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La historia que nos define y que tan fácil olvidamos, en este caso, la asturiana, sirve a Ramón Lluís Bande para crear su último documental, ‘Vaca mugiendo entre ruinas’
El seis de septiembre de 1936 se crea bajo la Segunda República, y en el contexto de la Revolución Española, el Consejo Interprovincial de Asturias y León. Este organismo, se transforma en el Consejo Soberano de Asturias y León mediante un decreto firmado en Gijón el veinticuatro de agosto de 1937. Con la idea de plantear la organización del Estado en comités provinciales y, en algunos casos, interprovinciales, el Consejo se configura como la máxima autoridad republicana de la zona. La voz de Nacho Vegas nos narra el suceso histórico en el documental Vaca mugiendo entre ruinas. Lo hace a través del testimonio de su principal responsable, Belarmino Tomás, último presidente legítimo de Asturias antes del triunfo del fascismo.
Paso a paso, foto a foto, la voz del cantautor gijonés nos cuenta con seriedad y respeto el proceso histórico contemporáneo ocurrido en la provincia del norte. El tono serio y lineal del documental, muestra en detalle pormenorizado el cómo de aquel momento de soledad civil. Manutención de la población, enfrentamientos con partidos políticos, lucha desoladora por parte del ejército… todos estos pequeños problemas de organización popular son narrados en detalle en el documental. Un pueblo que luchó e intentó elegir su destino defendiéndose del fascismo, eso es para Ramón Lluís Bande la Asturias referida. Su Asturias. Una provincia sin amigos, sacrificada ya en el pasado, y que entregó todo cuanto pudo.
Sobre todo, por la libertad. Ese parece ser el lema de la cinta. Incluso el homenaje que en ella reside. Un homenaje, además, plagado de glorias y buenas intenciones, que cuenta lo que significa defenderse. Que revive la existencia de una lucha que no todos los ciudadanos recordarán. Que muestra de primera mano la realidad a aquellos que se deciden a enfrentarse cara a cara con la historia. El aspecto denso y duro del documental, su carácter frío y serio, no son más que la única manera de acercarse a algo imposible de tocar sin miedo, y sin la justa distancia. Un documental solo para los historiadores particulares, de la mano de ‘El hombre que casi conoció a Belarmino Tomás’.