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‘Colette’ tiene el mismo ímpetu que la reciente ‘Mary Shelley’, ambas se afianzan, según avanzan, en la representación de grandes figuras femeninas que lograron abrirse paso en un mundo de hombres
“Quisiera decir, decir, decir todo lo que sé, todo lo que pienso, todo lo que adivino, todo lo que me encanta y me hiere y me asombra, pero hay siempre, hacia el alba de esa noche sonora, una mano sensata y fresca que se posa en mi boca” escribía Colette en el relato corto Los zarcillos de la vid. En cambio, dijo e hizo todo lo que quiso. Es por eso que la vida de esta multifacética artista da para muchas películas. Pero hay que reconocer que prácticamente un siglo y medio después de que naciese esta mujer, sigue siendo muy importante recordar el ímpetu que la llevó a buscar el lugar que le correspondía en un mundo de hombres. A este respecto el filme Colette de Was Westmoreland es productivo, relegando otros capítulos de la vida de la autora de Gigi, para favorecer su lucha personal hasta conseguir que se reconociese su valor como escritora, usurpado por su primer marido, Henry Gauthier-Villars, más conocido como Willy, que firmaba sus novelas.
Según avanza la trama de Colette se consolida limando todas las posibles asperezas iniciales
Ahora bien, de primeras me hubiese resultado más inspirador el retrato de Colette en la piel de otra actriz menos renombrada que Keira Knightley, y más acorde físicamente a los rasgos de Colette. Posiblemente hubiese encajado en este perfil una actriz menos andrógina que Keira, independientemente de que la francesa, en su vida personal, supiese distanciarse de todo estereotipo de género y sexual que pueda favorecer pensar en cierta androginia. Se me ocurre por ejemplo Florence Pugh que demostró tener una garra excepcional en Lady Macbeth. Pero comprendo que como ocurrió también con la Mary Shelley de Haifaa Al –Mansour, interpretada por Elle Fanning, se buscase una actriz de gran barrido para el papel. Aún así la interpretación de Keira Knightley no decepciona y según avanza, como ocurre con la película mencionada, la trama de Colette se consolida sabiendo limar todas las posibles asperezas iniciales para encaminarla a un desenlace que busca la liberación del personaje, rememorando la propia biografía de la escritora.
La película es fundamental para recordar a una mujer imprescindible en la lucha por el derecho a ser y vivir como seF quiera
También hubiese imaginado una Colette que no necesitase volver sobre la guerra de sexos al que inclina el capítulo elegido para esta cinta, de toda una trayectoria personal y profesional muy fructífera. Pero indudablemente sigue siendo necesario recalcar los grandes pasos que mujeres como Colette dieron para que la mujer fuese considerada un igual en valía, con los mismos derechos que el hombre, incluso con los mismos defectos que mueven al ser humano a buscar la aprobación, el aplauso; en algunos casos, tal vez únicamente el calor humano. Y en estos precisos momentos vivimos un tiempo en el que es urgente evocar el esfuerzo de estas mujeres que son fuente de motivación para cualquiera que se sienta discriminado por la razón que sea. Si algo nos enseñó Colette es que merece la pena afanarse en aquello que nos haga construir una identidad acorde a lo que somos o queremos ser, liberándonos poco a poco de corsés mentales que nos dictan, desde fuera, los caminos que tenemos que seguir.
Lo que no acabo de imaginar es un presente sin tantas Colettes que nos han llevado al punto en el que estamos. En este sentido la película es fundamental para recordar a una mujer imprescindible en la lucha por el derecho a ser y vivir como se quiera. Colette dirigida en solitario por Westmoreland desde que su pareja sentimental y artística, Richard Glatzer, muriese víctima del ALS, no deja de ser una cinta que capta las demandas de nuestra actualidad, haciéndose eco de las luchas feministas que vuelven a tener repercusión después de un principios de siglo en el que parecían estar soterradas.
Tráiler de Colette | StyleFeelFree Youtube
Principios de la época moderna, Gabrielle Sidonie Colette es una joven que se ha criado en el campo. Su vida da un considerable giro cuando se casa con Willy, un hombre catorce años mayor que ella y conocido dentro de la comunidad artística de París como escritor y crítico. Sin embargo las novelas que firma no han sido escritas por él sino por sus ayudantes, y cuando descubre el talento de Colette la anima también a escribir, con la intención de llevarse él todo el mérito. De hecho, no estaba equivocado al incitar a su esposa a escribir ya que la primera novela que publica escrita por ella, consigue un éxito rotundo. Entonces llegan los problemas porque Colette no se conforma con ser la sombra de su marido y tener además que mirar para otro lado cuando este le es infiel.
Título original: Colette
Duración: 111 minutos
Dirección: Wash Westmoreland
Guion: Wash Westmoreland, Richard Glatzer, Rebecca Lenkiewicz
Fotografía: Giles Nuttgens
Diseño de producción: Michael Carlin
Dirección artística: Renátó Cseh, Hedvig Kiraly, Katrina Mackay
Vestuario: Andrea Flesch
Música / banda sonora: Thomas Adès
Montaje: Lucia Zucchetti
Reparto: Keira Knightley, Dominic West, Fiona Shaw, Denise Gough, Robert Pugh, Rebecca Root, Eleanor Tomlinson
Distribuidora en España: DeAPlaneta
Fecha de estreno en España: 16 de noviembre de 2018
Festivales:
Festival de Cine de Sundance (2018)
Toronto International Film Festival (2018)
Nominaciones:
British Independent Film Awards (02 de diciembre de 2018): Nominada a Mejor actor de reparto (Dominic West), Mejor Diseño de Vestuario (Andrea Flesch), Mejor Maquillaje y Peluquería (Ivana Primorac) y Mejor Diseño de Producción (Michael Carlin)