La Fundación Mapfre de Madrid dedica una muestra al ecléctico artista Bill Brandt, recuperando algunos de sus aspectos clave como la identidad y el concepto de siniestro
Bill Brandt (Hamburgo, 1904 – Londres, 1983), uno de los fotógrafos británicos más influyentes del siglo XX es protagonista de la Sala Recoletos de Fundación MAPFRE. En la primera retrospectiva de su trabajo en España, todos los géneros que abordó —reportaje social, retrato, desnudo y paisaje— están muy bien representados por medio de seis secciones que recogen su idiosincrasia. Esto es, aspectos claves que caracterizan su legado. De esta manera, lo siniestro, el conflicto y la identidad e imaginario poético del propio artista son claves para entender su producción. Por otra parte, la exposición comprende 186 fotografías positivadas por el propio Bill Brandt, así como sus escritos, cámaras de fotos, documentación y publicaciones ilustradas de la época.
Una identidad volcada en la fotografía
Bill Brandt inicia su práctica fotográfica en Viena y, en la década de los treinta, se traslada a París, donde trabaja como ayudante de Man Ray. Sin llegar a formar parte de ningún grupo de vanguardia histórica, se nutre de todas las ideas del mundo artístico juvenil parisino. En la capital francesa entra en contacto, principalmente, con el ambiente surrealista, que impregna toda su obra a partir de entonces. Por tanto, las piezas de este momento se relacionan con los temas y teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud, una de las bases fundamentales del surrealismo. Estas fotografías causan en el espectador una sensación simultánea de atracción y rechazo que Ramón Esparza, comisario de la muestra, asocia con lo unheimlich. Se trata de un concepto empleado por Freud, que se traduce como lo extraño o lo siniestro, en convivencia con la condición de lo bello.
Al mismo tiempo, actuando cual flâneur —paseante—, retrata escenas callejeras y la noche parisina, donde también hace acto de presencia lo inquietante. Tanto estas primeras imágenes sociales, como posteriores obras, portan una gran carga poética y un halo de misterio que entremezclan realidad y ficción. En 1934 el creador se traslada a Londres, ciudad en la que se deshace de sus raíces alemanas y crea una nueva personalidad e identidad. La razón por la que Brandt inventa sus orígenes británicos es la creciente animadversión por lo alemán provocada por el ascenso del nazismo. Consecuentemente, comienza a crear un corpus artístico en el que Reino Unido actúa como núcleo de su identidad. Sus imágenes construyen una visión del país que abraza como suyo, pero no del país real, sino de su idea personal, construida a través de relatos y lecturas.
No obstante, paralelamente, es capaz de capturar las grandes desigualdades sociales del entorno británico. Además, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial realiza un par de series que ahondan en los estragos de la contienda. Una de ellas plasma a centenares de londinenses durmiendo en estaciones de metro convertidas en improvisados refugios. La otra, la superficie de la ciudad desierta, un Londres fantasmal. Fantasmagórico como la propia vida del creador. El ocultamiento de sus orígenes y su nueva identidad envuelven su obra y vida de un aura de misterio y conflicto permanente. Esta condición, junto a su gusto por el psicoanálisis y la literatura de Fiódor Dostoievski o Ernest Hemingway, imbuyen su producción de un aire posromántico.
La esencia y lo poético
“La meta del fotógrafo debe ser encontrar una semejanza profunda que, física y moralmente, sugiera algo del futuro del sujeto”. Así hablaba Bill Brandt sobre el género del retrato, al cual se dedicaría profesionalmente a partir de los años cuarenta. Existe en su actividad retratística una evolución que va desde la ruptura de la tradición hasta la distorsión de los espacios. Esta investigación en torno al retrato, que nunca abandona, le lleva a la introducción del paisaje en su imaginario. A través de él pretende interpelar al espectador y suscitarle una respuesta emocional ante lo contemplado. Este es el motivo por el que considera tan importante la captación del espíritu y atmósfera del paisaje en una sola imagen.
En la década de 1950, la búsqueda de instantáneas poéticas y entorno oníricos le llevan a realizar fotografías en las que carne y roca se conjugan. Es el momento en el que retoma el desnudo, pero sometido a distorsiones que hacen que los fragmentos de cuerpo capturados pierdan toda referencia. Estos resquicios de cuerpo, no obstante, construyen un discurso formal de sensaciones poéticas y profundas. Son estas las iconografías y temáticas que conforman el ideario poético del artista de identidad siniestra, Bill Brandt.
Título: Bill Brandt
Artista: Bill Brandt
Comisariado: Ramón Esparza
Producción: Fundación MAPFRE
Lugar: Fundación MAPFRE Sala Recoletos (Paseo de Recoletos, 23. Madrid)
Fechas: del 3 de junio al 29 de agosto de 2021
Horarios y tarifas: consultar
- Los artistas jóvenes cambian los pinceles por agujas - 14 octubre, 2024
- Esperpento. La resistencia de lo grotesco frente a lo aceptado - 9 octubre, 2024
- Un profundo abrazo entre Arte y deporte en el SFMOMA - 9 octubre, 2024