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Juan Antonio Moreno Amador evoca, en ‘Bienvenidos a España’, un canto a las pequeñas cosas de la vida, que curiosamente, terminan por ser las más grandes
Mady, Omnia, Jorge, Marta, Alma, Amelia y Marouane. Estos siete personajes son los protagonistas del nuevo documental de Juan Antonio Moreno Amador, Bienvenidos a España. Cada uno de ellos de diferente país, religión y situación social. Cada uno de ellos bien definido, con diferencias en el carácter y, sobre todo, en su tristeza. Un halo de melancolía cubre el rostro de los protagonistas. Al fin y al cabo, son personas que han tenido que huir de su entorno. Algunos por guerra, otros por su orientación sexual, otros por dificultades económicas. El caso es que están aquí, en España, y que además, duermen en lo que antiguamente era un puticlub de alto prestigio.
No nos confundamos. Bienvenidos a España no es una película trágica. El documental de Moreno tiene un toque de frescura y esperanza que respira en cada uno de los personajes. Ellos nos hablan de integración, de la aburrida burocracia, de penas, de alegrías. Todo este cóctel de sensaciones y sentimientos cala en el espectador, que consigue unirse a la emoción y compartir las buenas intenciones de la trama. ¡Hasta consigue una visión diferente de nuestro propio país! Y es que aparecen todo tipo de actividades. Desde procesiones, hasta rutas turísticas para guiris. Y todas, con la intención de mostrar el proceso de integración de los desfavorecidos, y su aspecto más humano. Así como el nuestro.
Bienvenidos a España es cine de buenas intenciones. Cine para todos los públicos que no pretende mostrar lo oscuro de la vida, sino destacar la belleza en lo que, aparentemente, sería una triste situación. Es la capacidad de sacrificio de cada uno de los que están ahí, gente de verdad con problemas reales. Es la empatía que demuestra nuestra gente ayudándoles. Moreno ha conseguido mostrar lo complejo que es emigrar desde un ojo muy bello, y desde una narrativa muy sencilla. «No todo el mundo es malo», dice la cinta. No todo es de color de rosas. Lo que sí es, es que la belleza y la alegría se encuentra si se busca sin prejuicios. Eso es humanidad.