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El primer y último trabajo del realizador chino Hu Bo, ‘An Elephant Sitting Still’, es un brillante retrato del desasosiego en las sociedades contemporáneas
Aunque atomizado a través de distintos personajes, es evidente que el sufrimiento y la desazón inherente a An Elephant Sitting Still ofrece un retrato expandido del propio Hu Bo que escribió, dirigió y editó esta formidable película antes de quitarse la vida, lo que lleva, inevitablemente, a hacer una lectura en paralelo a su experiencia vital. Lo mismo ocurre con otros artistas cuyas últimas composiciones quedan supeditadas al escrutinio tras cometer suicidio. Bien sea en el cine, donde encontramos a Chantal Akerman (Bélgica 1950-Francia 2015); o en otras prácticas. El caso de David Foster Wallace (EEUU. 1962-2008) en la literatura, o del pintor Tetsuya Ishida (Japón. 1973 – 2005), cuya obra puede verse actualmente en el Palacio de Velázquez del Museo Reina Sofía, son ejemplos de una mirada que analiza con amargura el malestar en las sociedades capitalistas.
Más próxima a la experiencia literaria, An Elephant Sitting Still con sus 230 minutos cuestiona, implícitamente, los espacios para el cine en la era tecnológica
La narración cinematográfica extendida a lo largo de casi 4 horas, es otra de las claves de An Elephant Sitting Still que entiende que el trabajo del cineasta no puede estar censurado por las políticas del tiempo de la distribución cinematográfica. Presentada ahora tal cual su autor la concibió, sin cortapisas ni tiempos delimitados, es esta una visión que invita a una reflexión sobre las conflictividades emocionales en nuestras sociedades modernas, y más concretamente, en la China poscomunista. Más próxima a la experiencia literaria, cuestiona así, implícitamente, los espacios para el cine en la era tecnológica. Esto lleva a pensar en la necesidad de que existan recintos públicos que permitan la posibilidad de ver películas de más de 2 horas, sin obligarle al espectador a hacer esfuerzos. La apuesta por programar películas en distintos tiempos, según su duración, podría ser la solución, lo que también favorecería el debate entre los públicos en los descansos, algo que se ha ido perdiendo para rentabilizar el proceso. El cine en casa, no obstante, tampoco es una opción tan mala, por demonizado que esté, si no fuera por la tendencia a que ciertos canales lo tengan todo monopolizado.
Con el énfasis puesto en las subjetividades, la propuesta de Hu Bo no es una cinta redundante a pesar de su larga duración. Muy cercano a la mirada de Jia Zhangke a la hora de elegir escenarios, sin embargo, tiene una delicadeza al acercarse a los personajes que lo sitúa más próximo a los modos de entablar relaciones de Wong Kar-wai. Si bien, evitando su imaginería estética que se posiciona aquí en un nuevo realismo de la imagen desafectada y de perspectiva nihilista. Su cromática mortecina y sus tomas lentas, por otra parte, nos llevan a un cine en el que lo sentimental, como algo que se utiliza para dramatizar, no tiene cabida.
Encontrar el significado del elefante sentado será, a lo largo del tiempo, una de las claves de la película de Hu Bo
La película transcurre durante 24 horas en una ciudad que deja tras de sí un escenario gris, donde las perspectivas de futuro se disipan. El elefante al que hace alusión el título y del que hablan los personajes, nunca aparece en pantalla. Es como el rosebud de Ciudadano Kane. Se entiende desde el principio que los personajes necesitan algo mágico a lo que aferrarse para seguir viviendo. O eso, o rendirse. En un clima de violencia, con dos suicidios de por medio, ir en busca del elefante sentado puede ser visto como una forma de heroicidad. Al menos, es épico la decisión de aventurarse a un futuro incierto, cuando no hay salida posible en un presente desquiciado. La llamada del elefante también puede entenderse como una forma de comenzar un viaje de autodescubrimiento, o bien, de huida, a través del cual tratar de dejar de lado todos los males de nuestras sociedades. Sin duda el filme planteará muchas veces, a lo largo de los años, la incógnita de este elefante sentado, que se escapa de lo normativo.
Tráiler de An Elephant Sitting Still | StyleFeelFree Youtube
Durante 24 horas en Jingxing, provincia de Hebei (China), una antigua ciudad minera de carbón, varios personajes, sin ninguna perspectiva, acabarán creando un lazo afectivo, debido a sus infortunios personales. Todos ellos tienen otra cosa en común: su necesidad interior de hacer un viaje épico para visitar el elefante, que según se cuenta, está siempre sentado. Este se encuentra en Manzhouli, una región de Mongolia Interior que a los ojos de los personajes es un lugar muy diferente a su ciudad natal, donde sufren sin encontrar una salida a su dolor.
Título original: Da xiang xi di er zuo / An Elephant Sitting Still
Duración: 234 minutos
Dirección: Hu Bo
Guion: Hu Bo
Fotografía: Fan Chao
Dirección artística: Xie Lijian
Vestuario: Deng Qiying
Música / banda sonora: Hua Lun
Montaje: Hu Bo
Reparto: Zhang Yu, Peng Yuchang, Wang Yuwen, Liu Congxi
Distribuidora en España: Capricci Cine
Fecha de estreno en España: 03 de mayo de 2019
Festivales:
D’A Film Festival (2019): Pase Especial
Festival de Cine de las Palmas de Gran Canarias (2019): Sección Informativa Panorama
Nominaciones:
Festival Internacional de Cine de Berlín (2018): Nominada a Mejor Película y al Premio C.I.C.A.E
Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (2018): Nominada a Mejor Película
Golden Horse Film Festival (2018): Nominada al Premio FIPRESCI, Nominada al Premio Golden Horse a Mejor Actor Principal (Peng Yuchang), Mejor Nuevo Director, Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora Original (Lun Hua)
IndieLisboa Film Festival (2018): Nominada al Gran Premio
Festival de Cine de San Sebastián (2018): Nominada al Premio Zabaltegi-Tabakalera
Premios de la Crítica de Cine de Shanghái (2019): Nominada a Mejor Película, Mejor Guion, Mejor Nuevo Actor (Peng Yuchang), Mejor Nueva Actriz (Wang Uvin), Mejor Nuevo Director
Premios:
Festival Internacional de Cine de Berlín (2018): Mención Especial Ópera Prima y Premio FIPRESCI
Dublin International Film Festival (2019): Premio Especial del Jurado
Golden Horse Film Festival (2018): Premio del Público, Premio Golden Horse a Mejor Película y a Mejor Guion
Festival Internacional de Cine de Hong Kong (2018): Premio del Público
IndieLisboa Film Festival (2018): Premio de las Universidades
Vladivostok International Film Festival (2018): Premio Netpac
Melbourne International Film Festival (2018): Premio del Público
Philadelphia Film Festival (2018): Premio del Jurado a Mejor Relato