La Galería Marlborough de Madrid celebra la obra gráfica de dos singulares artistas figurativos del siglo XX en ‘Bacon & Freud. La condición humana’
En el año 1992, Madrid se preparaba para la inauguración de la sede de la Galería Marlborough. Para la ocasión, se estaba organizando una muestra del pintor irlandés —quien entonces residía en la capital— Francis Bacon (Dublín, 1909 – Madrid, 1992). Lamentablemente, el artista falleció meses antes de que se llegara a celebrar, por lo que terminó siendo póstuma. Casi treinta años después, la misma galería rinde homenaje a su obra junto a la de otro de sus importantes contemporáneos. Lo hace con Bacon & Freud. La condición humana, que se podrá visitar desde el 21 de enero hasta el 27 de febrero de 2021. El segundo gran protagonista de esta exposición es Lucian Freud (Berlín, 1922 – Londres, 2011). Artista con el que Bacon compartía una mirada reflexiva hacia la soledad y el aislamiento del ser humano frente a la existencia.
La serie de obras de Bacon que alberga la exposición van desde sus trabajos expuestos en el Grand Palais en 1971 hasta sus últimos lienzos. Destaca Second Version of Triptych 1944, tres litografías que realiza en 1989 y muy influido por Picasso, entre otros, en las que representa una crucifixión. El artista también admiraba los retratos de Dominique Ingres, de los que parte para Study of the Human Body from a Drawing by Ingres. Este sentimiento de fascinación por la obra de Ingres le vincula nuevamente con Freud. No obstante, en lo que a estilo pictórico se refiere, ambos pintores no tenían prácticamente nada en común. Mientras a Bacon le preocupaba mucho más la emoción que la representación, la mirada de Freud era inflexible. En cualquier caso, los dos mantuvieron una intensa y duradera amistad, sintiendo gran admiración uno por el otro e influyéndose mutuamente.
Retratar la mente y el cuerpo
Bacon & Freud. La condición humana alberga varios aguafuertes que Freud realizó entre 2004 y 2007. Este formato es para el pintor un medio ideal para reflejar sus sentimientos y vivencias más profundas. De un modo íntimo y autobiográfico, Freud canaliza toda su capacidad sintetizadora mediante la técnica del grabado, ignorando todo elemento prescindible de la escena. Así, logra una atracción hipnótica por lo esencial y presenta a sus personajes rodeados de una alta intensidad psicológica. Los temas protagonistas de esta parte de su obra son también los de sus lienzos: desnudos, escenas de soledad o turbadores retratos de personas cercanas. La mirada de Freud en su obra, ya fuese usando el pincel o el buril, se dirigía siempre hacia los cuerpos. De sus lienzos y grabados decía: «quisiera que los míos fueran retratos de las personas, no como ellas». Para él, «la pintura es la persona».
A la hora de retratar a un modelo, Freud consideraba fundamental su presencia, al contrario que Bacon, quien necesitaba distanciarse y prefería guiarse mediante fotografías. A pesar de esa distancia, la manera en la que el artista retrataba los cuerpos presentaba una enorme evocación a lo orgánico. Con toda la violencia y desesperación de su pincelada, Bacon alimentaba desde las necesidades más primarias hasta las más excelsas pasiones. Esto implicaba huir de la narración que, inevitablemente, sugerían sus obras por sí mismas. Su meta no era otorgar al espectador una explicación, sino exclusivamente hallar su reacción, provocar sensaciones en él.
Título: Bacon & Freud. La condición humana
Artista: Francis Bacon y Lucian Freud
Lugar: Galería Marlborough (Madrid)
Fechas: del 21 de enero hasta 27 de febrero 2021
Horarios: consultar
Precio [entrada a exposición]: gratuita
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