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El cine portugués de Marco Martins, con su oscuridad poética que imprime en ‘Great Yarmouth – Provisional Figures’, comparte espacio con la renovada cinematografía española que respaldan Fernando Franco y Pilar Palomero
Con un discurso renovado, el cine español, desde hace unos años, mira a las periferias donde la vida hierve, o se estanca, o avanza de otro modo, o desde otro lugar. En la quinta jornada de la SSIFF 2022 los cineastas Fernando Franco y Pilar Palomero marcaron la pauta que está rigiendo un fenómeno que veníamos esperando desde principios de siglo. Se dice pronto. No es el momento para reflexionar sobre cuál fue el detonante de todo, sino para hacer una constatación. Las cuatro películas españolas que aspiran a la Concha de Oro —Girasoles silvestres, Suro, La Maternal y La consagración de la primavera— a las que se suman las que participan en Perlas —As Bestas, En los márgenes y Un año, una noche— son una constatación de que se están haciendo las cosas bien. El cine español está (y triunfa) en los festivales internacionales encontrando su voz.
Un coro de voces es lo que estamos escuchando estos días. En el caso de Pilar Palomero con La maternal, además, esta pluralidad se hace efectiva. Es una película coral y solemne por el lugar desde el que habla y la mirada que imprime. Palomero, en esta ocasión, destapa las vicisitudes de ser madre y adolescente a un mismo tiempo. Lo hace a través de una cinta que adapta lo documental a la ficción entrando sigilosamente en un centro de acogida para madres adolescentes. Una nueva propuesta tras el triunfo de Las niñas que la convierte en una cineasta imprescindible como narradora de femeninos que expone a la luz. No obstante, y aunque su perspectiva es distinta, hay que reconocer que Fernando Franco, que acaba de presentar La consagración de la primavera, siempre ha sido un realizador de mujeres a las que recurre para explorar lo psicológico.
En este caso, Franco descubre el rostro joven de Valèria Sorolla, una actriz con una presencia que cautiva como representación de una nueva generación. Muy tonal, sin necesidad de hacer grandes esfuerzos, a través de ella vuelve a indagar en el tabú y los vacíos cinematográficos para transitar por la herencia familiar. De esta forma, se embarca en un coming of age que atraviesa túneles subterráneos hasta salir a la luz, donde la primavera germina. Estación que no vemos ni por asomo en la lúgubre Great Yarmouth – Provisional Figures del portugués Marco Martins. Ha sido la gran sorpresa de la jornada con un relato extraído de los emigrantes portugueses en uno de los lugares más deprimidos del Reino Unido. Rodada desde la penumbra con una melancolía que golpea con sus imágenes de horror, abuso y miseria es la culminación, también, de un cine portugués que está experimentando un momento inmejorable.