Rosana G. Alonso
Últimas entradas de Rosana G. Alonso (ver todo)

La última película de Céline Sciamma, ‘Retrato de una mujer en llamas’, llega en el momento oportuno para explicar, sin necesidad de evidenciarlo, el origen de los feminismos del presente

Retrato de una mujer en llamas | StyleFeelFree
Fotograma de Retrato de una mujer en llamas | StyleFeelFree

Durante mucho tiempo, y hasta no hace tanto, para muchas mujeres solo había dos salidas: el matrimonio o el convento. En realidad, el matrimonio acordado, o en el peor de los casos, forzado, todavía sigue siendo un hecho al que muchas veces cerramos los ojos, aunque sea algo que ocurre más cerca de lo que creemos. A pesar de los feminismos globales que han destapado las distintas formas de marginar a la mujer, no tanto por su condición, sino por cómo se ha ido inventando su imagen y se ha usurpado su cuerpo, sigue siendo difícil colocarnos en ciertas situaciones cuando no nos afectan directamente.

Hoy las luchas feministas van por otros derroteros que tienen que ver más con la dignidad de la mujer que con su libertad. Al mismo tiempo, uno de los grandes retos actuales es el de acabar con las todavía barreras invisibles alimentadas por la construcción de un imaginario femenino truncado de trampas, en las que, por desgracia, incluso las mujeres caemos saboteándonos las unas a las otras o poniéndonos una venda a una realidad que nos coloca, casi siempre, en segunda fila, por muchos méritos que hagamos para merecer estar en otro lugar.

No obstante, los lenguajes están cambiando, los modos están cambiando, y la historia reprimida y olvidada, está empezando a escribirse. En este punto del relato la última película de Céline Sciamma, una de las directoras más sobresalientes del nuevo resurgir de una cinematografía francesa que toma el relevo de las cineastas afincadas en Francia entre los años sesenta y ochenta del pasado siglo, llega en el momento oportuno para explicar, sin necesidad de evidenciarlo, el origen de los feminismos del presente, marcados por una historia repleta de situaciones que demostraban no ya que la mujer no pudiese ser libre, sino que ni tan siquiera podía ser.

Retrato de una mujer en llamas se muestra esplendorosa como una cinta incandescente desde el punto de vista narrativo, y llena de brechas que anticipan un mundo de mujeres separado de los hombres. Sin embargo, esta visión no resulta excluyente, sino ilustrativa, para entender el desarrollo de los personajes en la narración. Así, la francesa explica de forma muy precisa todo el devenir de la mujer, buscando la forma de sabotear sus tragedias personales, a través de los años, pero inevitablemente cayendo en ellas, cuando se quiere ser fiel a una historia de injusticias. Injusticias que se revelan con una simbología precisa pero nada invasiva, con una manera de enfrentarse a la dirección que destapa la brillantez de Sciamma en su forma de operar como una cirujana que sana la herida, pero evidencia la cicatriz en toda su belleza y tragedia.

Todo ello, en una película que tiene la fuerza emocional de El piano de Jane Champion, readaptada a los nuevos lenguajes que encontramos, sin ir más lejos en el tiempo, en La favorita de Yorgos Lanthimos. En resumidas cuentas, Retrato de una mujer en llamas es una cinta que entiende que los clásicos tienen que pasar por el filtro de una modernidad que está cambiando los modos, para componer mosaicos que explican el pasado desde el filtro del presente.

Retrato de una mujer en llamas representa simbólicamente las luchas silenciosas de las mujeres, a lo largo de la historia, retratadas en un lienzo que sustituye al pintor y la modelo, por la pintora y la modelo

Por eso, que el centro de atención sea el romance apasionado entre dos mujeres, no es que sea lo de menos, porque encierra toda la complejidad de la trama, pero no eclipsa a unas subtramas esenciales en el desarrollo, que envuelven la película con un celofán resplandeciente, invitándonos a fijarnos en lo verdaderamente importante: las luchas silenciosas de las mujeres, a lo largo de la historia, retratadas en un lienzo que sustituye al pintor y la modelo, por la pintora y la modelo, en un guiño que involucra al espectador para acomodarlo a un relato liviano que fluye sin mucho esfuerzo.
 

Tráiler de Retrato de una mujer en llamas | StyleFeelFree Youtube

 

SINOPSIS
1770 en la Bretaña francesa. A Marianne, una pintora que ha tenido que renunciar al éxito por su condición de mujer, le encargan hacer el retrato de Heloise, una joven que acaba de salir del convento y a la que su madre quiere casar con un aristócrata milanés, para lo cual, antes tiene que enviarle un retrato de su hija. El encargo, no obstante, entraña muchas dificultades ya que la pintora tiene que esconder su verdadera misión y hacerse pasar por dama de compañía. Lo que ocurre es que Heloise ya ha rechazado a otro pintor anterior negándose a ser pintada, porque así piensa que podría evitar un matrimonio que no desea.
FICHA TÉCNICA
Título original: Portrait de la jeune fille en feu
Duración: 119 minutos
Dirección: Céline Sciamma
Guion: Céline Sciamma
Fotografía: Claire Mathon
Diseño de producción: Thomas Grézaud
Vestuario: Dorothée Guiraud
Música / banda sonora: Jean-Baptiste de Laubier y Arthur Simonini
Montaje: Julien Lacheray
Reparto: Noémie Merlant, Adèle Haenel, Luana Bajrami, Valeria Golino
Distribuidora en España: Karma Films
Fecha de estreno en España: 18 de octubre de 2019
FESTIVALES Y PREMIOS
Festivales:
Festival de San Sebastián (2019): Sección Perlas
Nominaciones:
Festival de Cine de Cannes (2019): Nominada a la Palma de Oro
Chicago International Film Festival (2019): Nominada a Mejor Película
Premios:
Festival de Cine de Cannes (2019): Premio a Mejor Guion, Premio Queer Palm
Hamburg Film Festival (2019): Premio a Mejor Película
Consulta todos los ESTRENOS RECOMENDADOS DEL 2019 con valoraciones de películas