- Centros de Arte Contemporáneo en Midi-Pyrénées. Laboratorios de creación - 18 julio, 2024
- Gijón, una ciudad en auge - 6 julio, 2024
- Los primeros edificios que rascaron el cielo de Europa - 8 abril, 2023
Atravesando el rio Escalda el Sint-Annatunnel permite pasar de la margen derecha de Amberes a la margen izquierda, una experiencia que no debe pasarse por alto para admirar la buena conservación de las instalaciones originales que tienen una longevidad de casi un siglo
Caminar a 31 metros de profundidad bajo las aguas del rio Escalda, en la ciudad belga de Amberes, es posible desde 1933. Este fue el año en el que se inauguró el túnel Anna (Sint-Annatunnel) para peatones y bicicletas. Una colosal obra de ingeniería, para la época, que hizo posible unir la margen derecha —el centro de la ciudad— con la margen izquierda. Entrar en este lugar es como retrotraerse en el tiempo. Los edificios de entrada, similares a ambos lados, fueron construidos en el estilo arquitectónico Nueva Objetividad y diseñados por E. Van Averbeke para ser funcionales. Estas construcciones constan de un edificio de acceso central enmarcado por dos torres ligeramente más altas.
Nada más traspasar la puerta de entrada, el sonido de las viejas escaleras mecánicas de madera nos da la bienvenida. Tanto las escaleras, como los antiguos controles y señales de advertencia están conservados de manera sorprendente lo que hace el descenso una experiencia singular. Esta sensación, como si estuviésemos en otra dimensión, también se experimenta en el túnel con sus paredes revestidas de pequeñas baldosas de cerámica blanquecina.
Historia del Sint-Annatunner
Fueron muchas las dificultades y los proyectos frustrados presentados antes de que el Sint-Annatunnel se llevara a cabo. Ya en 1810, Napoleón plantearía un proyecto, que resultó fallido, de urbanización en la margen izquierda. Fueron propuestas que tuvieron que ser desechada por no ser viables o por resultar demasiado costosas. Entre unos contratiempos y otros, no fue hasta 1931 que se inició la obra de construcción de este gran túnel que a día de hoy es utilizado, a diario, por un gran número de personas.
Los 572 m de distancia que separan ambos márgenes se pueden recorrer tanto a pie como en bici y merece la pena el paseo por varias razones. Primero, porque tienes la sensación de estar haciendo un viaje en el tiempo hacia una realidad distópica. Luego, porque hay cierta incomodidad e intriga de qué vas a encontrarte al otro lado. Además, desde el margen izquierdo — más puramente residencial— hay impresionantes vistas de la margen derecha.
También cabe señalar que aunque este es el más singular de los túneles que unen ambos lados del río Escalda, en el centro de Amberes existen varios túneles vehiculares como el Waasland (Waaslandtunnel, 1933) y el Kennedy (Kennedytunnel, 1969). Este último permanece abierto al tráfico rodado y ferroviario, pero también es accesibles para bicicletas.
Apuesta por la conservación y la sostenibilidad
El hecho de haber sido clasificado monumento protegido en 1997 ha hecho posible que desde entonces se cuidara manteniendo una buena conservación. Realmente, resulta sorprendente el buen estado y la limpieza que se aprecia en todo el recorrido. Los últimos trabajos de restauración de este espacio han comenzado en enero de este año y se espera que queden completos en diciembre del 2022. Para entonces, los antiguos ascensores metálicos, con decoración art déco y capacidad para 80 personas, volverán funcionar.
Hay que tener en cuenta que desde esta fecha los ascensores permanecen sin servicio por el plan de reforma de sus instalaciones. Por esta razón, las escaleras funcionan las 24 horas del día. Solo el jueves no son hábiles a pleno rendimiento, ya que es el día de su mantenimiento, y se desmontan pieza a pieza para poder revisarlas. Por lo tanto, es aconsejable no dejar la visita para este día.
Preservar el diseño original junto a la apuesta por el desarrollo sostenible son los grandes intereses de esta renovación. Con la restauración de los ascensores se procederá a cambiar las partes electromecánicas más antiguas. Igualmente, se tendrá en cuenta la eficiencia energética. Con tal fin, se utilizará la energía generada por el frenado de los ascensores para las escaleras mecánicas y la iluminación. Aunque la experiencia para el turista es más completa descendiendo por las escaleras mecánicas, a finales de año será un buen momento para visitar la ciudad y contemplar los ascensores en funcionamiento. Quizás la reapertura del Real Museo de Bellas Artes (KMSKA) tras las obras de ampliación sea una buena excusa para una nueva visita.