Rosana G. Alonso
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En ‘L’immensità’, de Emanuele Criasele, hay interés por abarcar lo inabarcable en un relato que se bifurca y evita concretarse para extraer la esencia de un lugar y un tiempo determinados

L'immensità | StyleFeelFree. SFF magazine
Imagen de la película L’immensità | StyleFeelFree. SFF magazine

Con un tema muy contemporáneo y una puesta en escena clásica Emanuele Crialese vuelve al cine con L’immensità después de once años tras Terraferma. Una película que se distancia de su predecesora en su intención de hacer del cine un panteón sagrado. Un lugar en el que reina lo icónico y en el que Penélope Cruz saca todo su armamento de actriz legendaria, casi demodé en su afán por cautivar y dejar un halo. No obstante, su protagonismo queda relegado por el de la joven Luana Giuliani, deslumbrante en su defensa de un personaje que se lleva todos los honores. Reflejo donde se mira Crialese que reveló recientemente que había nacido como mujer, es sorprendente su ímpetu y voluntad. Un empuje que conduce un relato que, más allá del tema de la transexualidad, transita por la historia. La historia italiana, de una familia italiana de clase media en crisis.

Siempre interesado en la familia el realizador de Respiro, en este caso, recurre a ella para indagar en la memoria. Retrotrayéndose a la década de 1970 indaga en la herencia que deja un matrimonio mal avenido en los hijos. Y en cómo todo el peso de la familia lo lleva una madre coraje que busca continuamente, casi desesperadamente, la forma de sacar a su descendencia de los grises de la monotonía. Esto lleva a que se sobrecargue la cinta con escenas que pretenden traspasar la cotidianidad con música y color. No deja de ser una fórmula que funciona bien, pero sienta como un caramelo usado como señuelo. No obstante, esta búsqueda de perfección en secuencias que abordan la realidad con cierta dosis de ficción, se aprovecha para generar subtextos que afrontan los retos de una narración que se bifurca para encontrarse abarcando la idea de inmensidad.

A pesar de la gran cantidad de temas que enfrenta L’immensità Crialese mantiene el pulso y encauza con aplomo el reto de captar una época con unas dimensiones políticas que caen sobre los cuerpos como bloques de hormigón. Son los cuerpos de las mujeres que tienen que preservar su lustro para seguir conservando el rol de esposa. Y los cuerpos de los niños que tienen que soportar la carga de una identidad en la que no se reconocen. Si bien se acomete el tema de la transexualidad se hace desde una perspectiva que evita centralizar toda la película para provocar un estado. Hay mucho más. Es el descubrimiento de la historia, la identidad, y los sesgos de una y otra. Y ahí si que hay que reconocerle al cineasta italiano su grandeza, más allá de una meticulosidad que parece medirse con Alfonso Cuarón en películas tan excelsamente refinadas como Roma.
 

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