La muestra ‘Modernisme. Hacia la cultura del diseño’ acerca al espectador, en el Museo del Diseño de Barcelona, a los inicios de la tradición del modernismo catalán y su desarrollo hasta la actualidad

Modernisme | Museo de Diseño de Barcelona | StyleFeelFree

Biombo La creación de Francesc d’Assís Galí y Ramon Sarsanedas i Oriol | Obra en la exposición Modernisme. Hacia la cultura del diseño | StyleFeelFree

El Museu del Disseny de Barcelona presenta Modernisme. Hacia la cultura del diseño. La exposición, que acoge piezas de nombres tan destacados como Rafael Masó, Josep Pey o Antoni Gaudí, refleja la importancia del movimiento a partir de finales del siglo XIX. El Modernisme, que nace como resultado de la búsqueda de la tradición ante los sucesivos cambios industriales de la época, acabará imponiéndose como la tendencia artística por excelencia de Cataluña. Además, el modernismo catalán marcará el inicio de la cultura del diseño. La recreación libre de los diseños de sus artistas colocaría a Barcelona en el centro de Europa a través del debate arte-industria.

El Modernisme surge tras la Exposición Universal de 1888. Los diseñadores y arquitectos de la zona mostraron entonces sus deseos de adentrarse en la modernidad, en la que ya Europa se encontraba inmersa. El objetivo era claro: deseaban volver a sus raíces, basándose principalmente en el estilo neogótico, al mismo tiempo que miraban hacia el futuro. La industrialización que comenzaba a experimentar la comunidad se impuso sobre el mundo artístico, aunque siempre recordando la relevancia de la tradición. La unión de lo antiguo y artesanal junto con lo nuevo e industrial dio como resultado una gran originalidad. Así, se introduce una renovación formal y se crea un estilo moderno, en el que se aprecia la influencia que el Art Nouveau ha ejercido sobre él.

Uno de los puntos clave que diferencian al Modernisme del resto de movimientos de la época es su desarrollo alrededor de las clases burguesas. La aparición de las industrias artísticas supuso la comercialización, a precios asequibles, de elementos decorativos para el hogar, destacando la producción de muebles y tapicería. Esta tendencia llegó más allá, pues incluso se expandió hasta la arquitectura. Su aplicación mediante el recubrimiento de pavimentos y muros con mosaicos de azulejos o trencadís —realizado con piezas irregulares— supusieron grandes novedades en la ornamentación, aunque siempre manteniendo ese carácter tradicional que buscaban. Con ello, se superaron los estilos históricos y se demostró que el diseño podía ir asociado a la utilidad.

Sin embargo, con la llegada del noucentisme a partir del siglo XX, el Modernisme pierde fuerza a favor de nuevas concepciones de uso y público. Si el modernismo catalán se centraba en la burguesía, el noucentisme extendía este nuevo estilo a toda la sociedad. Asimismo, defendía el embellecimiento de la ciudad mediante la buena práctica de los oficios artesanos, utilizando las artes del barro, madera, tejido o cuero para ello. Este nuevo movimiento, además de revalorizar la tradición catalana, destacó la simplicidad del diseño anónimo y popular, así como su belleza. A pesar de que del noucentisme se pasase en la mitad del siglo XX a la libertad de expresión de los artistas, el Modernisme se mantendrá hasta día de hoy como la tendencia referente en Cataluña. No solo se elogiaría a nivel regional, sino que incluso de forma internacional hoy continúa destacando por su simpleza y capacidad de aunar las raíces con las nuevas tendencias.
 

DATOS DE INTERÉS
Título: Modernisme, cap a la cultura del disseny (Modernismo, hacia la cultura del diseño)
Artistas: varios
Número de piezas: 370 piezas
Comisariado: Mireia Freixa y Pilar Vélez
Lugar:Museo del Diseño de Barcelona; 2ª planta
Fechas: a partir del 12 de noviembre (Puertas abiertas del 12 al 15 de noviembre)
Horarios y tarifas: consultar
Precio [entrada a exposición]: Entrada general: 6 € / Entrada reducida: 4 €