Ana Lupas. Arte textil como acto de resistencia 

El Museo Stedelijk de Ámsterdam explora sesenta años de trayectoria de la artista Ana Lupas marcados por las circunstancias políticas de cuatro décadas de dictadura en Rumanía

El arte de Ana Lupas (Rumanía, 1940) ha estado supeditado, en gran medida, a las limitaciones impuestas por la dictadura comunista en Rumanía. Este gobierno totalitario, que se mantuvo en el poder entre 1945 y 1989, la llevó a trazar un camino propio opuesto a las prácticas artísticas respaldadas por el régimen. De esta manera, modeló una trayectoria de más de seis décadas que, desde Europa del Este, exploró la historia y la identidad. Así, durante este periodo buscó inspiración en el folclore y las tradiciones centenarias con las que creció. También utilizó el arte como resistencia, como una forma de hacer frente a esta etapa de la historia de su país. A partir de un estudio exhaustivo de su carrera la exposición On This Side of the River Elbe, en el Museo Stedelijk, reúne los aspectos más destacados de su obra desde la década de 1960 a la actualidad.

La variada producción de Ana Lupas incluye textiles, esculturas, instalaciones y arte de acción. Todas estas expresiones artísticas se contemplan en el recorrido sobre su obra que plantea el museo neerlandés. Como comenta al respecto Leontine Coelewij, comisaria del museo, la muestra “se ha desarrollado en estrecha colaboración con la artista, mostrando hitos clave de su obra, documentación de sus instalaciones temporales y obras que nunca antes se habían expuesto”. Asimismo, cabe destacar que este estudio por la obra de Lupas es un proyecto realizado en colaboración con el Kunstmuseum de Liechtenstein. Este espacio expositivo tiene prevista también una exposición de Ana Lupas centrada en otros aspectos de su obra.

Arte conceptual de resiliencia

Ana Lupas compensó la escasez de materiales derivada de cuatro décadas de dictadura con la elección de materiales “pobres”. De ahí que, restos textiles de lana, algodón, cáñamo o lino, fueran utilizados por la artista para crear esculturas textiles. Estos trabajos no solo desafiaron las normas artísticas, sino que también sirvieron a Lupas como acto de resistencia. Son obras que se aproximan a los movimientos de vanguardia tardíos como el land art, el posminimalismo y el arte povera.

Al mismo tiempo, su trabajo fomenta la colaboración impulsando también una comunidad artística local. Lo vemos en Coats to Borrow (1989), pieza central de la exposición. Esta instalación, adquirida por el Stedelijk, en 2022, presenta una serie de abrigos confeccionados a mano con restos de telas, ropa y otros textiles. En el interior de estas prendas, llama la atención una serie de etiquetas con nombres. Son los nombres de miembros del Atelier 35 a los que Lupas animó a participar plasmando su nombre. Estos abrigos se presentan suspendidos sobre muebles de metal pintados de naranja. Igualmente, obras como Humid Installation (1970) y The Solemn Process (1964-1976, 1980-1985 y 1985-2008) también fomentaron la participación de comunidades locales en la Transilvania rural.

La resiliencia y fuerte compromiso con la expresión artística ha llevado a Ana Lupas a convertirse en una destacada artista de su generación. En la actualidad, la artista sigue recurriendo a temas en los que la resistencia, la individualidad y la preservación del patrimonio cultural son clave. Ahora, su compromiso va unido a una profunda conexión con la naturaleza, inclinándose hacia temas que tienen que ver con el paisaje, e incluyen materiales naturales. A su vez, apuesta por un retorno a viejos valores amenazados por la modernización.
 

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