Rosana G. Alonso

Los años setenta cobran fuerza en la exposición que el Museo Moderna consagra a la artista Francesca Woodman

Francesca Woodman | StyleFeelFree
Serie Space2 de Francesca Woodman. Providence, Rhode Island, 1976 © George and Betty Woodman | StyleFeelFree

El Museo Moderna de Estocolmo arranca temporada expositiva de otoño con la exposición On Being an Angel sobre la artista Francesca Woodman (Denver, 1958-1981) presentando un total de 102 fotografías y un vídeo de la fotógrafa estadounidense durante su corta producción, casi en su totalidad, durante la década de los setenta, un período muy fértil en la experimentación con el medio fotográfico. Por ello, para contextualizar la actividad artística de Woodman, se muestran también una selección de fotografías de la colección del museo que se corresponden con la misma época.

Francesca Woodman, objeto de investigación, estudio y grandes exposiciones en los últimos años, trasciende actualmente como reflejo de una estética contemporánea que atiende a un oscurantismo estético que ha calado en las nuevas generaciones. Las redes sociales dan fe de ello. Como también la gran influencia que ha dejado en fotógrafos y artistas posteriores que han visto en su afán personal un hacer universal que barre fronteras. «Ella es profundamente personal, de esta manera sus temas se convierten en universales», afirma al respecto Anna Tellgren, comisaria de la muestra. Su trabajo, próximo al de otros creadores anteriores como Hans Bellmer y Claude Cahun, está repleto de sombras, máscaras y símbolos sexuales recreados frecuentemente con el uso de espejos generando dimensiones surrealistas. Aunque también en esa contemplación del propio cuerpo como vehículo de expresión experimentando una revolución interna, pueda tener cierta aproximación con Ana Mendieta, incluso en su trayectoria personal. No obstante, la transformación es uno de los temas más recurrentes en Francesca Woodman, una metamorfosis que en algunos casos, como en la serie House, donde se funde gradualmente con el papel desgarrado de las paredes o la chimenea, llega a tener algo de terrorífico o de paranormal.

«Francesca Woodman creó una fascinante obra fotográfica en unos años intensos antes de su muerte prematura. Sus imágenes no sólo hacen referencia a la historia y la historia de la fotografía, sino que también reflejan su tiempo, mientras quedan abiertas a nuevas interpretaciones»  concluye Tellgren sintetizando así la motivación de On Being an Angel, una muestra que anticipa una temporada con aires que vuelven a fijarse en lo dark como sinfonía otoñal. Lo contemporáneo se revela entre sombras que quizás no queramos reconocer como propias.
 

DATOS DE INTERÉS
Título: Francesca Woodman. On Being an Angel
Artista: Francesca Woodman
Comisariado: Anna Tellgren
Lugar: Museo Moderna (Estocolmo)
Fechas: 5 de Septiembre de 2015 – 6 de Diciembre de 2015