Laxeiro. La pervivencia de la tradición en la Galicia migrante 

La exposición itinerante sobre el artista gallego José Otero Abeledo, más conocido como Laxeiro, nos acerca a su etapa de mayor madurez artística en Argentina

Durante los años de guerra y posguerra muchos fueron los que emigraron de España por diferentes motivos, como la búsqueda de libertad o la ampliación de horizontes nuevos. Concretamente, para los artistas gallegos Argentina supuso un foco de emigración y exilio. De estos creadores emigrantes destaca la figura de José Otero Abeledo (Galicia. 1908-1996), mejor conocido como Laxeiro, uno de los padres de la vanguardia pictórica gallega. Ahora, la exposición Fue un Hombre. Laxeiro en América (1950-1970) homenajea su obra a través de la Fundación Cidade de Cultura y en colaboración con el Concello de Lalín. Enmarcada en un amplio programa de actividades, la muestra se puede ver actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, tras haber empezado su recorrido en el Museo Ramón María Aller en Lalín. Posteriormente, viajará al Museo Centro Gaiás en Santiago de Compostela y al Instituto Cervantes, en París.

El recorrido propuesto, Fue un Hombre, abarca 40 obras comprendidas dentro de la etapa de emigración argentina de Laxeiro. En este periodo, alcanza el cenit de su madurez artística. Como principal figura de la vanguardia pictórica gallega, esta retrospectiva intenta desarrollar un nuevo enfoque sobre una etapa marcada por la influencia de un nutrido grupo de intelectuales gallegos exiliados en la capital porteña. Con una gran variedad de influencias se abrirá a las tendencias internacionales expresionistas, inscribiéndose, simultáneamente, en un entorno cosmopolita y gallego. La exposición, comisariada por Carlos L. Bernárdez, se distingue por la radicalización y simplificación de su estilo oscilando entre la gestualidad conectada a las corrientes expresionistas abstractas, y la pincelada agresiva y continua. Asimismo, la recopilación de obras para esta selección parte del Catálogo Universal de Laxeiro, proyecto dirigido por la Fundación Laxeiro.

Lo rural y lo cosmopolita

La larga estancia de Laxeiro en Argentina comienza con su participación en la exposición colectiva Artistas Gallegos organizada por el Centro Gallego de Buenos Aires en 1951. Tras la muestra, el artista llegará a residir en la capital argentina por un periodo de 20 años. Esta será su etapa más independiente, artísticamente hablando. Sin perder como universo referencial el mundo y la tradición gallega, supo evolucionar formalmente, creando estructuras rítmicas con un lenguaje primitivista. Este lenguaje favoreció las figuras ingenuas y primitivas, recurriendo a las tradiciones populares. Por otra parte, la obra del pintor manifiesta una evolución en los años sesenta sin perder de vista esta línea temática. Así, mediante la reproducción de retratos psicológicos que reproducen la condición de angustia y dolor intenso, ligará su estilo a las corrientes pictóricas europeas de posguerra.

Uno de los movimientos europeos más destacados es el informalismo. Laxeiro conecta con la sensibilidad informalista consiguiendo resultados de enorme potencia visual a partir de referencias figurativas elementales, como las formas geométricas. Como afirma el comisario Carlos L. Bernárdez, el artista “pretende expresar más que representar”, en el sentido de que la pintura se esparce por el lienzo como una descarga de tensión acumulada”. A esto se le suma la angustia que se genera en su tratamiento de la figura humana. Sus óleos se caracterizan por la intensidad, el dolor y el desarraigo existencial, enmarcando su pintura en un existencialismo trágico. Mediante su trabajo consigue presentar “un mundo primario de trazos ásperos y crudos, toda una radiografía de un tiempo convulso y creativo, relacionándose con una contemporaneidad internacional” asevera Bernárdez.

Una Galicia migrante

Laxeiro es primordial para entender la escena pictórica gallega del siglo XX. Enmarcado dentro de los movimientos de vanguardias históricas, a principios de los años treinta, inició un proyecto junto a un grupo de artistas e intelectuales conocidos como los Renovadores. El proyecto que estos creadores apoyaban buscaba la actualización estética del arte en Galicia. De este modo, se consiguió un nexo artístico que conectaba la Galicia rural con las nuevas corrientes europeas contemporáneas. Por su parte, Laxeiro, fascinado por los cuentos y tradiciones de su Galicia natal, fue uno de los mejores catalizadores de esa visión del mundo desde la perspectiva popular gallega, a partir de una obra completamente innovadora. En adelante, su trabajo se liberará formalmente sin perder su referencia temática universal.

El trabajo de Laxeiro nos sirve para ligar la escena artística de Galicia con el núcleo de intelectuales exiliados afincados en Buenos Aires. Laxeiro, que se incorpora en 1951 a este ambiente, se relacionará con Luis Seoane, organizador de la exposición Artistas Gallegos. También sería clave la influencia de Castelao, aunque ya había fallecido, dentro de este núcleo artístico. Igualmente, destaca la presencia de creadores como Rafael Dieste, Lorenzo Varela, Maruja Mallo, Manuel Colmeiro, o Arturo Cuadrado, a los que se sumarán, años después, artistas que dejan Galicia como Isaac Díaz Pardo. La colaboración entre autores de ambos lados del océano fue fundamental para la dinamización de la cultura gallega en Argentina. En Galicia, los encargados de esta cooperación fueron nombres como Francisco Fernández del Riego, Carlos Maside, Aquilino Iglesia Alvariño, Ramón Otero Pedrayo, Ramón Piñeiro, Valentín Paz-Andrade o Domingo García-Sabell.
 

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