Rosana G. Alonso

Muy amena, ‘Una segunda madre’ es una película que plantea un debate sobre las clases sociales y las oportunidades en el Brasil actual

Una segunda madre | StyleFeelFree
Fotograma de Una segunda madre | StyleFeelFree

Entre las clases sociales hay fronteras invisibles, pero inquebrantables, porque ante todo, estos sistemas, son culturales. Visto así, las prácticas derivadas de estas estructuras acaban atendiendo a códigos que se inmiscuyen o representan lo que es moral o no, según los roles que asumamos en nuestra vida. Cuando Anna Muylaert comenzó a escribir, con la mirada puesta en Brasil, el guion de Una segunda madre, hace veinte años, no imaginaba que su punto de vista en relación a dichas relaciones sociales cambiaría con la llegada al poder en 2003 de Lula da Silva. Así, cuando comenzó el rodaje en 2013 de Una segunda madre  se dio cuenta de que el relato que tenía entre manos, no se adecuaba a las nuevas realidades que percibía ahora. Estas distanciaban de aquellas que imperaron en los noventa del pasado siglo, cuando comenzó a esbozar la trama de su proyecto cinematográfico. Brasil había cambiado sustancialmente en este tiempo. Durante estos años, se reformaron las leyes laborales y se erradicó casi todo el trabajo doméstico interno, afirma Muylaert. Ante esta evolución, su argumento para la película que giraba alrededor de una familia adinerada y su relación con la niñera, tuvo que ser adaptado para contar la nueva realidad. Entonces, la hija de la niñera, que irrumpe de improviso en la vida de la familia acaudalada, donde su madre lleva trabajando más de una década, es sustancial para hacer visible el salto generacional en Brasil. La hija, una díscola adolescente que en principio debía ser sumisa y desafortunada, acaba convirtiéndose en abanderada del cambio social, del cambio de mentalidad en las nuevas generaciones. Jessica, el personaje que interpreta Camila Márdila se convierte en la imagen de la apertura a las oportunidades, independientemente de la clase social de donde se proceda.

‘Una segunda madre’ es una película amena que plantea un debate sobre las clases sociales y las oportunidades en el Brasil actual

Una segunda madre  nos acerca entonces a dos generaciones distintas, la de la madre y la hija, que representan los distintos imaginarios de una misma nación, en un espacio de tiempo diferente. La madre, toda una vida dedicada a su absorbente trabajo de sirvienta, apenas ha visto a su hija, vive en el pasado, en estructuras rígidas que atienden una mentalidad que deriva de estructuras que perduran del colonialismo; en definitiva, no vive su vida. La hija, ve el mundo con otros ojos, tiene aspiraciones, no contempla las limitaciones de la madre, representa el nuevo Brasil, joven y con esperanza. Entre las dos, un mundo separado por una línea que no se debe cruzar, que sigue subsistiendo. A saber, la que separa la cocina del comedor. O lo que es lo mismo, la que separa lo que es moralmente correcto y lo que no, según esas pautas aprehendidas desde lo cultural, inamovibles sólo desde la educación, si hay verdadero afán por educar desde la tolerancia, el respeto y la igualdad. Una segunda madre  comienza desde la descripción de un estilo de vida y acaba planteando una revisión a esa misma forma de ver el mundo. Por ello, se convierte en una pieza entretenida, que no tiene intención de adoctrinar, pero que cuela un mensaje positivo y optimista hacia la esperanza.
 

FICHA TÉCNICA
Título original: Que Horas Ela Volta? (Una segunda madre)
Dirección: Anna Muylaert
Guión: Anna Muylaert
Reparto: Regina Casé, Camila Márdila, Karine Teles, Lourenço Mutarelli, Michel Joelsas, Helena Albergaria, Antonio Abujamra
Fecha de estreno España: 26 de Junio de 2015
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