La Casa Encendida de Madrid prosigue con Marina González Guerreiro el ciclo expositivo que aborda cuestiones como la intimidad, la soledad y la importancia del autocuidado
La intimidad, la soledad, el papel de los cuerpos en la construcción de comunidades y la importancia del autocuidado son algunos elementos que han de tenerse en cuenta en la actualidad. Por este motivo, la Sala A de La Casa Encendida de Madrid continúa con su ciclo expositivo que pone de relieve la intimidad, la soledad y al importancia del autocuidado. Para abordar este tipo de cuestiones Rafa Barber Cortell, que actúa como comisario, ha creado Fantástico interior. En este ciclo se presentan los trabajos de cuatro artistas: Ad Minoliti, Marina González Guerreiro, Eva Koťátková y Korakrit Arunanondchai. Todos ellos aspiran a crear una narrativa para hacer pensar en las maneras en las que hemos construido nuestro propio imaginario sobre el mundo interior. Se trata de una esfera que habitualmente se asocia a lo vulnerable, a lo íntimo y a las emociones que no se muestran en público.
Cada uno de los proyectos de La Casa Encendida manifiestan ese interior relacionándose con los diferentes momentos en los que las emociones han dado forma a nuestra existencia. Además, son situaciones que introducen asuntos sobre los que es necesario prestar atención. En primer lugar, la muestra de Ad Minoliti (Buenos Aires, 1980) tiene que ver con la construcción política de la infancia. Mientras tanto, la exposición que se dedicará a Eva Koťátková (Praga, 1982) trata de construir lugares de entendimiento y empatía desde la madurez. Al mismo tiempo, la propuesta de Korakrit Arunanondchai (Bangkok, 1986), que cerrará el ciclo, se acerca a las formas de curación colectiva tras procesos traumáticos con la figura de su abuelo como hilo conductor. Ahora, le toca el turno a Marina González Guerreiro (Galicia, 1992) con un planteamiento que existe en espacios de transición como la adolescencia.
Marina González Guerreiro. Los tránsitos
La artista Marina González Guerreiro plasma en su trabajo la belleza de esos instantes rutinarios que impregnan la vida y forman la intimidad. En su práctica se percibe un preciosismo construido a través de materiales precarios y usados. Al mismo tiempo, despliega la búsqueda del equilibrio entre el orden y el desorden, y entre el control y el azar. Marina González Guerreiro. Buen camino es la segunda escena del ciclo expositivo de La Casa Encendida que parte de la acumulación de materiales. De esta forma, convierte el estudio en un espacio de ensayo donde objetos de las más diversas procedencias conviven en un ritual íntimo que invita al espectador a detenerse y a mirar. Así, su obra empatiza con el presente de un modo único poniendo el acento en la belleza que está en los recovecos. Sin filtros y sin pantallas.
Para su proyecto González Guerreiro presenta un nuevo cuerpo de trabajo inédito en el que investiga la idea de tránsito, de cambio de etapa. O bien, contempla la posibilidad o de situarse en un camino para simplemente caminar. En él también analiza el cambio de pasar del invierno a la primavera o de la adolescencia a la madurez. Por eso, Buen Camino presenta un cosmos formado por pequeños objetos en los que cada uno es importante. Todos se apoyan unos en otros formando una sutil armonía de azulejos, cuerdas, puzles, palmas y pétalos de flores amarillas. Esa serie de obras traza un recorrido expositivo que no tiene un destino marcado, ni un principio ni un final claro. Sin embargo, la desorientación se vuelve placentera en las manos de la artista. Ella es capaz de construir una incertidumbre sosegada hecha con objetos llenos de suerte y obras que hacen vínculos e inician puentes.
DATOS DE INTERÉS DE LA EXPOSICIÓN
Título: Marina González Guerreiro. Buen caminoArtista: Marina González Guerreiro
Comisariado: Rafa Barber Cortell
Lugar: La Casa Encendida
Fechas: del 20 abril al 19 junio de 2022
Horarios y tarifas: consultar
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