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De la muestra que la Fundación Foto Colectania dedica a Mary Ellen Mark recuperamos tres fotografías claves para entender su obra
Fue una de las grandes fotógrafas documentales que retrataron a las mujeres en condiciones de vulnerabilidad. Mary Ellen Mark (Filadelfia, 1940 – Nueva York, 2015) logró captar con su cámara la dura existencia de niñas y mujeres de todo el mundo. Exploró su vida en situaciones difíciles y dolorosas. En este sentido, denunció los abusos que sufrieron, antes de que el #MeToo pusiera de relieve la violencia ejercida sobre sus cuerpos. Ahí están para corroborarlo las fotografías que realizó, en la década de 1970, en un pabellón psiquiátrico, que dieron como resultado el libro Ward 81. También las que realizó en 1981 sobre la vida de las trabajadoras sexuales en el barrio rojo de Bombay, recogidas en Falkland Road: Prostitutes of Bombay. O las que tomó a las misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
Pero además, si por algo es reconocida Mary Ellen Mark es por algunas instantáneas icónicas que tienen nombres propios. Como Tiny. Como Amanda. Y la familia Damm. Todas ellas nos miran ahora desde la exposición Mary Ellen Mark. Vidas de mujeres que le dedica Foto Colectania, gracias a la colaboración con la Fundación Banco Sabadell. Rostros que vuelven a brillar. Con luz propia, con sus sombras, con sus cargas sociales y personales.
Tiny. Biografía del cuerpo
Hay nombres que quedarán de por vida asociados a otros. El de Mary Ellen Mark estará para siempre vinculado al de Tiny. Si bien la fotógrafa llevó a cabo grandes proyectos fotográficos que exploraron, casi siempre, la vida de las mujeres, su investigación sobre Erin Blackwell “Tiny” eclipsaría al resto de trabajos. Fruto de esta investigación se llevaron a cabo dos películas —una de ellas, Streetwise, nominada al Oscar— y otros tantos libros.
Mary Ellen Mark conoce a Tiny cuando la revista Life la envía a hacer un reportaje fotográfico sobre niños que viven en la calle. El magazine quería un retrato de los jóvenes que habían abandonado a sus familias para deambular por el país. La elección de Seattle para el reportaje fue muy premeditada ya que John Loengard, de la revista Life, quería salirse del marco habitual de dureza y violencia de Nueva York o Los Ángeles. Una vez en Seattle Mark y el periodista que la acompañaba descubrieron que algunos jóvenes se reunían en el aparcamiento de una discoteca llamada Monastery. Allí montaban su propia discoteca, bebían, se drogaban y corrían de coche en coche. Muchos ejercían la prostitución. Tiny, de 13 años, frecuentaba este lugar y aunque al principio se mostró reticente, pronto entabló amistad con la fotógrafa. De su encuentro, el material de archivo es deslumbrante.
El contacto que la fotógrafa mantuvo con Tiny duró tres décadas. Durante este tiempo retrató la lucha de la joven contra la pobreza y la adicción a las drogas. La transformación de su cuerpo sería clave para entender una vida sometida a la violencia estructural que viven las mujeres en condiciones de carencia y exclusión social. Su papel como madre de diez hijos también sería muy relevante en su itinerario personal. Todas estas circunstancias se reflejarían en las películas que llevó a cabo tanto Martin, marido de Mary Ellen Mark, como en las fotografías en las que Mary Ellen Mark condensó la naturalidad e indiferencia con la que posaba. La fotografía Tiny vestida para Halloween (1983) se realizó en los últimos días de rodaje de Streetwise, la película que protagoniza sobre los chicos de la calle. Era Halloween y ella misma había cosido un vestido para la ocasión.
Tiny vestida para Halloween, es, de hecho, una de las instantáneas fotográficas más reconocibles de Mary Ellen Mark. Lleva un pequeño sombrero con tul de estilo años cuarenta, guantes, y un sobrio vestido de tirantes a lo Jacqueline Kennedy. Según sus propias palabras quería parecerse a “una puta francesa”. La joven, vestida así y con una actitud desafiante, nos mira y en su mirada reconocemos una vida en los márgenes, dolorosa. Al mismo tiempo, en su pose, con los brazos cruzados rodeando su cuerpo, abrazándose, hay cierta vulnerabilidad. Pero también parece poner distancia con el objetivo. Como si quisiera protegerse de la mirada ajena. En la misma serie aparece más vivaz con una pompa de chicle entre los labios. Pero su inconfundible y perturbadora mirada triste sigue delimitando el espacio y configurándolo con su arrebatadora presencia.
Amanda. Boicotear la infancia
Sobre infancias problemáticas la reciente película System Crasher (2019), de Nora Fingscheidt, nos mostraba las deficiencias del sistema. Aunque el retrato era un poco histriónico, cuando contemplamos la foto Amanda y su prima Amy (1990) inmediatamente pensamos en estas infancias robadas. Esta toma vuelve a formar parte de un proyecto encargado por la revista Life a Mary Ellen Mark. En esta ocasión la fotógrafa iría a Carolina del Norte para tomar instantáneas en una escuela de educación especial para niños problemáticos. Es en este espacio donde Mark conoce a Amanda. Tenía entonces nueve años y según revela la fotoperiodista era la niña más interesante de toda la clase. Inteligente e insolente, no dejaba indiferente a nadie. De la escuela volvía a su casa donde controlaba completamente a su madre. Se ponía su esmalte de uñas y su maquillaje. Fumaba sin parar.
La fotografía Amanda y su prima Amy se tomó el día que Amanda recibió la visita de su prima Amy, de ocho años. Según relata Mary Ellen Mark, jugaron durante todo el día. Era el último día que la fotógrafa estaría en Carolina del Norte y fue a despedirse de Amanda. Cuando llegó la encontró en el patio. Estaba con su prima en una piscina infantil hinchable. Amanda se había tomado un descanso para fumar un cigarrillo. El resultado es tan impactante que cuestiona al espectador. ¿Qué tipo de sociedad tóxica alimenta estas deformidades que atentan contra la infancia?
La familia Damm. Una vida sobre ruedas
La foto La familia Damm en su coche que Mary Ellen Mark tomó en 1987 en Los Ángeles recuerda a Dorothea Lange. El trabajo humanista de Lange que retrató las consecuencias de la Gran Depresión, revive en esta instantánea de Mark. La revista Life le había requerido fotografiar a una familia sin hogar. Fue Anne Fadiman, amiga de la fotógrafa y escritora, quien encontró a esta familia. En ese momento vivían en un refugio de los Ángeles y les dieron permiso para hacerles fotografías sin ningún tipo de concesión. Pero poco tiempo después fueron expulsados del refugio y tuvieron que dormir en el coche. Allí convivía un matrimonio con sus dos hijos pequeños y su perro pitbull. Explica Mark que el equipo encargado de sacar adelante el reportaje acompañó a la familia a todas partes por lo que pudo fotografiar incluso los momentos más dolorosos que atravesaron.
Sin embargo, el objetivo de Mary Ellen Mark era conseguir un retrato de la familia Damm en su coche. Algo prácticamente imposible por el espacio reducido. Y porque el perro de la familia sentía que ese era su lugar sagrado, con lo cual Mark temía que la mordiese. Finalmente, antes de marcharse, consiguió la toma estrella. Les pidió que parasen su coche cerca de una vía de tren y disparó varias tomas. La que protagoniza el ejercicio es arrolladora por la cantidad de marcos dentro del marco que vemos. En un intento de protegerse, los brazos y las manos crean encuadres de una emotividad que refuerza la idea de desarraigo y pertenencia. Su unidad es lo único que les queda en una sociedad que les ha dado la espalda.
Título: Vidas de mujeres
Artista: Mary Ellen Mark
Comisariado: Anne Morin
Lugar: Fundación Foto Colectania
Fechas: del 18 de marzo al 31 de julio de 2021
Horarios y tarifas: consultar
Actividades paralelas: Proyección en La Filmoteca de Catalunya de los documentales:
Streetwise | Martin Bell, 1984. EEUU. VOSC. 91′. Archivo digital
Miércoles 7 / 19.00 h Sala Laya
Viernes 9 / 16.00 h Sala Laya
Tiny: The Life of Erin Blackwell | Martin Bell, 2016. EEUU. VOSC. 87′. Archivo digital
Viernes 9 / 19.00 h Sala Laya
Jueves 15 / 16.30 h Sala Chomón