La sala Alcalá 31 presenta ‘Todo lo que veo me sobrevivirá’, una recopilación de las obras más icónicas de Juan Muñoz, en el septuagésimo aniversario de su nacimiento

Juan Muñoz | Sala Alcalá 31 | StyleFeelFree. SFF mgazine
Juan Muñoz. Allo specchio, 1997 [En el espejo] | Foto: © Guillermo Gumiel | StyleFeelFree. SFF magazine

La producción artística de Juan Muñoz (Madrid, 1953 – Ibiza, 2001) refleja la vocación existencialista del autor y la representación de la figura humana como centro de la mayor parte de sus obras. De ahí que sea el protagonista de dos exposiciones que se van a llevar a cabo durante este año en Madrid, bajo el comisariado de Manuel Segade, director del Museo de Arte Dos de Mayo, con la colaboración del Juan Muñoz Estate, cuya directora es la hija del artista, Lucía Muñoz. Esta doble exposición consta de una primera parte en la sala Alcalá 31, que homenajea al artista con una recopilación de algunas de sus piezas más importantes, creadas durante la década de los noventa. La continuación tendrá lugar durante, desde junio, en el Centro de Arte Dos de Mayo y reunirá obras de la primera década de la trayectoria del artista.

Juan Muñoz comenzó los estudios de arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid, pero huyendo de la España fascistas se mudó a Londres y Nueva York. Su producción artística ha protagonizado exposiciones en Estados Unidos y en Europa. De una de ellas viene el título de la exposición, Todo lo que veo me sobrevivirá, verso de la poeta rusa Anna Ajmátova, que tenía escrito en el cuaderno de preparación de la que fue su última exposición, en la Tate Modern de Londres, en 2001. Esta muestra “constituyó la cima de su trayectoria y un hito en la historia del arte contemporáneo español”, afirma el comisario Manuel Segade. A pesar de su prematura muerte, su obra forma parte de las colecciones del MoMA de Nueva York y de San Francisco, del Guggenheim de Bilbao y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, entre otros.

Huir para encontrarse

Tras su etapa formativa, Juan Muñoz dio un paso más allá de lo conocido como canon de la escultura tradicional y se centró en la reflexión del espacio. Su trabajo destaca por las instalaciones de habitaciones con figuras humanas que interactúan entre sí y crean una secuencia en la que el espectador participa y se siente involucrado. El dominio del espacio juega un papel fundamental y supone el inicio de lo que es el arte en el siglo XXI. Algunas de sus obras más icónicas, Two Seated on the Wall, Allo Specchio o Plaza, constituida por 27 personajes asiáticos que se ríen, tienen en común el hecho de que representan a personas que utilizan la cara como máscara para esconder otro tipo de emociones. Al mismo tiempo, evocan lo cotidiano que es el encuentro con extraños en cualquier ciudad, haciendo reflejo de sus primeras vivencias como ciudadano extranjero.

Dentro de este viaje emocional encontramos Boat Accident with Motor. Juan Muñoz diseña un barco accidentado que continúa navegando sin que el espectador pueda saber si llegará a puerto o naufragará antes. Así, el escultor juega con la existencia humana metafóricamente. De la misma manera, en Carpet Piece III tres figuras enrolladas en alfombras viven una situación ambigua. Aquí, el espectador no sabe a ciencia cierta si lo que quieren es escapar o, por el contrario, esconderse un poco más. En cierto modo, lo que hace es plantear otro naufragio de manera metafórica. También ambigua es la escultura Con la corda alla boca en la que aparece una trapecista colgando del techo con una anilla en la boca. Como resultado, el escultor logra representar la dualidad entre la necesidad de la bajada o la posibilidad de la caída, enfrentando el alivio y la angustia.

El difuso límite entre el arte y la realidad

Situada en la entrada de la exposición se halla Dos centinelas sobre suelo óptico, obra con la que Juan Muñoz inició un proceso de teatralización que le lleva a adaptar el tamaño de las piezas a la arquitectura. Todas las piezas de la exhibición provocan que el límite entre exposición y realidad no esté definido. De esta forma, reivindica el truco del espejo como elemento artístico, y siembra la duda sobre lo que es real y lo que no. Por su parte, Sara with Blue Dress presenta a una mujer que se mira en el espejo observando un vestido que el espectador sabe que es azul por el reflejo en el espejo. El resultado final oscila entre la realidad y la ficción, permitiendo reflexionar sobre cómo la realidad no es más que una modalidad de la representación, al igual que sucede cuando nos reflejamos en un espejo.

Bajo otro prisma Table with Hold-Out permite echar un vistazo al mundo del engaño. La obra consiste en una mesa para jugar a cartas que tiene un mecanismo para hacer trampas y esconder una carta hasta que el timador la coja y gane la partida. Con ella, manifiesta admiración por los magos y estafadores, pues pueden engañar a la gente y hacerles ver como real lo que no lo es. El afán de confusión que Juan Muñoz pretende crear en el espectador es tal que con Balcony crea unos balcones dispuestos a ambos lados de la sala, de manera que parece que alguien va a asomarse, lo que genera un sentimiento de espera cuando en realidad no hay nadie. Una vez más, el artista juega con lo que es real y lo que no como si fueran sus propias marionetas, causando sensaciones inesperadas en el espectador.
 

DATOS DE INTERÉS DE LA EXPOSICIÓN

Título: Todo lo que veo me sobrevivirá
Artista: Juan Muñoz
Comisariado: Manuel Segade
Organización: Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. Dirección General de Promoción Cultural. Subdirección General de Bellas Artes
Lugar: Sala Alcalá 31, Madrid
Fechas: hasta el 11 de junio de 2023
Horarios: de martes a sábados y lunes 15 de mayo – 11:00-20:30 (incluidos 6, 7 y 8 de abril y 2 de mayo) / Domingos – 11:00-14:00 (incluido el 9 de abril) / Lunes cerrado (incluido el lunes 1 de mayo)
Precio [entrada a exposición]: gratuita