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Bajo el título de ‘Sistema operativo’, el artista Daniel Andújar recala en el Museo Reina Sofía interviniendo sus espacios, en una exposición que plantea muchos debates que giran alrededor de la etiqueta de net.art
Hay reflexiones que dan para mucho sin necesidad de estirar aunque Daniel G. Andújar (Alicante, 1966) que ahora expone en el Museo Reina Sofía, es capaz de estirarlas hasta el infinito. Sólo hay que oírle hablar. Como un mago que no sabes con qué te va a sorprender, la nutrida audiencia que ayer nos congregamos en rueda de prensa para escucharle, parecía entusiasmada. Se notaba la admiración que genera su figura y su repercusión en redes. La exposición, más teórica que abstracta, aunque a simple vista pareciera más lo último, y absolutamente contemporánea, es una de las apuestas de Manuel Borja-Villel, que además comisariaba la muestra, por dinamizar el museo dotándolo de todas las herramientas necesarias para el debate. Algo imprescindible en un espacio cultural público que nos representa y que por razonamiento deductivo de su lógica de ser, debe devolver una imagen de las inquietudes globales y de las locales en las globales, generando discursos coherentes que aticen y promuevan la participación, necesariamente, de los agitadores sociales y culturales que forman parte del núcleo contemporáneo activo como intermediadores para fomentar el debate público. Otra cosa es que nos guste más o menos. Personalmente y refiriéndome concretamente a este recorrido, prefiero lo político y social en la técnica artística con resultados estéticos más primorosos y posicionamientos más sutiles, pero entiendo que muchos artistas se valgan de los lenguajes que conocen sin cuidar tanto la complejidad estética para generar discursos que promuevan su implicación en lo social. Y más teniendo en cuenta que «la sociedad genera el sistema operativo del que todos deberíamos ser responsables y ayudar a construirlo», en palabras del artista visual, teórico y activista que nos ocupa y que precisamente bajo el título Sistema operativo, se apropia no sólo de la planta tercera del Reina sino de todo lo que internet le brinda para construir un discurso colectivo, ya desde la técnica, que tiene sus raíces en lo que se conoce como net.art, aunque él rehúya las etiquetas o que la propia definición sea ambigua como reconoce el director del Reina Sofía.
De apropiación hablamos. Porque su discurso se nutre de apropiaciones que tienen su origen en la red. Un término que desde hace algún tiempo me suscitó algunas reflexiones en torno a la necesidad de una revisión del arte actual partiendo de las apropiaciones en redes abiertas. Andújar es uno de los intervencionistas que utiliza los medios digitales. A veces transformándolos para favorecer la implicación ciudadana, otras, robándole a la propia red lo que ella le roba al mismo tiempo a sus usuarios, consciente como es de la necesidad de un uso y disfrute de ella, pero también de sus perversiones como elemento de control que también personifica. Su conocimiento tecnológico le permite manejar los entornos que la definen a su antojo para hacer crítica y mostrar un posicionamiento convencido de que se puede cambiar el mundo o al menos revelar información que nos haga cuestionárnoslo. Sus primeros proyectos en los noventa como Estamos vigilando o Soy gitano así lo atestiguan. Una dinámica que ha continuado aquí presentando también propuestas de reciente creación y específicas para el museo como las revelaciones que avanza en Guernica. Picasso comunista (2012) o posiblemente el que será la obra que más atraerá al público por su fácil asimilación, Dirigentes (2014), compuesta de numerosos ejemplos de diferentes campañas de publicidad protagonizadas por políticos que el artista ha ido recopilando y que son un análisis del exceso de información así como del uso que se hace de ella. Si ya desde los sesenta del pasado siglo la música se revolucionó con la tecnología apropiándose de fragmentos de otros autores y mezclándolos, Andújar hace lo mismo con los contenidos que pululan por el ciberespacio, los usa, los reúsa y les da un nuevo valor generando múltiples debates intrínsecos a la propia obra, pero consciente o inconscientemente, también genera posiciones colindantes al núcleo de las controversias que sugiere.
Son muchos los debates que genera esta exposición. Especialmente, como matiza Villel en lo que define como «una época de conflicto», hay una cuestión que sobresale en el trabajo del alicantino, una reflexión que nos invita a pensar sobre cómo se conforma el espacio público, sobre los derechos de las obras circulando por la red y generando múltiples relatos, sobre las nuevas formas de gobernanza en un espacio, el de la web, que debería ser de uso universal y garantizado pero que genera grandes diferencias favoreciendo un activismo lleno de agujeros que hay que identificar. Andújar está interesado en estas cuestiones y se vale del «lenguaje como garante de futuro que nos puede ayudar a generar una sociedad más democrática», reivindica convencido. Un lenguaje que parece dominar para incentivar lo pedagógico, cuestión que subraya y aspecto en el que parece sentirse muy cómodo.
Pero la síntesis más interesante que se puede sustraer es que debemos exigir una educación que nos aporte las herramientas que nos permitan tener una técnica aplicada a la construcción de valores que nos autorice a construir puentes para que otros se animen a creer que también merecen una oportunidad que pueden reclamar. Esperemos entonces que esta narración sea al menos un pasadizo para reivindicar también el mismo espacio, para apropiarse del espacio alzando esos puentes que permitan circular más fluidamente a todos, no sólo a los privilegiados. Y que lo didáctico además sea realmente educacional y no sólo un mero vehículo engañoso con fines mercantilísticos.
Y aunque el discurso que lleva implícito la obra de Daniel Andújar hubiese dado también para una exposición colectiva de tesis que diese voz a los que conforman el net.art es de agradecer este tipo de iniciativas que permiten una interacción con la propia obra que exige atención, activismo y concienciación con el entorno contemporáneo y los roles que ejercemos en el espacio.
Foto: © Y. Yu en la exposición Sistema operativo de Daniel Andújar en el museo Reina Sofía | StyleFeelFree
Foto: © Y. Yu en la exposición Sistema operativo de Daniel Andújar en el museo Reina Sofía | StyleFeelFree
Foto: © Y. Yu en la exposición Sistema operativo de D. Andújar en el Museo Reina Sofía | StyleFeelFree
Título: Sistema operativo
Artista: Daniel G. Andújar
Comisariado: Manuel Borja-Villel
Lugar: Museo Reina Sofía
Fechas: 20 de enero de 2015 – 4 de mayo de 2015