El centro Pompidou de París presenta la obra de Georg Baselitz, un artista que sobrepasaría todos los límites que la propia pintura y su época le imponían

Georg Baselitz | Centro Pompidou | StyleFeelFree
Obra: Die Mädchen von Olmo II (Las chicas de Olmo II), 1981 de Georg Baselitz | Foto: © Centre Pompidou | StyleFeelFree

Vacilando entre la figuración, la abstracción y un enfoque conceptual, Georg Baselitz (Alemania, 1938) es un artista casi inclasificable. En el contexto de la Alemania de posguerra, pretende pintar imágenes que todavía no existen y desenterrar aquello que ha sido relegado al pasado. Él lo explica enunciando que “nací en medio de un orden destruido, en un paisaje de ruinas, un pueblo en ruinas, en una sociedad en ruinas. Y no quería establecer un nuevo orden”. A pesar de ello, a lo largo de su trayectoria, experimentó con diversas técnicas pictóricas, al tiempo que desarrolló nuevas formas estéticas. Por otra parte, su producción se ha influenciado mediante la historia del arte y su gran interés en artistas como Otto Dix, Edvard Munch o Willem de Kooning. Todo ello lo podemos advertir ahora en la extensa muestra que abarca seis décadas, y que el Centro Pompidou de París le dedica.

Con su obra, Baselitz atestigua la complejidad de la vida de un artista en la Alemania de posguerra, reflejando su experiencia e imaginación. Creció bajo el régimen de la República Democrática Alemana donde la pintura abstracta estaba prohibida como expresión de decadencia capitalista. Por esta razón, se mudó a estudiar al Berlín Occidental, después de ser expulsado de la escuela de Bellas Artes y artes aplicadas de Weissensee. Sus profesores alegaron falta de “madurez sociocultural”. Para entonces, él ya estaba decidido a cruzar la frontera. Una vez en la Alemania Occidental descubriría los movimientos artísticos adoptados en la Guerra Fría. Tal es el caso del arte informal desarrollado en Francia o el expresionismo abstracto americano. Sin embargo, Baselitz tenía muy claro que no quería adherirse a las ideologías imperantes. Lo que pretendía era expresar su descontento con la situación del país.

Transgresión y enfado

Las pinturas de Georg Baselitz han sido motivo de escándalo desde sus inicios. Desde que llegó a Alemania Occidental se interesó por artistas como Munch, Lautréamont o Mikhail Aleksandrovich Vrubel, referentes del arte degenerado. Muy pronto, las obras Die große Nacht im Eimer y Der nackte Mann, presentadas en 1963, en la galería Werner & Katz, fueron confiscadas por las autoridades debido a su “carácter pornográfico”. La nueva forma de pintura alemana que Baselitz estaba creando era la contraposición al imperante Pop Art. Con la serie Ein neuer Typ retrató a pintores, poetas, heridos de guerra y supervivientes de proporciones gigantes con distorsiones manieristas. Aspiraba a expresar toda la tragedia de Alemania a través de estos retratos.

A medida que evolucionaron sus trabajos, el artista añadió nuevas figuras a su obra como árboles o perros. En la obra Der Mann am Baum el motivo del árbol se encuentra parcialmente invertido, característica que se convertiría en su firma. Tal y como explica él mismo “si quieres parar de crear constantemente nuevos motivos, pero aún quieres continuar pintando cuadros, darle la vuelta al motivo es la opción más obvia. La jerarquía de cielo arriba y el suelo abajo es un pacto al que nos hemos acostumbrado, pero en el que uno no ha de creer en absoluto”. Junto a su pintura, Georg Baselitz realizó grabados, mientras experimentaba diferentes técnicas y motivos. Al mismo tiempo, también entró en contacto con el mundo de Edvard Munch o Emil Nolde, como si quisiera crear vínculos con la tradición artística nórdica del régimen prenacionalista.

Últimos años

En sus últimas etapas, Baselitz se ha dedicado a homenajear a artistas como Henri Rousseau, Franz Marc o Arnold Schönberg con su serie de dibujos a lápiz Devotion. Sin embargo, la serie que marcará un hito fue Aviñón, referenciando la obra posterior de Picasso. Desde entonces, el autor se ha dedicado mediante la creación de autorretratos o dobles retratos, en compañía de su esposa, a una exploración pictórica cuasi meditativa. En estas últimas obras reflexiona sobre la impermanencia y el cambio físico que implica la edad, la representación del cuerpo y los recuerdos.

“El alcance temático de mi trabajo se ha reducido drásticamente en los últimos años. Lo importante es que me siento cada vez más aislado en mi pintura. He profundizado cada vez más en mí mismo para extraer todo lo que hago. Vivo con catálogos y fotos antiguas. Pinto entre yo, yo mismo, y nosotros dos. Y de vez en cuando, se une a nosotros alguien como Otto Dix”, concluye el artista.
 

DATOS DE INTERÉS
Título: Baselitz. La retrospectiva
Artista: Georg Baselitz
Comisariado: Bernard Blistène. Con la colaboración de Pamela Sticht (Asesora jefe de coordinación científica en el Musée national d’art moderne, Centre Pompidou)
Escenografía: Laurence Fontaine
Director de producción: Hervé Derouault
Lugar: Centre Pompidou (París) Galería 1, nivel 6
Fechas: del 20 octubre de 2021 al 07 de marzo de 2022
Horarios y tarifas: consultar