El MACBA explora nuevas lecturas de la obra de Felix Gonzalez-Torres a través de una ambiciosa exposición monográfica, veinticinco años después de la muerte del artista
La obra de Felix Gonzalez-Torres (Cuba, 1957 – Miami, 1996) aborda la especificidad de la identidad individual al tiempo que ofrece una imagen colectiva de comunidad. Esta dualidad es precisamente la que define al total del cuerpo artístico del que es uno de los artistas más influyentes del pasado siglo. Un cuarto de siglo después de su última muestra en España, llega a la capital catalana una nueva interpretación de su trabajo. Lo hace bajo el título Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación y de la mano del Museu d’Art Contemporani de Barcelona. Esta propuesta curatorial asume la responsabilidad de reexaminar los distintos estratos de su obra. Una forma de prestar especial atención a un conjunto de historias que, hasta ahora, se considera que no han sido dotadas de la importancia merecida. El discurso poscolonial y la influencia decisiva del arte de Gonzalez-Torres en la estética queer son algunas de ellas.
El recorrido expositivo se divide en cuatro capítulos, uno por cada sala del museo, en las que las obras conversan a medida que se avanza. Y a modo de quinto capítulo, la muestra traspasa las paredes del MACBA. Primero, hacia su propia fachada, y posteriormente, hasta la Rambla del Raval, al L’Auditori de Barcelona y al Pabellón Mies van der Rohe. Además de las piezas de cada una de las galerías, otras se muestran como instalaciones adaptables que invitan al comisariado a jugar con su emplazamiento. Un ejemplo son las guirnaldas luminosas de la fachada, casi a modo de antimonumento.
Desentrañar la pesadilla americana
La primera sala del MACBA alberga un conjunto de obras que dialogan con las ideas de autoridad, juicio y amnesia. Todas ellas en contexto con las políticas conservadoras y la represión homófoba latente de los ochenta y noventa en los Estados Unidos. Son piezas que, si bien aluden a un momento específico de la historia política estadounidense, están dotadas de un carácter profundamente atemporal. Al igual que permiten comparaciones con la polarización de la era Trump, también recuerdan a los conflictos sin resolver que tiene España con su pasado. Destaca Untitled (It’s Just a Matter of Time), obra de 1992. Mediante el texto y la tipografía alerta sobre la amenaza de la extrema derecha. Basta un vistazo general a la galería para percatarse de que predominan los colores rojo, negro y blanco, signo del compromiso ideológico antifascista de Gonzalez-Torres.
Desde un planteamiento compartido, la última sala muestra hasta qué punto el sentido de nación de un pueblo está arraigado a sus monumentos. Obras como Untitled (God Bless Our Country and Now Back to War) desvelan la manipulación inherente a los valores del patriotismo o del militarismo. Untitled (Portrait of Andrea Rosen), de 1992, situado en el pasillo, reafirma y expande las ideas examinadas en las salas. Tanya Barson, comisaria de Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación, considera clave la naturaleza de retratos como éste con los que cuenta la muestra. Respecto a esta serie Barson comenta que “podemos pensar no solo en la identidad del artista, sino también en la de los sujetos de sus retratos”. “Y no solo eso, sino también en las identidades mutables de los visitantes —la audiencia— y en las fuertes experiencias que viven”, añade.
Sutileza y supervivencia queer
Procedente de Guánimaro, Cuba, cuando Felix Gonzalez-Torres aún era un niño, fue enviado junto a su hermana a Madrid. Poco después, ambos viajaron a Puerto Rico, donde inició sus estudios artísticos para más adelante continuarlos en Nueva York. Allí, a finales de los ochenta, formó parte del Group Material, un colectivo de artistas entonces muy vinculados al activismo, durante la emergencia del sida. A esta crisis se refieren multitud de sus obras, tanto a la fragilidad del propio cuerpo, como al impacto del ser humano en el mundo. Lo hacen a través de la marcada estética queer que le caracteriza, además de sugerir la cuestión del exilio.
Una de sus contribuciones artísticas más relevantes y, al mismo tiempo, uno de sus gestos más políticos es su remodelación del arte conceptual. Gonzalez-Torres era consciente de que engendrar un lenguaje artístico actualizado le permitiría tratar el deseo, el amor y la vulnerabilidad de los homosexuales esquivando la censura. Piezas como Untitled (Loverboy) o Untitled (Double Portrait), expuestas en la segunda sala del MACBA, demuestran la importancia de este lenguaje sutil e intencionalmente críptico. Mediante un diálogo entre lo mutable y lo eterno, esta galería también pone énfasis en la constante feminista de que lo personal es político.
Título: Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación
Artista: Felix Gonzalez-Torres
Comisariado: Tanya Barson
Organización: MACBA. Museu d’Art Contemporari de Barcelona
Lugar: MACBA. Museu d’Art Contemporari de Barcelona
Fechas: del 26 de marzo al 12 de septiembre de 2021
Horarios y tarifas: consultar
- La Tate Modern abre sus puertas a los albores del arte tecnológico - 2 diciembre, 2024
- Juana Francés. Una mujer en un escenario hostil - 29 noviembre, 2024
- Los 10 estrenos de cine más esperados del 2025 - 26 noviembre, 2024