Rosana G. Alonso
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En un momento en el que el cineasta argentino Mariano Llinás mira hacia atrás para avanzar, ‘Clorindo Testa’ podría suponer el comienzo de una nueva etapa que hurga en la herida sin regodearse en ella

Clorindo Testa | StyleFeelFree. SFF magazine
Imagen de la película Clorindo Testa | StyleFeelFree. SFF magazine

Por el título podríamos caer en el error de pensar que la última película de Mariano Llinás es un biopic sobre el arquitecto Clorindo Testa. En principio sí, pero no. Poniéndonos en antecedentes, todo parte de un encargo de la Fundación Andreani. La Fundación del grupo de logística que lleva el nombre de su fundador inauguró, hace poco más de dos años en el barrio porteño de La Boca, un edificio singular diseñado por el arquitecto Clorindo Testa antes de su fallecimiento. Con tal motivo, la productora El Pampero Cine, que integra Llinás junto a tres amigos, realizaron un video presentación de la nueva sede, que se dio a conocer en plena pandemia.

Partiendo de este lugar, de ese primer contacto con el grupo empresarial involucrado en la Cultura, el realizador de La flor comenzó un proyecto que, supuestamente, giraría en torno al arquitecto de algunos de los edificios más insignes de Buenos Aires suscritos a la corriente brutalista. Sin embargo, según la ley de contradicción aristotélica, principio clásico de la lógica, una proposición y su negación no pueden ser verdaderas al mismo tiempo. En este sentido, si Clorindo Testa es una película que ya el mismo título anuncia que tiene como epicentro al arquitecto argentino, no puede ser, al mismo tiempo, una película sobre el padre. Esto es, una que rememore a la figura de Julio Llinás, el escritor. De ahí que sea una sucesión de traiciones.

La intención de Mariano Llinás aquí es celebrar el boicot como una forma de resistencia ante la institucionalización del procedimiento, su puesta en marcha y sus expectativas. Boicot al encargo. Boicot a la idea de hacer un biopic. Boicot al padre, superado por el hijo. Boicot a sí mismo como narrador engreído que acaba pisando su propio ego. Y, finalmente, boicot a una cinta irresoluta trastornada por la herencia. Ello prueba la idea del cine que defiende Llinás como territorio en disputa que solo puede avanzar retrocediendo y, al mismo tiempo, pensando en la continuidad. Por eso, en sí, el título es una afrenta.

En realidad la película se erige como una pieza audiovisual que comienza poniendo en valor el objeto. En este caso, un libro que Julio Llinás escribió sobre Clorindo Testa, su amigo. Del objeto preciado, un Rosebud, si se quiere, cargado de ideología, se pasa a lo personal. Pero, al mismo tiempo, huyendo de todo sentimentalismo, la anécdota que recupera el objeto sirve de excusa para centrar el conflicto. Y de esta manera, el dilema que surge de esto se resuelve a través de un duelo. Entre amigos. Entre padre e hijo. Y con la vida ordenando el caos de forma mágica, a través de un imprevisto que da un sentido inesperado al filme. Es un artículo que aparece en las páginas de un diario y que hace una comparativa entre el padre de Mariano Llinás y la nación argentina.

Al final, sin quererlo o esperando la acción mágica de la vida que finalmente se anuncia, la película incompleta que abre la herida es también la película de un Estado lastimado por la historia como se expone en Argentina 1985, en la que Llinás tuvo un papel destacado como co-guionista. De ahí que lo que se pensaba como una obra sencilla, con una duración razonable, se transforma en un leviatán hambriento que devora todo a su paso. De cómo resuelva ahora Mariano su próxima acción dependerá el significado abierto e inconcluso de esta tragedia velada por el pudor.

La historia truncada por vocación aguarda, próximamente, por su segunda entrega, y quizás una tercera, que devuelva al concepto de biografía su significado real. La escritura de una vida que atañe vidas. Es evidente que al autor de Historias extraordinarias le sigue interesando más el valor enciclopédico de su trabajo, el alcance familiar del proyecto, que la unidad aislada que no puede explicar el todo, la inmensidad de un cosmos sondeado por el misterio.