Rosana G. Alonso

Dirigida por Barry Levinson, ‘La sombra del actor’ une en la pantalla a Al Pacino con Greta Gerwing en una cinta que se recrea en las relaciones intergeneracionales

la sombra del actor | stylefeelfree
Fotograma de La sombra del actor | StyleFeelFree

Cuando Al Pacino leyó la novela The Humbling de Philip Roth —La sombra del actor, en su adaptación al cine doblada al castellano— se identificó de alguna manera con su personaje central, Simon Axler, un hombre de edad avanzada que tras 50 años interpretando personajes en el teatro, comienza a perder facultades y motivación para actuar. En este punto, una mujer mucho más joven, lesbiana, para salpimentar la historia, reaparece en su vida y el actor en crisis comienza a recuperar la ilusión de estar vivo. Que Al Pacino se interesara por llevar al cine esta historia por esa afinidad que declaró sentir con el alter ego de Roth es bastante comprensible, a juzgar por su carrera cinematográfica de los últimos años e incluso su vida sentimental. Que además Barry Levinson se metiera de cabeza en este proyecto implicándose como director y productor también encaja. La historia tenía suficientes virajes para darle ese pícaro tono suyo propio de sus mejores cintas. Otro que también ha tenido grandes subidas y bajadas firmando ingeniosas y originales cintas como Diner, Rain Man o Wag the Dog (La cortina de humo)  y algunas de las peores películas de la historia si nos retrotraemos a Disclosure (Acoso).

Visto lo cual, la película era una gran oportunidad para estos dos pesos pesados del celuloide y su implicación máxima —aunque se rodó en tan sólo 20 días— es apreciable si bien las comparaciones con Birdman de Alejandro González Iñárritu son inevitables y tan obvias que merece más la pena salirse por la tangente. Así podemos rescatar, de esa originalidad propia del sello Levinson, los mejores y peores recursos en la que podría ser la película que redescubra su trayectoria.

Y lo mejor, lo que marca el despertar de Al Pacino, pero también de Barry Levinson, ambos pasados los setenta años, es esa forma que tiene Barry de convertir en genuino lo absurdo; y Al Pacino, de mostrarse aquí creíble y encantador en la desazón, perdido en el sentir de una vida finita e interpretada, que no le deja discernir lo que es real de lo que no lo es. Pero también hay trampa. La historia en sí no deja de ser un gancho repetitivo, tanto en la literatura como en el cine, sobre las chispeantes relaciones entre personas de generaciones distantes, con alguna variante personificada en el incongruente personaje que interpreta Greta Gerwig. De hecho, la personalidad de la joven seductora —Greta Gerwig— que se arroja sobre el acabado Simon Axler —Al Pacino—, aunque encaja en ese absurdo imaginario que es la historia, sucumbe a hilarantes estereotipos, si desmenuzamos su rol, que atrapan a la actriz de Frances Ha en una industria que no le permite salir de su reputación de actriz promesa, no dejándole estar a la altura de un Al Pacino que sale airoso del reto que implicaba mostrarse como lo que podría ser la réplica de sí mismo en pantalla. O eso parece.
 

Tráiler de La sombra del actor de Barry Levinson | StyleFeelFree Youtube

FICHA TÉCNICA
Título original: The Humbling (La sombra del actor)
Dirección: Barry Levinson
Guión: Buck Henry, Michal Zebed
Reparto: Al Pacino, Greta Gerwig, Dianne Wiest, Kyra Sedgwick, Charles Grodin, Dylan Baker, Dan Hedaya, Maria Di Angelis, Nina Arianda, Victor Cruz, Li Jun Li
Fecha de estreno España: 24 de Abril de 2015
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