una pieza de Zóbel que ella cuando lo vio dijo “si es que son hasta los mismos colores y la misma forma de mezclarlos”. Efectivamente es así. Entonces claro, estamos hablando de lo que se hacía en aquel momento pero mucho más contemporaneizado. Pero es lo mismo. No es que no quedasen más historias que mostrar, es que las historias se tocaban en un contexto según dónde estaban estas piezas. Está hecho así de una manera muy exproceso. Por ejemplo, hay un paisaje de Zóbel que es igual que la ventana de Tamara Arroyo, que es una ventana y es un paisaje también.

No era que no hubiese temas si no que queríamos redundar en estos temas acercándonos a artistas muy actuales. En las últimas salas son piezas que hemos comprado en los muy últimos años. Era una forma de decir, “mira, aquí continúa”. De hecho, la última pieza que hemos sacado fuera, adrede, es la de Carlos Sáez que está hecha con un montón de cables de ordenadores, cables de lámparas que son como un Millares. Porque Millares cogía paja, tela… y Carlos Sáez coge desechos de cables de ordenadores y temas electrónicos. Y es la última pieza que se ve.

(RGA) Es que está claro que se establecen relaciones, pero al final estáis dibujando dos retratos generacionales que quedan muy bien recogidos en estos autores

(AV) Eso es.