El centro Pompidou de París repasa la trayectoria artística de Gérard Garouste, defensor a ultranza de la figuración rigurosa y uno de los pintores franceses más respetados
El Centro Pompidou de París arranca septiembre con una retrospectiva a Gérard Garouste (París, 1946). Pintor, de enigmática obra, mantuvo desde sus inicios una actitud cuestionadora hacia el futuro de la pintura. Defensor de la figuración, desde el punto de vista más riguroso del término, optó por ser pintor a tiempo completo en el sentido más clásico. Si bien, su apego a técnicas ancestrales, que constantemente ha buscado perfeccionar, le proporcionaron la libertad para centrarse en las temáticas de sus obras. Acompañando a esto, sus trabajos encontraron la inspiración en la mitología, la literatura, la Biblia y los estudios talmúdicos. No obstante, para Garouste el tema es sólo un pretexto para estimular la visión y la reflexión.
Esta exposición, que se despliega en la galería 2 de la sexta planta del centro francés, permite abarcar toda la riqueza de la inclasificable carrera de Gérard Garouste. Las 120 pinturas, la mayor parte de gran formato, junto a las instalaciones, esculturas y obras gráficas del artista francés presentan un recorrido completo. De este modo, asistimos a su vez a un análisis de la historia del arte a través de la mitología griega y los géneros de la pintura. Asimismo, rememoramos los grandes pintores a los que Garouste estudió asiduamente. Figuras, retratos y bodegones remiten a episodios míticos y recuerdan el modo de Tintoreto o El Greco. Con todo, estas obras rechazan toda clasificación, configurando enigmáticos trabajos que mantienen un diálogo apasionado entre el estudio y la locura.
Hilos narrativos en la obra de Gérard Garouste
Discrepante con figuras iconoclastas como Marcel Duchamp las temáticas de Gérard Garouste invitan al espectador a la reflexión. Al principio de su carrera, en la década de 1980, el artista presenta dos figuras opuestas y complementarias, el Classique y el Indien —el apolíneo y el dionisíaco—, que cree que están presentes en cada individuo. Más adelante, tras el descubrimiento de La Divina Comedia de Dante construye un nuevo corpus con motivos desmoronados y colores punzantes. Así, en ósmosis con la gran poética narrativa del famoso texto, crea una obra pictórica de exploración. En estas pinturas describe el descenso a los infiernos con imágenes que se transforman en una forma de abstracción original. Al mismo tiempo, en la serie Indiennes prolongó esta singular investigación sobre monumentales soportes de lona independientes.
Ya a mediados de la década de 1990 Gérard Garouste se adentra en los estudios del Talmud y el Midrash los cuales sirvieron de soporte de su obra artística. En consecuencia, su fascinación por el hebreo le lleva a desarrollar un interés cada vez más evidente en su obra. Las múltiples interpretaciones de los ambiguos relatos de la tradición exegética judía encuentran un eco directo en los temas propuestos por el pintor. Este se inspira en la Biblia y obras literarias de escritores como Cervantes y Kafka. Con ello, sus trabajos no pretenden ser atractivos. No teme aberraciones, deformaciones ni mutilaciones o reconstrucciones de la figura. Es una pintura que incesantemente cuestiona y cambia creencias. Una pintura que entiende que quedan caminos por recorrer en el campo de la figuración.
DATOS DE INTERÉS DE LA EXPOSICIÓN
Título: Gérard GarousteArtista: Gérard Garouste
Comisariado: Sophie Duplaix, Comisaria Jefe de Colecciones Contemporáneas, Museo Nacional de Arte Moderno
Lugar: Centro Pompidou de París, Galerie 2, nivel 6
Fechas: del 7 de septiembre de 2022 al 2 de enero de 2023
Horarios y tarifas: consultar
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