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El Centro Pompidou de París vuelve a recuperar la enigmática obra de Cy Twombly que sembró de duda la euforia norteamericana en el arte de la segunda mitad del siglo XX, desde un posicionamiento europeizante
Casi un cuarto de siglo después de que el MoMA fuese fundado en plena crisis del 29, en 1952 lanzaría un grito de atención a la escena artística con la exposición Quince americanos donde ya aparecen figuras como Rothko y Pollock. Esto anunció el principio del cambio de paradigma en el arte mundial. Así, después de la IIGM, con una Europa devastada, el centro de interés del arte fue paulatinamente trasladado de París a Nueva York. Los años cincuenta serían la década del inicio de una larga trayectoria, que en el arte, ya anticipaba el éxtasis del Nuevo Mundo en un gesto. Ese gesto, ese trazo espontáneo y agudo, sería proyectado por Pollock, creador supremo del action painting que lograría todo el respeto en 1956 con una retrospectiva en el mismo Museo de Arte Moderno, tras su repentina muerte prematura en un accidente de tráfico, ese mismo año, mientras conducía extasiado por el alcohol, justo a pocos meses de la pérdida de uno de los iconos más representativos de la cultura pop estadounidense. James Dean anunció con su pérdida, en el verano de 1955, a los 24 años, que el estilo de vida americano que empezaba a surgir se resumía en un perturbador y sugestivo eslogan: “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”. La década de 1950 en EEUU, llena de contrastes y contradicciones, como retrató excelentemente Todd Haynes en Lejos del cielo y Carol, desde una mirada que puso el foco en la homofobia y el clasismo, pero también en el racismo en el caso de Lejos del cielo, fue un período que en la expresión artística, se inclinó por una euforia que pujaba contra el puritanismo, sabiéndose victoriosa de un nuevo orden económico que comenzaría a cuestionarse tempranamente, en los tumultuosos sesenta.
Retrospectiva de Cy Twombly en el Pompidou, el americano más europeo
En este contexto, el de los cincuenta, creció artísticamente Cy Twombly (Virginia, EEUU 1928 – Roma, Italia 2011) a quien ahora el Centro Pompidou de París vuelve a homenajear después de que tras la primera exposición que consagrara a su trabajo, en 1988, fuese un invitado especial de la casa desde 2001. Pero esta vez la institución recupera todo su legado en un recorrido cronológico que comienza en los años cincuenta del pasado siglo, hasta bien entrado el XXI, centrando su atención alrededor de sus más importantes series fraguadas a lo largo de toda su carrera artística: la significativa Nine Discourse on Commodus realizada en 1963 e inspirada en el asesinato de John F. Kennedy en Dallas; Fifty Days at Iliam, una serie de diez pinturas producidas durante los setenta que toman como referente a Ilium, uno de los nombres antiguos de Troya que se verá sometido a un cambio en su grafía que ve sustituída la —u— por una —a— que evoca a Aquiles, el héroe griego a quien ya había dedicado dos insinuantes pinturas en 1962 (Achilles Mourning the Death of Patroclus y The Vengeance o f Achilles ). Finalmente, el último ciclo que el centro de arte francés recupera es el de Coronation of Sesostris (2000), el punto final a una trayectoria marcada por referencias en clave que hay que leer entre líneas garabateadas que no evidencian, pero dan señales de otras realidades que Cy Twombly cuestiona desde su acomodada vida en Roma, en donde se estableció después de su matrimonio con la aristócrata Luisa Tatiana Franchetti en 1959. Desde allí, sabiéndose mediador entre la vieja Europa y ese Nuevo Mundo polémico, que desencadenó la sucesiva espiral de violencia política en los sesenta, prosiguió una labor artística que a día de hoy sigue siendo contemporánea por su condición de puente entre espacios. Entre la escritura y la pintura, entre dos culturas que cuestiona al cobijo de mitos y alegorías que consiguen argumentar el énfasis americano por medio de la tradición europea. Y entre tendencias que deambulan del expresionismo más férvido, al minimalismo más opaco, pasando por un innegable lazo con las pinturas primitivas y naïf que desembocaron en el arte bruto primero y en el graffiti después.
Dos americanos en Europa: Rauschenberg en la Tate y Cy Twombly en el Pompidou
El estadounidense que tuvo la fortuna de advertir desde muy joven el auge y el incentivo por el arte norteamericano que sus predecesores contemporáneos ya estaban experimentando, fue un viajero inquieto que descubrió Europa y el Norte de África junto con Robert Rauschenberg tras salir del Black Mountain College a principios de los cincuenta. Curiosamente a Rauschenberg la Tate Modern inglesa le brinda en estos momentos una muestra, coincidiendo en el tiempo con la exposición que el Pompidou le dedica a la figura de Twombly.
Dos artistas imprescindibles del arte de la segunda mitad del siglo XX, cuando los artistas americanos empezaron a cotizar por lo alto, en los que todavía se advierten interrogaciones por desentrañar en muchas de sus facetas privadas que repercuten en lo artístico, como también en lo puramente artístico, para descubrir las complejidades de la época que les tocaría vivir a ambos, llegando a despedir su faceta artística a las puertas del momento en que la tecnología comenzaba a infiltrarse en la intimidad de los individuos. Ello implicaría que desde entonces, los enigmas han dejado de proliferar tanto en las individualidades, para convertirse en enigmas de lo colectivo, de un mundo inabarcable desde los lobbies que hacen que ese universo funcione de la forma en que lo hace.
La retrospectiva más ecléctica de Cy Towbly que ahora exhibe el Centro Pompidou, no viajará a ningún otro museo
Concretamente en la exhibición sobre Cy Twombly organizada por el Centro Pompidou y comisariada por Jonas Storsve, se descubre todo el esplendor y rigor de la obra del artista, un americano con una visión europea, no solo porque pasó gran parte de su tiempo en territorio europeo, sino porque muchas de sus referencias, sobre todo literarias, lo eran. Y le servían para simbolizar sus pinturas codificando sus razonables dudas al respecto del presente, la historia o su propia identidad. Desde el marqués de Sade a John Keats, Goethe, Mallarmé o Baudelaire, las referencias, no siendo obvias, sugieren muchas interpretaciones a muchos aspectos de la vida. La muestra, compuesta por 140 obras indispensables que recogen no solo sus pinturas sino también sus esculturas, dibujos y fotografías, es una ocasión para intentar descifrar los lugares intermedios entre el Eros y el Thanatos que tan extraordinariamente interpretaría en algunas de sus más líricas composiciones. Quizás en esos lugares de paso, estén las respuestas a un presente, el nuestro, que Twombly, teniendo en cuenta sus últimas obras, vislumbró alucinado de color.
Sans titre (Grottaferrata), 1957 de Cy Twombly | © Galería Karsten Greve | StyleFeelFree
Achilles Mourning the Death of Patroclus, 1962 de Cy Twombly | Colección © Centro Pompidou, Paris | StyleFeelFree
Blooming, 2001-2008 de Cy Twombly | © Fundación Cy Twombly, cortesía Archivos Fundación Nicola Del Roscio | StyleFeelFree
Título: Cy Twombly
Artista: Cy Twombly
Comisariado: Jonas Storsve
Lugar: galería 1, Nivel 6, Centro Pompidou (París)
Fechas: 30 de noviembre de 2016 – 24 de abril de 2017