Ahora sí, antes no | Tanteando con dominio los afectos espontáneos 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Fiel a su estilo, Hong Sang-soo en ‘Ahora sí, antes no’ vuelve a recurrir a sus personajes fetiche en uno de sus más acertadas tentativas de volver a siluetear emocionalmente los afectos espontáneos

Los sentimientos espontáneos, esos que beben del azar y la voluntad de apertura emocional, solo tienen dos vías de efectuarse. Están las tentativas frustradas y las logradas. Entre un camino y otro, solo hay ligeras diferencias marcadas por los detalles visibles en el tono, las formas y sobre todo, la voluntad de entenderse o de jugar al escondite. Ambos caminos, sirven de pretexto a Hong Sang-soo para contar dos veces la misma historia con resultados opuestos. Un intento que se recrea en Ahora sí, antes no, fiel a su estilo. Para ello, el cineasta coreano vuelve a recurrir a sus personajes fetiche en uno de sus más acertados empeños en volver a siluetear emocionalmente los mundos que mejor conoce, los que sitúan sus películas en entornos pop que evidencian analogías con los relatos del japonés Haruki Murakami en su interés por destacar la ociosidad y sentimentalidad desde perspectivas contemporáneas.

Como si de su alterego se tratase, el personaje central en esta Ahora sí, antes no  es un director de cine, una caracterización recurrente en la obra de Hong Sang-soo desde la que se sumerge en un itinerario espontáneo que atiende a los afectos cotidianos, los que sitúan a sus personajes desde perspectivas de corta distancia para hacernos eco de paisajes emocionales vívidos, aprehendidos por medio de una ingenuidad meditada incluso en los registros técnicos, no desprovistos de una forzada y entrañable tosquedad que capta a los sujetos de su filmografía como lo haría un aficionado, aparentemente, cámara en mano y a golpe de zoom. Un recurso que no deja de ser una forma de quitarle magnanimidad a la historia volviéndola real, palpable y sentida. Y además, en Ahora sí, antes no, planteándole al espectador una disyuntiva que le permita reflexionar sobre las consecuencias de esos pequeños detalles que tienen la capacidad de desencadenar el relato modificándolo significativamente. Una disyuntiva que acaba convirtiéndose en lección moral que el maestro de la cotidianidad afectiva revela después de una compilación de exitosas tentativas en relación a la complejidad de los afectos en sociedades consumistas y dislocadas. Por ello, una delicia de cinta para ver, sentir y disfrutar.
 

Tráiler de Ahora sí, antes no | StyleFeelFree Youtube