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En el documental ‘Hamada’, de Eloy Domínguez Serén, el día a día de los pequeños héroes silenciosos que viven en los campamentos de refugiados de Tindouf, tiene suficiente fuerza narrativa para explicar el conflicto saharaui
A los saharauis que viven en los campamentos de refugiados de Tindouf, en Argelia, solo les queda la coherencia moral después de que se viesen obligados a huir de sus hogares tras la ocupación marroquí del Sáhara Occidental. No obstante, tener coherencia moral, en un mundo en el que cada vez escasea más, no es poco. La retórica del poder ha eclipsado la agenda política y los partidos, cada vez más monotemáticos y poco creativos a la hora de enfrentarse a una actualidad mucho más compleja de lo que aparenta, se escudan en lo icónico, lo genérico, incluso lo trivial, para evitar posicionarse por asuntos y colectivos silenciados por las economías de lo hegemónico.
De los saharauis a penas se habla. Esperan, auspiciados por la ONU, la convocatoria de un legítimo y justo referéndum de autodeterminación, que les permita regresar a su tierra. Y precisamente la consistencia de ese impulso que les arroja a esperar pacientemente durante décadas, es lo que les da valor e integridad. Esperando, en la hamada, en un vacío ignorado por todos. Ni siquiera los sucesivos gobiernos de España se han parado a escucharles. A pesar de su deuda histórica con el Sáhara Occidental, que no hace tanto tiempo, fue incluso una provincia más del Estado español.
Algunos, desde el exilio, como Aziza Brahim en Abbar el Hamada [A través de la Hamada], cantan sobre el desafortunado relato saharaui de las últimas décadas. Los más, siguen en los campamentos para hacer visible la mancha, difícil de borrar, que ensucia el papel de la diplomacia internacional y la labor de las organizaciones que velan por la paz y los derechos humanos.
Independientemente de la esfera política propiamente dicha, en el terrero de la creación audiovisual, pocas películas se han ocupado del tema. Y las que lo han hecho no han podido sortear un acusado paternalismo que acaba revirtiendo en actitudes excesivamente naifs o explícitamente didácticas. Con todo el sesgo que contiene una intencionalidad asumida desde el principio, que no enfrenta las subjetividades formales capaces de ampliar su extensión pedagógica al involucrar al espectador en el relato. El enfoque primitivo y epopéyico de Brahim Chagaf en Patria dividida o la trivialidad de Wilaya de Pedro Pérez Rosado son algunos ejemplos. En el terreno de lo documental encontramos Al-Yidar (El Muro), que si bien explica pormenorizadamente el poco debatido problema saharaui, elude la edificación de una atmósfera lo suficientemente poderosa que explote las herramientas cinematográficas, sorteando una estructura meramente datística.
Por el contrario, Eloy Domínguez Serén, en el documental Hamada, no encara directamente el conflicto que retrata aunque no puede esquivarlo y acaba metiéndolo de soslayo en algunas escenas. Evita también lo puramente pedagógico y lo legendario. Incluso evita la denuncia. Se sitúa al margen, consciente de que el día a día de los pequeños héroes silenciosos que viven en los campamentos de Tindouf es más poderoso que el relato cronológico de los hechos. Acierta en el tono porque confía en la poética de la imagen que mira el desierto como a un dios todopoderoso que envuelve a los personajes en un delirio existencial.
Eloy Domínguez Serén en Hamada pone en primer lugar la coherencia moral de los saharauis en un mundo que la ha perdido
Con una fotografía exultante que nos lleva a recordar al también gallego Oliver Laxe en Mimosas, su modo de acercarse a la realidad es determinante. Precisamente, pone en primer lugar la coherencia moral de los saharauis, en un mundo que la ha vendido por pequeños trofeos que no valen nada. Y en este ámbito local, la voz de su protagonista femenina sobresale como si fuese el eco de todas las mujeres árabes que la han perdido. Así, Hamada se convierte en un canto de auxilio que recuerda que lo cotidiano es siempre político y lo político, muchas veces, únicamente enfático.
Tráiler de Hamada | StyleFeelFree Youtube
Documental que recrea la vida de un grupo de jóvenes en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf (Argelia). Aquí conviven Sidahmed, Zaara y Taher, amigos que comparten sus anhelos en medio del pedregoso desierto del Sáhara. Lo cotidiano de sus vidas y sus anhelos, sirven para denunciar la realidad que les rodea y expandirse, con el poder de la creatividad, fuera de las fronteras del campamento. Tienen la esperanza de poder regresar algún día a su tierra, el Sáhara Occidental, donde Marruecos ha construido el muro militar más grande del mundo rodeado, de un campo de minas que parte el territorio en dos.
Título original: Hamada
Duración: 89 minutos
Dirección: Eloy Domínguez Serén
Fotografía: Eloy Domínguez Serén
Música / banda sonora: Kjetil Schander Luhr
Montaje: Eloy Domínguez Serén
Distribuidora en España: Elamedia Estudios
Fecha de estreno en España: 12 de julio de 2019
Premios:
Festival D’A (2019): Premio Open ECAM
Cinéma du Réel (2019): Premio del jurado
Festival de Cine de Las Palmas (2019): Premio al Mejor WIP en MECAS
Festival de Cine de Gijón – Sección Rellumes (2018): Premio Mejor Película Española y Mejor Director Español
Porto/Post/Doc (2018): Mejor Director Emergente