Mannequin Pussy. Furia musical contra la impotencia 

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El trío de Filadelfia Mannequin Pussy liberan toda su rabia contenida durante un año de parón debido a la pandemia en su nuevo EP ‘Perfect’

Epitaph Records, sello fundado por el guitarrista de Bad Religion Brett Gurewitz, lleva desde los años ochenta marcando las derivas del punk norteamericano. Sin embargo, ha sido especialmente en las dos últimas décadas que la discográfica se ha atrevido a navegar por los nuevos derroteros del género. Para desgracia de —por muy paradójico que suene— los puristas del punk, la parrilla de artistas de Epitaph encierra cada vez más variedad. De las escena californiana de los noventa, seguida del post-hardcore y el emo revival de finales de los dos mil, hasta las propuestas más frescas. Una de las recientes incorporaciones al sello es precisamente la de Mannequin Pussy, quienes firmaron en 2019 con la publicación de Patience, su anterior álbum. Dos años y una pandemia después, el pasado 21 de mayo la formación de Filadelfia lanzó este nuevo EP, Perfect.

Control da comienzo al EP, abriendo con una primera parte calmada que, apenas pasado un minuto de disco, termina estallando con todas sus fuerzas. Intensidad que se multiplica con los acordes iniciales de Perfect, de sus temas más ruidosos y espídicos hasta la fecha. Tras un año de confinamiento y distancia social, la banda expresa con estas dos primeras canciones todo un sentimiento de ansiedad compartido por todos. Lo hacen a golpe de guitarra, bajo y platillos, pero reconociendo su propia vulnerabilidad. Ya sea cantando contra la necesidad de validación que genera la exposición en redes sociales o sobre la ausencia de solidaridad en tiempos tan grises.

La mitad del disco la marca To Lose You, que abraza un tono más melancólico ideal para descender suavemente del frenesí de las anteriores pistas. Mannequin Pussy ya nos había acostumbrado a esta clase de contrastes en su álbum Patience, por lo que el cambio de tempo se siente natural. En este punto es quizá donde más destaque la mano de Will Yip, sentado una vez más a los mandos de la producción. Basta con escuchar casi cualquier trabajo en los que ha colaborado Yip para reconocer que es todo un experto en hacer que algo suene desgarrador. El Peripherial Vision de Turnover o el último disco de Tigers Jaw son dos muy buenos ejemplos de ello.

En cualquier caso, en este EP las ganas de gritar y romperlo todo prevalecen ante las ganas de llorar. A continuación, Missy le cede el micrófono a Colins para Pigs is Pigs, una canción a la altura de cualquier grupo de hardcore punk. La posición que ocupa un tema tan contundente dentro de Perfect no podría ser mejor que en medio de las dos pistas más tranquilas del disco. La última es Darling, cuatro minutos que colocan la guinda sobre el pastel y que dejan claro que la banda sigue sus propias reglas. Absténganse punkristas y nostálgicos reaccionarios. El punk, o está muerto, o ahora lo encarna Mannequin Pussy.