Rosana G. Alonso
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En ‘lindalocaviejabruja’, un proyecto artístico producido por el Museo Reina Sofía dentro del Programa Fisuras, la artista hispano-brasileña Sara Ramo ejecuta, a través de un proceso de alquimia, los condicionantes femeninos que serán el punto de partida de la mujer de mañana

Sara Ramo en el Museo Reina Sofía | StyleFeelFree
Exposición lindalocaviejabruja de Sara Ramo en el Museo Reina Sofía | Foto: © StyleFeelFree

Si en el esquema de representación de la condición femenina de Toni Wolff, a principios del siglo XX, encontrábamos a la amazona, la madre, la cortesana y la médium; a día de hoy, en el modelo de Sara Ramo (Madrid, 1975) para lindalocaviejabruja, proyecto ejecutado específicamente para el Museo Reina Sofía, lo femenino sigue estando categorizado. Sara Ramo apunta a otras cuatro etapas del proceso de ser mujer, que se concretan a través de los condicionantes de linda, loca, vieja y bruja. Un desarrollo que inevitablemente, de una u otra forma, y sin importar el orden que se le aplique, toda mujer experimenta.

El peso de estos atributos lo despeja Manuel Borja-Villel al aclarar que “con Freud, la mujer era lo que se escapaba a la razón, un elemento enigmático que es lo que le interesa a Sara Ramo”. No obstante, el director del Museo Reina Sofía, también considera que el título de la exposición es una referencia directa a Silvia Federici, que reflexionó sobre la importancia del papel de la mujer, en torno a los cuidados y su faceta reproductiva, como fuerza motora de la estructura capitalista patriarcal.

La mujer, desde la perspectiva de Sara Ramo, como enigma en desorden, incluso en el ahora, solo puede ser representada como un conjunto de piezas desarticuladas que se expanden en elementos simbólicos. Haciendo referencia al psicoanalista Jacques Lacan, Ramo concluye que como sujeto “no existe porque nunca ha tenido su lugar, y no existe nada que no haya vivido en libertad”. Es por ello que lo que vemos en lindalocaviejabruja son fragmentos que, como espectadores, tenemos que descubrir, que recomponer, que observar para alcanzar a imaginar a la mujer del futuro, “la que algún día conoceremos, que existirá, pero que ahora está fragmentada, porque su historia es fragmentada y dolorosa”, aventura la creadora de estas disrupciones.

La muestra evita, de esta forma, lo inmersivo, según observa Borja-Villel, para entrar en un terreno en el que el espectador es protagonista de esta transformación. “Es una exposición demandante, y en ese sentido, también muy poco autoritaria, llena de brechas, de detalles y pequeñas fisuras”, especifica la artista, que apela a públicos inquietos, inconformistas, que buscan, que experimentan, que rehúyen lo lineal, lo impuesto, lo jerárquico.

Así lo percibimos ya desde el Espacio 1, donde arranca el recorrido. Una invitación abierta a entrar en una habitación que nos sumerge en un misterioso recinto privado, de paredes empapeladas con ilustraciones de miembros de un cuerpo despedazado, y una inquietante figura que desborda la propia pared invadiéndola. Lo que nos lleva a recordar la Chambre 202, Hôtel du Pavot de Dorothea Tanning que recientemente estuvo expuesta en el Reina Sofía. Si bien, Sara Ramo, como aclara Borja-Villel, lo contextualiza con lo pupular, concretamente con “el teatrino de cachiporra donde siempre pegan a la mujer que es la tonta, la loca, la bruja…”, temática dispersa del video una y otra vez, al que accedemos tras atravesar unas envolventes cortinas que nos arrojan a lo desconocido.

Tras este Espacio 1, proseguimos la exploración en la Sala de Protocolo que vuelve a sugerirnos a Tannig en su interés por el mundo interior que se desvela en vestigios del inconsciente, del miedo y de la fantasía. Un guiño que articula un diálogo entre artistas que reflexionan sobre una naturaleza femenina que se dilata en lo irreal, en la difusa línea entre los sueños, la mitología y una construcción de lo social contaminada por los arquetipos que extravían las feminidades en proyecciones imaginadas, atrofiadas, ataviadas, objetualizadas.

Con todo, Ramo cocina un proyecto que reúne piezas de distintas procedencias, incluso de su propio repertorio, en un caldero de bruja, como ella misma asegura, que sufre un proceso de alquimia para sacar de la sombra muchos aspectos derivados de la condición de ser mujer. Desde el ayer, hasta el hoy, trazando un camino que se disemina, se detiene y prosigue, dibujando una cartografía que en la esfera real tan pronto se evidencia consciente, visible y comprensible; como se estanca en una ciénaga de voces que dilapidan cada avance, pero que al mismo tiempo, son el signo más certero de que la metamorfosis está en curso.

En realidad Sara Ramo avanza en el camino que facilitó no solo Tanning. Sigue, asimismo, el rastro de otras artistas y escritoras feministas que han tratado de dilucidar sus propias circunstancias para escribir una práctica del yo, de los yoes condensados en el imaginario cultural, que refuten el argumentario patriarcal desde la propia experiencia. Desde este discernimiento, el diálogo es continuo y fluido. La habilidad de tejer una red que compone una obra impersonal, premeditadamente a medio hacer, sin acabar, se materializa en el intento de atravesar puertas tapiadas o invisibles. Como apuntaba la mencionada exposición, ya clausurada, de Dorothea Tanning en el Museo Reina Sofía, detrás de la puerta invisible, hay otra puerta. De ahí, las puertas entreabiertas en la Sala de Protocolo, que apenas dejan ver lo que hay en su interior, pero que anticipan pistas, agudizan la percepción, remueven buscando lo inefable en lo pragmático.

Relativo a esta dinámica que entiende la propia obra como algo colectivo, Manuel Borja-Villel explica a StyleFeelFree que en el Museo Reina Sofía, concretamente en el área de exposiciones “nos interesa que haya un discurso”. Esto es, que “si primero estuvo Miriam Cahn, luego viene Delphine Seyrig, y antes estuvo Dorothea Tanning, que pueda haber una narración conjunta”. “En el caso de Sara Ramo, aunque ha tenido carta blanca, ha funcionado muy bien porque ella tuvo ocasión de ver aquí a Tanning y el Hôtel du Pavot es una referencia clara”. Además, nos adelanta que el Reina tiene previsto inaugurar una nueva planta en el sótano, cuyas obras ya se están licitando, y que en principio estaría operativa para 2021. Para estas fechas se remontaría la colección y las prácticas feministas, como cabría esperar, tendrán un papel muy importante porque a día de hoy “el mundo contemporáneo no existiría sin el feminismo”, concluye el director del Museo Reina Sofía.
 

Sara Ramo en el Museo Reina Sofía | StyleFeelFree

Detalle de intalación en la exposición lindalocaviejabruja de la artista Sara Ramo en la Sala de Protocolo del Museo Reina Sofía | Foto: © StyleFeelFree

Sara Ramo en el Museo Reina Sofía | StyleFeelFree

Vista de la exposición lindalocaviejabruja de la artista Sara Ramo en el Espacio 1 del Museo Reina Sofía | Foto: © StyleFeelFree

DATOS DE INTERÉS
Título: Sara Ramo. lindalocaviejabruja
Artista: Sara Ramo
Coordinación: Rafael García
Lugar: Edificio Sabatini. Espacio 1 y Sala de Protocolo del Museo Reina Sofía (Programa Fisuras)
Fechas: del 23 de julio de 2019 al 2 de marzo de 2020
Horario: consultar
Precio [entrada a exposición]: consultar