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El BDSM toma forma de procesión en Passion, un documental autobiográfico y experimental donde la autora, Maja Borg, camina hacia su propio renacimiento a través del dolor

Passion | StyleFeelFree. SFF magazine
Imagen de la película Passion | StyleFeelFree. SFF magazine

Cuando has estado tan expuesto al dolor, el cuerpo parece endurecerse e inmunizarse ante los estímulos que recibes. Lo único que parece intacto es el recuerdo de lo que nos ha encaminado hasta ese extremo: la herida que todavía permanece abierta. De eso trata Passion, el documental autobiográfico de Maja Borg que abre con una carta a la persona que es hoy. Y es que, después de conseguir salir de una relación tóxica, abusiva y destructiva, la cineasta tiene la necesidad de reflexionar y comprender el sentido de la intimidad y el consentimiento. Para ello, entrará en el mundo del BDSM queer, buscando redefinir y comprender los límites del abuso junto a una serie de practicantes que la ayudarán en su camino. Simultáneamente, la práctica la llevará a reencontrarse con el cristianismo, uniendo ambos estilos de vida con el fin de resurgir de sus cenizas.

Manteniendo un carácter ritualístico, cada imagen y sonido se convierte en una experiencia sensorial. De tal manera, el dolor se plasma con delicadeza y pronto comienzan a brotar planos detalle de marcas, quemaduras, hendiduras, cortes y cardenales en la piel de los participantes en la película. Estas, se entremezclan con imágenes de procesiones y liturgias cristianas acercando ambas experiencias bajo la voz de Borg y su narración. Por muy alejadas que parezcan, el cristianismo y el BDSM están más cerca de lo que se cree, ya que están ligados por la pasión. Así, el metraje es la representación de una procesión, bajo una banda sonora que se introduce por contraste creando una atmósfera delicada y vulnerable, a la vez que solemne. El resultado eleva el filme a una procesión con carácter experimental, poético y espiritual, donde acompañamos a la directora en su camino con la cruz.

La experiencia de la cineasta se combina con los testimonios de los practicantes de BDSM que le ayudan a iniciarse en este camino. Con ellos, realiza rituales tanto de iniciación como de despedida, en los que poco a poco va reencontrándose consigo misma y su pasado. Este tipo de formato tan auto-confidencial otorga al metraje un carácter abierto y libre que lo asemeja a la experiencia vital. Al igual que en la vida, el largometraje va fluyendo abriendo cada vez más el abanico de posibilidades que tiene. Ciertamente, lo importante de un viaje de esta índole no es el fin, sino lo que aprendes durante el proceso. Eso es Passion, un capítulo de un camino eterno, del que desconocemos su origen o su final. Y aún a pesar de ello, decidimos acompañar a Borg en este viaje, puesto que sabemos que cada paso nos acerca hacia su renacimiento.