Mariale Morales
Últimas entradas de Mariale Morales (ver todo)

En su ópera prima, Silent Night, Camille Griffin reúne un grupo de amigos en una cena navideña que es para morirse

Silent Night | StyleFeelFree
Imagen de la película Silent Night | StyleFeelFree

Durante las fiestas navideñas siempre hay espacio para que las cosas salgan mal. Un grupo de personas reunidas para celebrar el fin de año comiendo, bebiendo y pasándolo bien, puede convertirse en una mezcla letal. Y si a eso le agregas un problema existencial, como el fin de la humanidad, el resultado que obtienes es Silent Night. En su debut como directora y guionista, Camille Griffin intenta reinventar la comedia navideña utilizando el humor negro. Pero la combinación de dilemas existenciales, críticas sociales y las típicas bromas navideñas, nos deja con un raro sabor en la boca.

Sin revelar mucho de la trama, Nell y Simon han invitado a sus amigos más cercanos a unirse a su familia para la cena de Navidad. La historia comienza con una familia que se prepara para la cena. Mientras tanto, los amigos están en ruta hacia la casa de los anfritiones escuchando temas musicales navideños y discutiendo por el camino. Hasta ese momento, Silent Night parece una típica comedia de Navidad. Sin embargo, conforme va pasando el tiempo, es evidente que algo está mal. Eventualmente, Art, el primogénito de los dueños de la casa, en un momento de desahogo, revela lo que los adultos de la mesa no quieren discutir. El fin del mundo ha llegado y se van a morir. Eso es porque una nube tóxica está arrasando con el mundo matando a todo ser viviente a su paso.

Lo más sobresaliente de Silent Night es su carismático elenco. Si bien muchos de los personajes en la historia no son especialmente atractivos, el elenco actoral sale victorioso. Lo que posiblemente se iría al traste en manos de intérpretes poco experimentados, aquí funciona. De estos, es importante resaltar a Roman Griffin Davis que interpreta al noble Art. Él es la voz de la razón y el corazón de la película. Por eso, gracias a su determinación estamos enganchados hasta el final. A pesar del buen calibre de los actores, el guion flaquea en ocasiones. De hecho, a veces es difícil no estar confundidos por las decisiones —y acciones— que toman algunos de los personajes.

Griffin concibió esta idea antes de la pandemia y su intención era hacer una crítica sobre los problemas creados —y/o ignorados— de una generación que son heredados por la siguiente. A su vez, intenta cuestionar el privilegio de una clase social y el valor que tiene durante una crisis. Finalmente, hace un breve comentario sobre las manías y excentricidades de la clase alta británica. Todos ellos son temas dignos de desarrollar y analizar en cualquier ficción. Sin embargo, es complicado abarcarlos en profundidad en una comedia negra de noventa minutos. Es por algunas ambigüedades del guion por lo que Silent Night puede malinterpretarse como una película con un mensaje antivacunas y anti gobierno. No obstante, la directora ha dejado claro que ese no era su objetivo.
 

Consulta los ESTRENOS DE LA CARTELERA DE CINE DEL 2021 con valoraciones de películas