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Avalada por sus muchos atractivos, entre los que se encuentra el Festival de Cine de Gijón que este año cumple su 62 edición, Gijón se posiciona como una de las ciudades con más reclamo entre los turistas españoles
Según Jetcost, buscador de ofertas turísticas, de los 40 destinos más buscados por los turistas nacionales para sus vacaciones de julio 2024, la ciudad asturiana de Gijón, en el norte de España, se coloca en el puesto veinte. Esto la sitúa como la segunda localidad española del norte más reclamada después de San Sebastián que aparece en el puesto quince, según la misma fuente. Así, la popularidad de Gijón se incrementa por delante de Santander, Santiago de Compostela o Bilbao. Llama la atención, sobre manera, porque en los últimos años hemos visto cómo estas poblaciones se convertían en puntos de gran interés turístico por su modelo cultural respaldado por grandes buques insignia. En un caso, el Centro Botín; en otro, el Guggenheim. En cuanto a Santiago de Compostela, su aliciente está legitimado por la popularidad del camino de Santiago que desemboca en la ciudad.
No hace falta decir que Bilbao se amoldaba a los tiempos reconfigurando por completo su imagen. Lo hizo con el Guggenheim como artefacto que dibujaba y redefinía un territorio que precisaba un cambio estructural en el proceso final de desindustrialización. Esto fue a finales de la década de 1990. Concretamente, el museo abrió sus puertas en el otoño de 1997. De esta manera, se situaba como la primera región del norte peninsular en integrarse en el mapa internacional de urbes culturales más seductoras. Veinte años después de la capital vizcaína, Santander seguía sus pasos con la inauguración del Centro Botín en 2017. Y qué decir de Santiago de Compostela, ciudad Patrimonio de la Humanidad y uno de los grandes focos de peregrinación del mundo. ¿Qué está pasando para que Gijón se cuele en las listas de los lugares más buscados por los españoles para sus vacaciones en 2024? Seguimos algunas pistas.
Gijón/Xixón: exotismo, tradición y cercanía
Tras la pandemia de 2019 los viajeros han privilegiado los destinos vacacionales de cercanía que evitan la aglomeración de las grandes urbes y tienen climas privilegiados que resisten a los embistes del cambio climático. De estos, los visitantes que valoran la tranquilidad y el clima templado prefieren el norte. Son turistas que quieren aprovechar sus desplazamientos para enriquecer su curiosidad cultural o practicar deportes al aire libre. Asimismo, apuestan por descubrir lugares con encanto fuera de la ruta habitual más masificada. Estos rasgos son algunos de los que, según observamos, posicionan a Gijón, principal paraje costero de Asturias, como lugar elegido. A esto hay que sumar los precios más bajos de su hostelería, sin detrimento de la calidad, que compiten con otras ciudades españolas próximas.
Por otra parte, uno de los grandes reclamos de Gijón (Xixón, en asturiano) es que sigue siendo una población exótica tanto para el turista nacional como internacional. No se han explotado tanto sus encantos y tiene un pasado histórico al que ahora se rinde pleitesía en una época en la que tendemos a mirar atrás, buscando parajes repletos de mitos a los que aferrarse, por el clima de desafectación actual. Ampliando el alcance, Asturias, en este sentido, tiene una historia colmada de mitología, epopeyas y una historiografía sembrada de capítulos en los que el heroísmo es la tónica. Empezando por la épica en torno a la figura de Pelayo ligado a la batalla de Covadonga, y acabando por su papel protagonista en la Guerra Civil Española. Es imposible esquivar el papel singular que ocupó este enclave a orillas del Cantábrico. Además, su patrimonio cultural es de los más desconocidos e interesantes de toda la península ibérica.
Otros aspectos a tener en cuenta, y que hermana a Gijón con San Sebastián, es que la ciudad asturiana alberga una de las citas con el cine más importantes a nivel estatal. Se trata del Festival de Cine de Gijón/Xixón (FICX) que se celebra a mediados del mes de noviembre desde hace más sesenta años. Un certamen que apuesta por exponer lo mejor del cine contemporáneo independiente ganándose notoriedad, año tras año, con la gestión, desde 2017, de Alejandro Díaz Castaño y su equipo. El creciente atractivo de los festivales de cine explica, en cierta medida, su interés. Son eventos que, además de ayudar a crear una imagen muy positiva para la comarca que los alberga, impulsan la industria cultural más allá de la región donde se desarrollan. Prueba de ello es la incipiente industria del cine en Asturias, hasta hace poco casi inexistente, y que empieza a hacerse un hueco. Lo vimos hace un año cuando el cineasta asturiano Diego Llorente era seleccionado en el Festival de Róterdam con Notas sobre un verano. Una cinta que, por cierto, contaba con Gijón como escenario y que tuvo su estreno en cines de toda España.