Rosana G. Alonso
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Desafiando los cánones de la narratividad y con una imaginería más poderosa que en ‘Kaili Blues’, el cineasta Bi Gan, con ‘Largo viaje hacia la noche’, está señalando su propio rumbo y el de las nuevas generaciones de cineastas chinos

Largo viaje hacia la noche | StyleFeelFree
Fotograma de Largo viaje hacia la noche | StyleFeelFree

Si hay una obra que marcó la lírica cinematográfica, el sentido del espacio, el tiempo y el peso de la memoria en una poética de versos que esculpen el tiempo, es sin duda El espejo de Andrei Tarkovski. El cineasta chino Bi Gan que ahora estrena Largo viaje hacia la noche después de la notable carta de presentación que fue Kaili Blues, no menciona el clásico entre sus referentes. Pero es evidente que Tarkovski avanzó, con su corto legado, las pautas de la nueva cinematografía del siglo XXI. Un cine que rehúye el canon de la narratividad, colocando así al medio en el centro de las artes visuales, por su capacidad de amalgamar las artes en poliédricos prismas que permiten al espectador, al mismo tiempo, reconstruir el relato con una mirada propia.

De todas formas, la cinematografía china es tan rica que no necesita mirar a Europa y prueba de ello es que muchas obras han trascendido fronteras, mostrando las singularidades de su cultura, de sus espacios, de sus arquetipos, de su marcado realismo que se enfrenta a los retos de la contemporaneidad con la oportunidad de encararlos con los mecanismos del sueño, en las obras ficcionales. Los ideales del cineasta, invitan de esta manera al que mira, a entrar en espacios mágicos que puede asimismo reconstruir. La muestra más fehaciente de que el fruto de estas investigaciones ya ha calado en las nuevas generaciones es An elephant Sitting Still de Hu Bo, que sutilmente se valió de la alquimia del cine para desafiar a sus protagonistas a una realidad difícil de manejar.

Bi Gan no niega el estímulo que algunas creaciones han tenido sobre Largo viaje hacia la noche, declarándose un ávido consumidor de cine chino. De Lee Han Hsiang al lirismo de Hou Hsiao-hsien o Edward Yang. Referentes que en esta cinta se modulan con otras influencias, como la obra pictórica de Chagall en donde sobresale El Paseo; o la literatura de Patrick Modiano, en lo que constituye una media voz, una búsqueda continua de azares que deciden el juego.

Pero si hay un influjo evidente en Largo viaje hacia la noche, a nivel visual, es la cinta Days of Being Wild de Wong Kar-wai. Quizás también porque Wong Chi Ming, colaborador habitual en la iluminación del realizador de películas míticas como Deseando amar o Chungking Express, ayudó en el resultado final. Esto es evidente y marca la ruptura atmosférica con Kaili Blues, más lánguida, menos vibrante en el uso del color. Si bien, ambas películas siguen compartiendo la predilección por un diseño de producción que enfatiza ciertos espacios y objetos que actúan como iconos. El diseño de producción, en las dos, destaca por encima del guion, trazando una cubierta que ofrece expresivas y líricas pistas de la más diversa naturaleza.

Dividida en dos partes, Largo viaje hacia la noche es una composición abstracta que atraviesa escurridizos subterráneos inesperados. Hay cierta indocilidad en las decisiones, como el paso del 2D al 3D, que sin embargo se calza en un guiño al espectador sorprendente. El eterno retorno. Hacer y deshacer para volver a hacer. Bi Gan haciendo y deshaciendo se convierte además en alumno que sigue aprendiendo. Y en espectador que se mira a sí mismo para verse otro.

Largo viaje hacia la noche es una exploración por los recónditos pasadizos del alma

El aprendizaje individual parte de una búsqueda inalcanzable y esta película es eso, una exploración, una infiltración en los recónditos pasadizos del alma. La historia que se cuenta es una historia sin fin que permite entrar y salir para volver a recorrer cada pasaje, como si tratásemos de solucionar los acertijos del sueño de la vida. Poesía deconstruída. Surrealismo de impresiones. Y por encima de todo, el ímpetu de tratar de superarse, observando todo cuanto rodea y siguiendo el esplendor de los signos y la luz que irradian. Probablemente, la obra de cabecera de las próximas generaciones de cineastas chinos que vendrán detrás, afanosos por seguir investigando en las posibilidades narrativas.
 

Tráiler de Largo viaje hacia la noche | StyleFeelFree Youtube

 

SINOPSIS
Luo Hongwu lleva tiempo lejos de Kaili, su ciudad natal, de donde conserva recuerdos imborrables, porque allí conoció al amor de su vida. Después de la muerte de su padre vuelve a Kaili y buscará desesperadamente a Wan Qiwen, la mujer a la que no puede olvidar. Entre el presente, los recuerdos del pasado y sus anhelos, inicia un viaje sin retorno.
FICHA TÉCNICA
Título original: Di qiu zui hou de ye wan (Long Day’s Journey Into Night)
Duración: 133 minutos
Dirección: Bi Gan
Guion: Bi Gan
Fotografía: Yao Hung-i, Dong Jingsong, David Chizallet
Diseño de producción: Huang Congyu
Vestuario: Yeh Chu-Chen y Li Hua
Música / banda sonora: Lim Giong y Point Hsu
Montaje: Qin Yanan
Reparto: Tang Wei, Huang Jue, Sylvia Chang, Lee Hong-Chi, Luo Feiyang, Chen Yongzhong, Tuan Chun-Hao
Distribuidora en España: Surtsey Films
Fecha de estreno en España: 14 de junio de 2019
FESTIVALES Y PREMIOS
Festivales:
Festival de Cine de Cannes (2018): Sección Oficial (Un Certain Regard)
Festival de Cine de San Sebastián (2018): Zabaltegi-Tabakalera
Nominaciones:
Golden Horse Film Festival (2018): Nominada a Película y Mejor Director
Premios:
Golden Horse Film Festival (2018): Premio a Mejor Fotografía, Mejor Guion Original, Mejor Sonido
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