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La exposición en el Espacio Fundación Telefónica ‘Terror en el laboratorio: de Frankenstein al doctor Moreau’, invita a un encuentro con los personajes monstruosos más admirados de todos los tiempos, desde su creación en el S.XIX
Hay espejos ocultos tras puertas que están cerradas y que nos invitan a cuestionarnos qué está pasando al otro lado en la exposición Terror en el laboratorio: de Frankenstein al doctor Moreau que acoge hasta octubre el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. Atravesar la frontera para llegar al otro lado, no es una tarea infranqueable aunque sí repleta de misterios desde que Mary Shelley ideara el personaje de Frankenstein hace justo ahora 200 años, en el transcurso de una velada entre amigos en una villa cerca del lago Leman en Suiza. Esto ocurrió en el verano de 1816. Fue el año sin verano. Así se llamó porque por influencia del volcán Tambora, que había entrado en erupción, la temperatura bajó considerablemente, lo que invitaba al recogimiento. En estas condiciones, Mary Shelley concibió a Frankenstein para entretener a sus amigos. Y el mundo nunca volvería a ser el mismo, o al menos no volvería a ser percibido de la misma manera.
En la exposición Terror en el laboratorio: de Frankenstein al doctor Moreau comisariada por María Santoyo y Miguel A. Delgado, además de la figura de Frankenstein, para comprender el contexto en que fue creado, nos encontramos con otras criaturas provenientes de la Literatura del siglo XIX que responden a unas premisas básicas “todas ellas han surgido en un laboratorio y los métodos utilizados para darles vida son científicos”, explica Delgado. A través de estas, nos podemos situar en la época en la que estos personajes fueron creados, ya que la muestra está regida por un análisis que revela la importancia que han ido adquiriendo con el tiempo estos iconos que han visto crecer su popularidad por medio de la cultura pop, pulp y underground desde los años 70 del pasado siglo. Entre estos, encontramos además de al propio Franskenstein, al Doctor Jekyll y Mr. Hyde, al Hombre Invisible o a Eva Futura. Todos ellos son “arquetipos que a día de hoy perviven en la fantasía de cualquier creación”, explica María Santoyo. Ya que son modelos que llevados a análisis, responden a tres esquemas básicos. Esto es, el arquetipo de El doble que aborda la materialización del lado oscuro o la invisibilidad. Ejemplos de este, los encontramos en El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson o El Hombre invisible de H.G. Wells. El segundo caso de estudio estaría en El Autómata. Aquí conviven El Hombre de la arena de E.T.A Hoffmann con la Eva Futura de Auguste Villiers de L`Isle-Adam. Y para finalizar, el personaje de El Monstruo, cuyo principal representante es Frankenstein pero también se recupera para la ocasión la obra de La Isla del doctor Moreau de H.G.Wells.
La exposición alrededor de Frankenstein cuenta con piezas de los Museos Complutenses, como es el caso de objetos muy curiosos como un botiquín portátil del siglo XIX o un carro para transportar cadáveres. También importante son las obras provenientes de colecciones privadas como las que prestó Fernando Savater que junto a su mujer Sara Torres ha ido coleccionando una serie de figurillas de culto, algunas de los años sesenta compradas en la mítica Forbidden Planet, de Nueva York, que responden a la afición que ambos compartían por los monstruos, por lo que Savater, presente en la presentación a los medios, siente que estos monstruos y figuras son como su familia. “Vivo constantemente rodeado de ellos, de modo que todo esto forma parte de mi imaginario”, un imaginario que reconoce ser de todos, por eso de que la cultura popular es la que más figuras inolvidables literarias ha dado en los últimos tiempos. Razón suficiente para indagar, como considera el escritor Fernando Marías, artífice del proyecto Hijos de Mary Shelley que trata de recuperar “nuevas lecturas y teorías en torno a esta Literatura”, en diversas teorías y debates que siguen estando de máxima actualidad. Una de estas teorías descubre que en realidad Mary Shelley, tras Frankenstein, lo que trataba era de “hacer una metáfora del papel complicado y difícil de la mujer en el siglo XIX”, refresca Marías que recuerda que el mismo Frankenstein podía ser una mujer, alterego de la escritora que le dio vida. O como subraya María Santoyo, tras por ejemplo el Doctor Jekyll y Mr. Hyde, nos encontramos una clara representación de la doble moral en un Londres que se perfila gótico y oscuro. Un escenario tenebroso, como el que se dibuja en todas las novelas de esta temática que tienen un laboratorio de por medio como lugar de creación científica con resultados terroríficos. Atmósferas de donde salen figuras antropomorfas que siguen planteándonos las mismas cuestiones en sociedades modernas en las que el juego de la máscara y la representación siguen siendo fundamentales para definirnos o definir al otro. ¿Quién es el otro? ¿Qué me diferencia de él? ¿Acaso la mirada no depende de la lente que utilicemos para ver? Remirémonos entonces en el espejo, ¿qué vemos?
Título: Terror en el laboratorio: de Frankenstein al doctor Moreau
Artista: varios (Mary Shelley, Robert Louis Stevenson, H.G.Wells, E.T.A Hoffmann, Auguste Villiers de L´Isle-Adam)
Comisariado: María Santoyo y Miguel A. Delgado
Lugar: Espacio Fundación Telefónica (Madrid)
Fechas: 16 de junio de 2016 – 16 de octubre de 2016
Actividades paralelas:
16 Junio: evento de relatos, música, teatro, poesía, etc con la plataforma «Los hijos de Mary Shelley»
Miércoles 29 de junio, 6 de julio, 3 y 10 de Agosto: «Visita enajenada»: recorrido dinamizado por la exposición
Fin de semana del 24 de junio [para jóvenes de entre 15 y 18 años]: taller de simulación real de una convocatoria de doblaje con el taller «Voces Monstruosas»