Rosana G. Alonso
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La Fundación Canal recorre 150 años de animación con la exposición ‘Watch Me Move’, organizada por el Centro de Arte Barbican de Londres

La exposición Watch Me Move, un viaje por la animación que acaba de presentar la Fundación Canal recorre 150 años de animación. Se dice pronto. Un recorrido exhaustivo y ambicioso que se disecciona en seis temáticas que exploran desde los orígenes de la animación, pasando por sus personajes icónicos o sus modos de narración a través de cortometrajes, algunos muy familiares que aluden a la memoria colectiva. Otros, menos conocidos y sorprendentes por su capacidad sugestiva que cuestiona estéticas. En su conjunto, relevantes emparentándose con lo contemporáneo parejo a lo virtual como destaca Cristian Ruiz Orfila, director de exposiciones de la Fundación Canal, al considerar que «la realidad virtual se confunde con nuestro día a día y por eso se hace más relevante este camino por la animación ya que sin duda es la manifestación artística de los siglos XX y XXI que más ha evolucionado». Organizada por el Centro de Arte Barbican de Londres, donde se inauguró en junio de 2011, ahora llega a Madrid, después de dos años por Asia para acercar la animación a todos los públicos.

Watch Me Move, un viaje por la animación es un pasaje que revisa obras de la más diversa índole que tratan de contar ese fascinante viaje que emprendió la animación hasta convertirse en lo que es hoy en día. En este sentido, el trabajo de comisariado abordado por Greg Hilty, director de comisariados de Lisson Gallery y Alona Pardo, comisaria asociada en la Galería Barbican, supone un esfuerzo de hacer que esa larga historia que comprende el género de la animación sea comprensible y abordable reflejando su evolución y al mismo tiempo, su influencia en ámbitos como el cine y el arte contemporáneo. Como atestigua Patrick Moran, director de exposiciones del Barbican, «es la primera exposición que engloba toda la historia de la animación pero no es enciclopédica». Tampoco está pensada para un público determinado. «La muestra va destinada a una gran variedad de gente. A las familias pero también a estudiosos de la animación» esclarece Moran, quien realizó un itinerario con la prensa que descubrió las singularidades de cada una de las secciones empezando por Apariciones, que examina los primeros intentos de animación resueltos pegando una a una las fotos fijas y siguiendo sucesivamente con Personajes, que hace hincapié en algunas de las estrellas de la animación que más destacaron en la pantalla de cine y televisión, Superhéroes, muy relevantes en la posguerra, Fábulas y fragmentos, que aborda la forma en que la narrativa se ha ido desarrollando, Visiones, que se adentra en las nuevas esferas virtuales y la capacidad de persuasión de estos nuevos medios y finalmente, Estructuras, que presenta trabajos de grandes nombres del arte contemporáneo. Un recorrido que ineludiblemente pasa por los estudios de Walt Disney y Pixar que contribuyeron en gran medida a hacer de la animación un fenómeno cultural, pero también pone en conocimiento de todo el público nombres imprescindibles en la otra historia menos visible como Yuri Norstein, Jiří Trnka, Jan Švankmajer o Nathalie Djurberg en la sección Fábulas y fragmentos, los primeros intentos de los hermanos Lumiére en el siglo XIX de quienes se recuperan las obras The Serpentine Dance  (La danza serpentina, 1896) y Le Squelette Joyeux  (El esqueleto feliz, 1897) así como los trabajos realizados por autores muy conocidos como Tim Burton.

Los 80 cortometrajes que se pueden ver en Fundación Canal atestiguan como la animación sobrepasa su función inicial de mero entretenimiento.

Hay muchos trayectos posibles en la muestra. Una posibilidad podría ser pararse en aquellas obras de ficción que nos acercan a esa memoria colectiva recordando —los mayores— o descubriendo —los más jóvenes— personajes como Mickey Mouse, Betty Boop o el oso Yogui así como superhéroes como Hulk (La masa), Popeye o el primer personaje de animación japonés, Astro Boy creado por Osamu Tezuka. Ya en el jardín, en el depósito elevado, se pueden contemplar experimentos audiovisuales que jugaron con la forma, el sonido, el movimiento y la duración. Destacables aquí la película Vecinos  (1952) de Norman McLaren que recurre al stop-motion para presentarnos a dos hombres que viven, pacíficamente, en dos casas de cartón vecinas, hasta que una flor irrumpe entre las dos casas y los dos personajes se enfrentan a muerte por su propiedad. Un relato que sirve como ejemplo para entender que la ficción es un arma infalible y poderosa, unas veces para comprender la realidad con más ímpetu y clarividencia que lo hacen incluso las películas documentales. Otras, en cambio, resulta la mejor forma de empatizar con el público para diseñarle estilos de vida irrenunciables, paraísos perfumados o comportamientos imitables. En la animación siempre hay una óptica, una intención. Y esto, desde una mirada en profundidad, la hace más fascinante porque la subjetividad va intrínseca y extrínsecamente asociada a su formato. Luego, desde esa misma mirada que explora y reconoce, no hay engaño posible.
 
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Vista de exposición Watch Me Move, un viaje por la animación en Fundación Canal | Le squeletter joyeux, 1897-98, hermanos Lumière | Foto: Y.Yu para © StyleFeelFree

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The Rinoceros and the Whale, 2008, Nathalie Djurberg | Foto: Y.Yu para © StyleFeelFree

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The Yogi Bear show, William Hanna and Joseph Barbera | Foto: Y.Yu para © StyleFeelFree

DATOS DE INTERÉS
Título: Watch Me Move, un viaje por la animación
Artista: varios
Lugar: Fundación Canal
Fechas: 21 de Mayo de 2015 – 23 de Agosto de 2015
Horario: De 11:00 a 20:00 horas (laborables y festivos) | Miércoles de 11:00 a 15:00 horas
Entrada: acceso libre
Otras actividades: taller para familias: sábados y domingos a las 11:30h y a las 17h. Infórmese en el 91 323 28 72 (de 9h a 16.30h)