Rosana G. Alonso
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La única exuberancia de ‘Cegados por el sol’, remake de ‘La piscina’ de Jacque Deray, es la de la luz solar que deja tras de sí un estado distendido desde el que esperar expectante que el deseo anunciado estalle y capture al espectador

Cegados por el sol | StyleFeelFree
Fotograma de Cegados por el sol | StyleFeelFree

Los primeros planos de Cegados por el sol  muestran una exuberancia y placidez que vaticinan un suspense que supuestamente, vistas las expectativas promocionales, debería abrir el camino a un juego de seducción dominado por el deseo. Pero el deseo no acaba de ser suficientemente perceptible ni en la expresión de su voluntad, ni en la contención, a pesar de que los relatos que construye el sol en espacios concebidos para el deleite, son propicios para su desarrollo. De hecho, también fueron el desencadenante en Dos madres perfectas  de Anne Fontaine, más segura de sí misma a la hora de entrar de lleno en affaires pasionales. Una película que comparte con esta el gusto por explorar en las relaciones entre hombre joven y mujer madura, una temática que empieza a desbancar a la machacona inversa del cine clásico que trató de subir el  voltaje de los encuentros entre señoritas y señores,  por eso de que los realizadores querían incidir en la realidad ganándole la partida a la naturaleza que favorece más que sea la mujer de una edad avanzada la que tenga relaciones satisfactorias con hombres jóvenes, si buscamos explicaciones avaladas por la ciencia.

Sin embargo la película de Luca Guadagnino, con un irregular guión de David Kajganich basado en La Piscina  de Jacques Deray (1969), acaba encontrando en el formato de thriller truculento, estereotipos y recursos ya ajados en infinidad de filmes, como el hecho de recurrir a personajes que no dejando de ser cliché, tampoco hay intención de readaptarlos. Tal es el caso de Dakota Johnson, en un papel de lolita que es más publicitario que otra cosa y que aunque convence en su interpretación por previsible que sea, no acaba de encontrar su lugar en la cinta, no resultando ser la mejor forma de acercarse ni al espectador curioso, ni a la realidad anticipatoria que en el cine es fundamental rescatarla atendiendo a lo singular, no a lo trillado en otras cintas con resultados más o menos obvios, aunque haya un esqueleto inicial que parte de una historia cinematográfica de los sesenta. Rivalizando con Dakota, Tilda Swinton tampoco acaba de cuajar. Sobremanera, en su desconcertante faceta de rockera a lo Iggy Pop, por mucho que físicamente guarde un evidente parecido con otra ídolo musical, Elly Jackson de La Roux. Se salva porque sus secuencias como estrella de rock en activo solo son flashes que hacen desmerecer su credibilidad pero que al fin y al cabo, no son demasiado relevantes. Como partners masculinos el resto del reparto lo componen un mórbido Matthias Schoenaerts que no parece muy involucrado en el relato. Nada que ver con la imponente fuerza gestual de Alain Delon en la película de Deray. Sale mejor parado Ralph Fiennes, memorable en el baile que reinterpreta el Emotional Rescue  de los Rolling Stones, una de las mejores escenas de la película. Si bien, poco convincente en su desesperada pasión por Tilda Swinton. En resumidas cuentas, un atropello de personajes e ideas que al menos lucen bajo los rayos del sol dejando tras de sí estivales estampas que anticipan un verano que ya empieza a apetecer.
 

FICHA TÉCNICA
Título original: A Bigger Splash (Cegados por el sol)
Dirección: Luca Guadagnino
Guión: David Kajganich
Fotografía: Yorick Le Saux
Diseño de producción: Maria Djurkovic
Vestuario: Giulia Piersanti
Música / banda sonora: Robin Urdang
Editor: Walter Fasano
Reparto: Ralph Fiennes, Dakota Johnson, Tilda Swinton, Matthias Schoenaerts, Aurore Clément, Corrado Guzzanti
Fecha de estreno España: 22 de Abril de 2016
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