Come as You Are: cacofonías de los años 90 en el MAM 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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El Montclair Art Museum de Nueva Jersey toma el nombre de un tema de Nirvana, ‘Come as You Are’, para indagar en el arte de la década de los noventa

Come as You Are  es una letra de Nirvana lanzada como sencillo en 1992. Nirvana, con su entonces líder Kurt Cobain, icono de una década, es sin duda la quintaesencia de ese período. Hasta tal punto que el MAM (Montclair Art Museum) toma el nombre de esta canción para anunciar la exposición Come as You Are: Art of the 1990s que pretende ser el primer gran estudio que examina el arte de esta década a través del prisma de los EEUU —de artistas activos en los Estados Unidos como Laylah Ali, Janine Antoni, Alex Bag, Michael Ray Charles, Jeanne Dunning, Ellen Gallagher, Nikki S.Lee, Manuel Ocampo, Pepón Osorio,Jason Rhoade, Shirin Neshat o Frances Stark—. Concretamente 45 nombres —la mayoría nacidos en los años 60s— que cuestionaron los problemas sociales de la década propiciando debates en torno a lo que se constituiría como políticas de género o identidad, sexualidad, raza y clase a través de la lente de las artes visuales. Una etapa esta, marcada por la revolución digital con el auge de Internet que incrementó dramáticamente el volumen de estímulos visuales y la incipiente globalización que en palabras de su comisaria Alexandra Schwartz (comisaria del programa de Arte Contemporáneo en el MAM) que organiza la muestra junto con Kimberly Siino (comisaria asistente) es crucial para entender el punto en el que nos encontramos actualmente. «La cultura en la que estamos hoy fue, en muchos sentidos, definida por la década de 1990, y las cuestiones planteadas por esos artistas actualmente en confrontación, todavía están sujetas a muchas interpretaciones. Esperamos iniciar una conversación acerca de la década de 1990 sobre el arte, las preocupaciones sociales y políticas a las que miraron y se enfrentaron esos artistas y hacia donde la tecnología nos está llevando». De hecho este espacio de tiempo supuso un punto de inflexión en el arte marcado por dos acontecimientos históricos que sellaron el punto de partida y de desenlace de esta exploración histórica en análisis: la caída del muro de Berlín en 1989 y el 11S en 2001, anticipando el rumbo que tomaría el siglo XXI.

El recorrido propuesto comprende distintos formatos como instalaciones, pinturas —hay un resurgimiento por formas tradicionales que se entendió como una vuelta al orden en respuesta a la proliferación de los medios tecnológicos—, dibujos y grabados. Y como no podía ser de otra forma, vídeo y arte digital propiciado por el impacto de los nuevos medios. Además se puede apreciar una naturaleza cada vez más heterogénea en el mundo del arte. Esto se percibe en el protagonismo que adquieren las mujeres, los artistas negros y los colectivos LGBTQ de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Con todo ello, los discursos y narrativas imperantes obedecían a informaciones discordantes, lo que en palabras del lingüista Derek Bickerton se prestaba a una «corriente caótica». Expresión que rescata Alexandra Schwartz en el catálogo editado con motivo de la muestra, porque considera que responde muy bien a las paradojas del periodo. No sólo todo es cuestionado sino que además es puesto en entredicho, desde más puntos de vista y perspectivas. Posiblemente por estas cacofonías presentes, era importante no sacar los discursos fuera de los Estados Unidos. Era preciso definir un marco de análisis. Al respecto de por qué solo se exhibe el arte hecho en los EEUU Schwartz explica que siendo una decisión complicada en realidad esta década suponía un all-American show, algo así como la última gran «fiesta» americana antes de una globalización más definida. Además, geográficamente, el arte en Norteamérica comenzaba a mostrar una diversidad geográfica con la irrupción de los Ángeles como un foco de creación importante. Mientras Nueva York seguía siendo el centro del mundo del arte internacional surgen otros centros de interés en Filadelfia, Texas, Boston, Chicago o San Francisco que tienen presencia en la exhibición.

Estructurada en tres fases que desentrañan los 90s en otros tantos períodos. Se aprecian, en primera instancia, los debates en torno a las identidades y las diferencias (etapa que abarca desde 1989 hasta 1993), la subida precipitada de las tecnología digitales (1994-1997) y finalmente, el crecimiento de la globalización y el capitalismo en los ámbitos políticos, sociales y económicos (1998-2001). Tres esferas marcadas por los cruciales acontecimientos flanqueados por la caída del muro de Berlín y el 11S: la recesión económica que comenzó en 1987, la primera guerra del Golfo, los disturbios de los Ángeles, la elección de Bill Clinton como presidente, el tratado de NAFTA y el pánico del Y2K. Un contexto bien nutrido que sería el germen de un arte que todavía dará lugar a muchos debates y estudios por venir. Las 65 obras que componen esta exposición bien podrían ser el punto de partida de posteriores recorridos que sigan explicando una década absolutamente fascinante.