Bajo el sol | Romeo y Julieta de los Balcanes 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Las tres historias encadenadas en ‘Bajo el sol’ tienen la misma energía que la de una noche de verano alumbrada por las Perseidas. Dalibor Matanic deslumbra en una película que está en on desde el minuto uno

En Más allá de las montañas  Jia Zhangke con un argumento diseccionado en tres tramos temporales, consiguió darle perspectiva a un guion que avanzaba más allá de lo que puede abarcar un guión sin saltos, ya que la historia y sus circunstancias redimensionan a los protagonistas de dicho relato. Dalibor Matanic en Bajo el sol  también traza tres ejes temporales situados en este caso en 1991, 2001 y 2011, pero cada cual cuenta una historia que bien podría ser la misma transformada por las circunstancias. Unas circunstancias que al no ser las mismas, desdibujan a sus protagonistas para volver a dibujarlos. Es por ello que a pesar de ser tres narraciones distintas los intérpretes siguen siendo los mismos. Unos asombrosos Goran Markovic y sobremanera, Tihana Lazovic, que se meten en la piel de dos jóvenes, ella serbia y él croata, que se atraen pero que como en Romeo y Julieta  de Shakespeare, no pueden evitar las circunstancias que rodean su romance.

La temática romántica sin embargo, no se queda en la superficie ya que explica la dimensión política en los Balcanes en una película que además es cuidadosa en el ángulo, la luz, el enfoque y la composición, sin por ello caer en la postal estática. Bajo el sol  está en ebullición durante todo el metraje con afán de encontrar entradas y salidas para un conflicto que sigue persistiendo bajo capas de tintura que revelan una pintura de contrastes y antagónicos que bajo el sol, se funde en un único esmalte, en apasionados encuentros que centellean encontrando la complicidad del espectador tanto en los momentos trágicos, como festivos; tanto en lo irreconciliable, como en la reconciliación. La esperanza está muy presente en la película más luminosa de todas las que ha realizado Matanic hasta el momento. Con esta inicia la primera parte de la trilogía del sol  con buen ritmo, avanzando, por otra parte, la necesidad de diálogo y entendimiento en una contemporaneidad regida por el odio o el desentendimiento entre iguales, que se señalan con el dedo por divergencias reconciliables, pero aumentadas e incentivadas por la política y la brecha cada vez más grande entre ricos y pobres. Hay que ver Bajo el sol  para entender que el odio y el amor son distintas caras de la misma moneda. Y entender que solo son dos formas de mirar hacia la misma historia. Como en la extraordinaria Ahora sí, antes no  del coreano Hong Sang-soo, los mismos intérpretes pueden llevar a un desenlace o a otro, dependiendo de su actitud ante las circunstancias. El realizador croata de este resplandeciente Bajo el sol   prueba la fuerza de sus personajes, hasta donde pueden llegar, influenciados por su entorno o tomando decisiones independientes y valientes.
 

Tráiler de Bajo el sol | StyleFeelFree Youtube