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La artista Sibylle Schwarz hace un recorrido por su forma de trabajar, avanzando lo que implica ser artista y mujer en nuestra sociedad
Obra: © Sibylle Schwarz | StyleFeelFree
Lo que más me sorprendió del trabajo de la artista Sibylle Schwarz (Suttgart, Alemania. 1960), cuando lo descubrí, fue su pasión y sus poéticos trazos, su actitud hacia una obra que en su conjunto, se percibe en estado puro. Ello nos hace participantes de un modo de ser y sentir que deriva de su condición de ser mujer. Versátil e incansable, ha vivido en otros países y se ha nutrido de otras culturas, lo cual ha hecho que su obra tenga diferentes influencias. Esto le ha permitido tener una perspectiva más ecléctica y personal.
Por lo que he visto, tu obra es muy fecunda, ¿cómo has ido desarrollando tu trabajo y cuánto tiempo le dedicas al arte?
Sibylle Schwarz: Llevo trabajando desde hace 40 años, mis profesores vienen de diferentes países. Viajando abrí mi mente y aprendí de maestros como Ghandi, Lao-Tse, Mandela, Tagore, Rumi y otros. La técnica la aprendí en diferentes escuelas, pero todo lo demás lo aprendí haciendo, escuchando y amando. Trabajo cada día hasta que mis ojos están demasiado cansados.
En lo que se refiere a la técnica, ¿te gusta experimentar? ¿Qué técnica prefieres para trabajar?
S. Schwarz: En cuanto a la técnica no tengo límites. Uso tinta, pintura acrílica, pasteles, lienzo, tallado en madera, materiales naturales como agua de lugares espirituales, esencias, aceite de rosas, hibisco, azafrán, te verde, minerales, curry, y muchos más.
Los trazos rápidos, incluso diría que nerviosos, el uso del color y la expresión de intensidad de estados emocionales. ¿Se debe a una influencia en el expresionismo alemán?
S. Schwarz: No soy consciente de esa influencia en el expresionismo alemán, pero me lo han dicho en varias ocasiones. La mayoría de la gente compara mi trabajo con Schiele, Boeys, Goya, Matisse y Picasso. Pero supongo que ningún artista podría crecer sin esos maestros. Los trazos rápidos y las líneas son un parte de la energía y la personalidad.
De hecho, tu forma de expresión conlleva una técnica gráfica y pura, apasionada y decisiva. ¿Representa esto una forma de ser?
S. Schwarz: Sí, la pasión es una actitud importante, la profundidad de sentimientos y la empatía. Sentirse fuertemente conectado con personas que no tuvieron un comienzo fácil en la vida. Mi vida es pura y simple. Intento apoyar a otros, si tengo la oportunidad.
¿Tu posición como mujer es esencial en tu trabajo? Me pregunto si esto tiene algo que ver con la carga emocional que refleja tu obra
S. Schwarz: Pienso que la sensualidad es algo importante en mi trabajo. No se trata de sexo, sino más bien de lo femenino, lo suave, lo abierto, lo transparente, lo honesto, sin actitud. Muestro la belleza y cosas menos bellas, envejeciendo en gracia. No hay nada emocional que tenga que ocultar y amo el apoyo de todas las mujeres en el mundo. Hay un espacio en el arte, donde podemos sentirnos muy unidas, convirtiéndonos en hermanas.
En una gran parte de tu trabajo se percibe una sexualidad muy femenina, en el sentido de que es muy visceral y con una profunda carga emocional. Sin embargo, en la historia del arte la sexualidad ha sido planteada desde una perspectiva masculina. ¿Cuáles son tus puntos de vista cuando tratas obras de este tipo? ¿Crees que es diferente cómo te acercas a esto por ser mujer?
S. Schwarz: Pienso, por lo que he experimentado hasta ahora, que los hombres viven a menudo muy confundidos con la sensualidad y la erótica —la erótica, a veces, pornografía—, por eso se comportan de manera más estricta, moralista y dogmática. No todos, pero muchos callan. Me doy cuenta de que estos miedos se basan en su fragilidad. Tienen miedo de sentir y acercarse emocionalmente a sí mismos. Recibo más cartas privadas de hombres con hermosos y tiernos regalos y palabras de cariño, siempre llenas de respeto. Luego, en público, las mujeres reaccionan más con su corazón abierto, más coraje para mostrarse y más trasparencia con sus sentimientos, miedos y deseos.
Siendo mujer artista, ¿Es más fácil ser visible si se tratan ciertos temas como los relacionados con el género o la sensualidad femenina? ¿O también hay espacio para abordar otros enfoques y hacerlos visibles?
S. Schwarz: Ser artista significa que tienes un idioma en el que puedes hablar sin límites, especialmente en Europa. La música, por ejemplo, es el lenguaje espiritual universal más fuerte. Todos los mensajes se transportan de una manera que podríamos escuchar con nuestro corazón.
Pero en general, ¿piensas que el discurso artístico de hombres y mujeres es diferente?
S. Schwarz: En general, el hombre y la mujer no son tan diferentes en su naturaleza, solo son diferentes por cómo la sociedad les hizo. Hay muchos hombres blandos y mujeres duras. No hago la diferencia, amo a la persona, no el sexo, y la mayoría de la gente siente esto conmigo.
¿Es difícil ser una artista mujer o en las últimas décadas han sido reales las oportunidades para las mujeres en el mundo del arte?
S. Schwarz: Incluso en el mundo del arte, no me importa si lo tengo más difícil que un hombre. En muchos otros niveles lo tengo más fácil como mujer. Siento la solidaridad entre mujeres. Los hombres, a menudo, están lejos de estas posibilidades y libertades.
Pero no solo se percibe tu posición como mujer, tu trabajo también se inspira en otras culturas, como la influencia asiática o africana. ¿Qué influencias has tenido a lo largo de tu carrera y cómo se han incorporado en tu obra?
S. Schwarz: Sí, las influencias asiáticas y africanas son fuertes. He estado viviendo en África (Benin), Japón, China, Indonesia y he viajado por Pakistán, India, Rusia y muchos más países. Me encanta estar en contacto con otras culturas. Todo mi conocimiento lo recibí de ahí.
Ya para finalizar, ¿podrías decir a los lectores qué estás haciendo hoy y si tienes algún proyecto futuro?
S. Schwarz: Estoy trabajando en un proyecto para el Pfeiffer Institute en Carolina del Norte con el profesor Wihong Yan y el Doctor Zhao liderando el concepto de un encuentro entre el Este y el Oeste, donde el Este y el Oeste alcanzan el conocimiento y la sabiduría emprendiendo un especial camino juntos, un proyecto cultural artístico que viajará a varios museos. Además, en estos momentos estoy cocinando una buena cena para mi hijo.