Populaire | 1950 y cha cha cha 

• Acerca de
• Últimas entradas

R.Xo

Seeker & Dreamer

Últimas entradas de R.Xo (ver todo)

• Lisa Prank, sucesora del punk - 20 julio, 2016
• Kweku Collins, mestizaje de esencia rapper - 27 junio, 2016
• Kurt Vile: lo viejo y lo prestado anticipan su nuevo trabajo, ‘b’lieve i’m goin down’ - 29 julio, 2015

Solo el excesivo chovinismo de ‘Populaire’ enturbia una película entretenida y visualmente atractiva, por inspiración de los spots televisivos de los años cincuenta

Los años cincuenta siguen teniendo tirón. Populaire lo aprovecha con la construcción del personaje de Rose, una joven provinciana francesa, a finales de los años cincuenta, que deja su pueblo donde la espera un destino inevitable de ama de casa con un marido elegido por su padre. Su única opción, como la de otras mujeres que buscaban llevar una vida moderna, era conseguir un trabajo como secretaria. Pero su nuevo jefe le pone una condición para contratarla, que participe en competiciones de mecanografía. A partir de aquí, se construye una historia donde inevitablemente surge el amor, la complicidad, los retos y la competitividad. Con todos estos ingredientes convertidos en celuloide, a priori, Populaire  se presenta como una película entretenida y visualmente atractiva. Y lo es. Pero con una objeción, su excesivo chovinismo aceptado por otra parte por tratarse de una comedia ligera, sin mucho trasfondo, pero con una estética cuidada inspirada en los spots de los años cincuenta. Además, cuenta con una banda sonora acertada con grandes descubrimientos como el tema The Secretary’s Cha-cha cha. Aún así, hay algo indiscutible que resulta ser la mejor baza. Las competiciones de máquinas de escribir entre mujeres. Este es sin duda el filón de la película y las escenas más divertidas, aunque se recurre a clichés, son sin duda las que muestran el ambiento tenso y la competición entre aspirantes a ser la más veloz mecanografiando, en una época en la que la mujer comenzaba a ambicionar un estatus de poder logrado por sí misma. A pesar de que este es el primer largo de Régis Roinsard, ha sabido reunirse de un buen equipo en donde cabe destacar la presencia de la joven Déborah François en el papel de la cándida y perspicaz Rose, una nueva Amélie pero con tintes clásicos que recuerdan a Audrey Hepburn o la Marilyn Monroe más ingenua pero a la francesa.