Sophie Taeuber-Arp. Renovadora de las artes 

Borrando barreras entre géneros artísticos Sophie Taeuber-Arp, en la retrospectiva que ahora puede verse en el Tate Modern, se percibe como una de las artistas más innovadoras de la primera mitad del siglo XX

Las barreras existentes entre el arte abstracto, el diseño y la artesanía, se disipan en el trabajo de Sophie Taeuber-Arp (Suiza. 1889 – 1943). Su influencia es tal, que el Tate Modern, en Londres, le dedica una de las mayores retrospectivas realizadas en el Reino Unido. La exhibición reúne más de 200 piezas, muchas de ellas cedidas por otros museos europeos y estadounidenses. La intención es demostrar al visitante cómo la artista trazó un nuevo camino para el desarrollo del arte abstracto. Por esta razón, es considerada como una de las creadoras vanguardistas más innovadoras del siglo XX.

La Primera Guerra Mundial marca su primer período artístico, en Zúrich, tras haberse graduado en Bellas Artes en Múnich. En este tiempo, también tomó clases de baile, probó con el diseño textil y el arte no figurativo. Poco a poco, sus múltiples pasiones conformaron su visión multidisciplinar del mundo del arte. De hecho, los intereses de Taeuber-Arp diferenciaron sus obras de las expresiones abstractas que se estaban creando en ese momento. Traspasando todas las fronteras, alcanzando una completa deconstrucción del arte figurativo. De esta etapa, la exposición recoge piezas de joyería, alfombras o tapices, pero también obras de arte decorativo, más cercanas a la artesanía.

Un paso adelante en la experimentación artística

Al finalizar la Guerra, tuvo un papel clave en el impulso del dadaísmo en Zúrich, integrando lo absurdo con lo abstracto. De este momento, destacan especialmente sus Dada Heads, un conjunto de marionetas creadas en 1918 para la representación teatral de King Stag, de Carlo Gozzi. Sophie Taeuber-Arp creó cada pieza a mano, marcando radicalmente, en ese instante, la dirección del diseño de los títeres usados en el teatro. La calidad escultórica de estos, fue aclamada por Marcel Duchamp o Hugo Weber, confirmándolos como iconos del movimiento dadaísta. De ahí la relevancia de su presencia en la retrospectiva que, por primera vez, exhibe las 17 marionetas fuera del Museo del Diseño de Zúrich. La delicadeza de estos centenarios objetos, hace que sea imposible verlos en funcionamiento. Sin embargo, el Tate Modern presenta una película que permite a los visitantes apreciarlos en actividad.

Ya en la década de los veinte, rastreando las posibilidades de la arquitectura y el diseño de interiores, la artista suiza gana todavía más notoriedad. Incluso, creó una casa-estudio en París, que acabó siendo el lugar de reunión de intelectuales como Tristan Tzara, Max Ernst o James Joyce. Este vínculo con la escena artística parisina hizo que retomara su relación con la pintura al final de la década. De esta manera, experimentó con los colores primarios y las formas abstractas, llegando al culmen de este proceso en la década de los treinta, escapando del lienzo.

El dibujo marca la última etapa de Sophie Taeuber-Arp, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Esto es así, porque dibujar fue la forma de expresión más fácil para los autores exiliados. Precisamente estos trabajos, creados mientras escapaba del nazismo en Europa, se encuentran en la última sala de la exhibición. Son dibujos que confirman y encarnan su eterna pasión por el arte abstracto. De la misma manera, son sintomáticos de su habilidad de crear, a través de nuevos materiales y métodos, en un modo que sigue siendo enormemente influyente.
 

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