Rosana G. Alonso
Últimas entradas de Rosana G. Alonso (ver todo)

A pocas horas de conocer el fallo del jurado, la última jornada del Documenta Madrid 2021 se destacó por abandonar la mirada veraz para entrar en un territorio ficcionado y subjetivo que cuestiona la existencia

Día 3 Documenta sección internacional | StyleFeelFree
Imagen de la película Ste. Anne | Día 3 del Documenta Madrid 2021. Sección internacional a competición | StyleFeelFree

Si en la crónica de ayer que repasa la sección internacional del Documenta Madrid 2021, por error, se me olvidaba incluir la efervescente y lírica escritura de Morgan Quaintance con Surviving You, Always, una de las piezas en formato corto más motivadoras de esta edición; en esta ocasión, deliberadamente, voy a omitir la propuesta de Pascal Tagnati, I Comete – A Corsican Summer de la que ya he hablado en otras ocasiones. Me interesan más la exploración subjetiva que proponen Rhayne Vermette con Ste Anne e Ignacio Ceroi con Qué será del verano. No obstante, es fácil adivinar en el tríptico que cerró la competición internacional, un sesgo ficcional que empaña la realidad con la susceptible mirada individual. El individuo, con sus pasiones, miedos y dudas. El individuo cursando itinerarios personales que buscan una libertad tan solo evocada. Difícil de autogestionar.

La cinta del argentino Ignacio Ceroi está condicionada por un ficcional que pretende reconstruir una vida. No sabemos hasta qué punto su voz en off, narrando un eventual descubrimiento, es una voz que interviene para construir un relato. La frescura de esta película consiste precisamente en esto, en ver cómo conecta con la vida otra, si acaso es real su versión de los hechos. Su interés radica en proyectar su propia experiencia a partir de lo que ocurre a su alrededor. Para ello, recoge algunos de los acontecimientos más urgentes acontecidos en Francia en los últimos años, como los protagonizados por el movimiento de los chalecos amarillos. Pero es el incidente el que imprime y da fuerza a esta narración. En un viaje a Francia para visitar a su novia en 2019 descubre un material inaudito en una cámara digital de segunda mano que acababa de comprar. A partir de aquí, la historia comienza y cautiva.

Llevándolo al límite de lo improbable, y sin esconder todas las herramientas que utiliza para confeccionar una ficción que busca conectar con realidades extraviadas, la propuesta de Rhayne Vermette con Ste Anne fue uno de los grandes descubrimientos de este Documenta Madrid 2021. Magistral el uso de la fotografía, el encuadre, el diseño de producción, la música, el vestuario. Todo está intervenido. Vermette no busca en cambio manipular, no oculta su cariz de ficción. Solo hay una escena que trastorna la límpida y parsimoniosa estética representativa. El resto es poesía y resplandores que extasían al espectador con sus luminiscentes campos visuales. Una película de feminidades expresadas que apunta nuevas dinámicas para un cine de lo real que no puede ser, cuando el que articula la historia no accede a ocultar sus espejismos.