Rosana G. Alonso
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A punto de cumplirse dos décadas de los atentados del 11S, en ‘Copilot’, la realizadora alemana Anne Zohra Berrached sigue de forma pormenorizada un relato de los hechos que todavía no conocíamos

Copilot | StyleFeelFree
Imagen de la película Copilot | Foto: © Christopher Aoun | StyleFeelFree

El 11 de septiembre de este año se cumplirán veinte años de los atentados terroristas que cambiaron el mundo. A pesar del tiempo transcurrido, apenas hay películas centradas en sus hechos. Hemos tenido ocasión de ver las consecuencias del 11-S o parábolas subjetivadas de los atentados. Así ocurre, por ejemplo, en 11’09’’01 – 11 de septiembre, cinta estrenada un año después de los atentados y planteada como una reflexión de lo ocurrido, en la que participaban distintos realizadores. Hasta 11 nombres completaban una personal visión de lo ocurrido en cortometrajes que aportaban diversas visiones. Cineastas de la talla de Amos Gitai, Ken Loach, Mira Nair, Alejandro G. Iñárritu o Danis Tanovic se involucraron en este proyecto. De ellos, una de las perspectivas más interesantes era la propuesta por Sean Penn. Puesto que buscaba responsables en territorio amigo, tratando de ahondar en las causas y no en las consecuencias.

La realizadora Anne Zohra Berrached es ahora la que cuenta la historia que esperábamos conocer. Aquella que nos presenta a uno de los perpetradores del 11S, mostrándonos su vida en Alemania y su relación sentimental con una mujer que es la verdadera protagonista. A través de ella seguimos el relato de los hechos hasta su fatal desenlace. Para la construcción de esta narración Berrached ha tenido acceso a las miles de actas policiales que componen un retrato que pretende ser lo más fidedigno posible. Las grandes actuaciones a cargo de dos desconocidos como son Canan Kir y Roger Azar, que interpretan a los dos amantes, son el plato fuerte de un metraje memorable porque apela a la memoria colectiva. No obstante, se resienten un poco las caracterizaciones de estos personajes en un guion que quiere abarcar muchos aspectos, dejando algunas escenas tambaleándose, mientras otras son soberbias.

Es posible que la ansiedad que bien podría generar un proyecto de tal calibre, en vísperas de cumplir dos décadas el acontecimiento que reconfiguró el orden mundial, haya sido un pequeño lastre a sortear. Sin embargo, Zohra Berrached mantiene el pulso hasta el final con un ritmo trepidante. Copilot es una película que cuenta con la suficiente adrenalina para que no nos despistemos ni un segundo. Los espectadores saldrán de la sala con la impresión de poder atar cabos. E hipnotizados por una escritura que además de presentarse con afán de esclarecer la verdad, desde un punto de vista humano, traza una love story llena de pasión y altibajos. No es solo la crónica que nos conduce a los atentados terroristas que marcaron el siglo XXI. Es el duelo al que asistimos al ver truncado, desde la perspectiva de la amante engañada y herida, una historia de amor interrumpida.